LUCAS
La cabeza me daba vueltas mientras me sentaba en el interior del monovolumen familiar de Sienna Mercer-Norwood.
Observé por la ventanilla cuando entramos en el largo camino de entrada que conducía a la casa de Rowan, una enorme mansión de ladrillo de tres pisos con columnas romanas en la parte delantera.
¿Voy a vivir... aquí?
Esto no puede ser real.
Una vez aparcada la furgoneta, salimos todos.
Vanessa se había unido a nosotros al salir del instituto, y Sienna se había detenido para recoger a River.
¿Voy a ser parte de esta familia?
No, no te adelantes, amigo.
Tal vez encontrarán una familia de acogida o algo a largo plazo.
Mis hombros se tensaron ante la idea de ir a un centro de acogida.
Aunque cualquier cosa sería mejor que volver a casa, aunque ni siquiera era una opción.
Mientras nos amontonábamos en el vestíbulo, River y Vanessa discutían sobre el aparentemente nuevo deseo de River de tener un camaleón como mascota.
Rowan me dio un puñetazo en el brazo y me dijo.
- Vamos, te voy a enseñar mi habitación. Ahora también tu habitación. Sólo ten cuidado con el fantasma de la vieja racista.
¿Vieja racista?
¿Voy a tener que lidiar con fantasmas racistas ahora?
Dejando eso a un lado para tratarlo más tarde, me volví hacia Alfa Mercer-Norwood, que nos sonreía.
- Muchas gracias. Es genial tener un lugar donde quedarse por un tiempo.
Sus ojos azules se estrecharon.
- No sólo por un tiempo, Lucas —me miró de reojo—. No te conozco, pero obviamente eres importante para Rowan, lo que me dice que eres una buena persona.
Miré a Rowan, que asentía con fuerza.
- Y yo soy Alfa, Lucas. Lo que yo digo, se hace. Así que, a menos que no quieras unirte a nuestra alocada familia —buscó en mis ojos intensamente—, ahora eres uno de los míos.
- Nunca olvidaré esto —juré.
Ella asintió lentamente.
- Te creo.
- Bien, vamos —dijo Rowan—. ¡Déjame mostrarte nuestra habitación!
Pero antes de seguirlo, le di al Alfa un abrazo de total agradecimiento.
SIENNA
Realmente creía en Lucas. Mi intuición me decía que estaba destinado a estar aquí, en esta casa.
Sería como un hermano para Rowan.
Con un suspiro, me dirigí a la oficina de mi casa. Pasé una hora poniéndome al día con los correos electrónicos y enviando algunos para poner en marcha mi tutela legal de Lucas.
Había pasado un tiempo, pero recordé el proceso con Vanessa y River.
Entonces la puerta se abrió y Rowan se asomó.
- Oye —dijo.
- Entra.
El accedió con cara de felicidad, pero también un poco incómodo.
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Lobos milenarios (libro 7; último)
Hombres LoboHola queridos/as lectores/as!!!! Me llamo Noah y este es el séptimo, y último, libro de lobos milenarios. Como ya dije en los libros anteriores, esta historia no es mía, es originaria de Sapir Englard. Como me gustó tanto, quiero compartirla con to...