Capítulo 4. La invitación inesperada

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ROWAN

- Nicholas y sus hermanos se han mudado recientemente aquí, así que espero que todos ustedes les hagan sentirse de nuevo como en casa en Mahiga Note —dijo la señora Linden.

Nicholas tomó el único escritorio vacío, junto al mío.

Todo el mundo nos miraba en silencio.

La Sra. Linden continuó con la clase.

- Si todos van a la página 90...

Miré a Nicholas. Sus ojos se movieron para encontrarse con los míos.

Me apresuré a mirar hacia otro lado.

¿Cómo demonios podían los hermanos Daniels estar de vuelta en Mahiga Note?

Después de que su padre, Josh, traicionara y asesinara a mi padre, mi madre lo ejecutó.

Su compañera Michelle había sucumbido a la muerte del vínculo de apareamiento verdaderamente espantoso.

A diferencia de mi madre, cuyas habilidades divinas le permitieron sobrevivir.

Lo último que se sabía es que los hermanos huérfanos se habían ido a vivir con sus abuelos maternos.

Pero ahora habían vuelto.

La conmoción y la ira hicieron que las garras de mi espíritu de lobo picaran para salir, pero resistí el impulso.

La última vez que proyecté mi lobo alrededor de Nicholas, le rompí accidentalmente el brazo.

Me pregunté si estaría pensando en lo mismo, porque se frotó la muñeca y volvió a mirarme.

Abriendo mi libro, traté de prestar atención a la lectura, pero mis ojos seguían arrastrándose hacia Nicholas.

Y él parecía tener el mismo problema.

- Oye —susurró en voz baja—. Antes de que digas algo, puedo decir que mi brazo está totalmente bien.

Lo flexionó mientras hablaba, como si demostrara su afirmación.

¿Era una reconciliación, o una amenaza?

Le ignoré, garabateando espirales en mi cuaderno.

- Psst. Rowan —susurró Nicholas.

Apreté los dientes.

- Voy a dar una fiesta esta noche, ¿quieres venir?

¿Este tipo piensa que soy un completo idiota?

Le miré por encima.

- ¿Por qué demonios iba a hacer algo contigo?

La expresión de su rostro era inescrutable.

- Porque hay mal rollo entre nosotros. Y quiero arreglarlo.


NINA

Mi compañera estaba sentada en la sala de conferencias de la Casa de la Manada revisando unos archivos.

Me acerqué a ella por detrás y me incliné para besar su cuello.

- ¿No tienes un trabajo Beta muy importante que hacer? —preguntó Thanda con una sonrisa.

- Sí. Muy importante —dije, apretando sus hombros—. Estoy comprobando el bienestar de la principal asesora jurídica de la MCE.

Se rió. El sonido envió una chispa de deseo por mis venas.

- Bueno, la principal asesora legal te lo agradece.

Lobos milenarios (libro 7; último)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora