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El salir de casa un fin de semana, fue con el propósito de sacarse de la cabeza a cierto jovencito que le movía el piso. Sin embargo, ahora, lo lamentaba. No lo había logrado.

Todo se había ido a la mierda.

Todos los malditos segundos que pasaban, seguía pensando en él, preocupándose por él, suspirando por él y mirándolo sólo a él.

Young Saeng, Young Saeng, Young Saeng.

En su cabeza sólo estaba Young Saeng.

Debió de haberse quedado en casa, para evitar ese tipo de situaciones deprimentes.

Si tan sólo se hubiera quedado en casa y en su cama como buen niño obediente, ahora mismo estaría en medio sueño e ignorando todo lo que vio hoy. Era preferible seguir viviendo en la ignorancia, a que saber ahora a lo que se dedicaba el lindo jovencito.

Young Saeng era una prostituta.

Su cabeza quería ignorar eso, pero su tonto corazón no. Seguía igual de terco, latiendo alocadamente por el lindo jovencito de mejillas rellenitas y rosaditas.

Después de la última presentación de Young Saeng, este no le volvió a mirar y mucho menos a dirigirle la palabra. Parecían como dos extraños por primera vez conociéndose en el mundo. El lindo pelinegro estaba más entretenido, dándole mimos y atenciones al príncipe de Escocia, que darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor. Así pasara un terremoto o un maremoto, prefería estar en los brazos de ese monarca de pacotilla. Y este, aprovechando la oportunidad que se le había dado, no dejaba de acariciar de forma indecente e indecorosa al lindo jovencito de hermosas mejillas regordetas, el tipejo ese de Escocia parecía tener tentáculos como la de un pulpo ya que tocaba por aquí y por allá el cuerpo ajeno como si fuera el suyo, y Young Saeng que no hacía nada por apartarlo, parecía más bien disfrutarlo.

Eso le daba más cólera.

Su lindo estudiante no era nada suyo, sin embargo, sentía que aquel joven le pertenecía sólo a él. Era estúpido pensar de esa manera, pero esa mirada dulce y tierna, esos labios pequeños pero esponjosos, ese cuerpo muy bien moldeado con seductoras y coquetas curvas, todo eran de él. Sí, era estúpido todo lo que estaba pensando, pero de tan sólo ver a Young Saeng sentado bastante cómodo y tranquilo sobre las piernas de ese sujeto quien lo tenía bien sujetado de su pequeña cintura de forma posesiva, le hervía la sangre y no sabía porque. Sólo sabía que quería ir corriendo y arrebatarle de sus brazos a Young Saeng.

Arrugó el ceño enojado, al ver que ahora su lindo estudiante le estaba sonriendo muy coqueto al otro individuo, antes que este le besara en la zona de su cuello y clavículas.

Sus manos se volvieron puños, al ahora presenciar, las manos del sujeto ese en los muslos rellenos del menor, manoseandolo.

"¡Hijo de puta!" lo maldijo en su mente.

Con la última presentación que dio el lindo jovencito y que fue en paños menores, se quedó vestido así, sólo que para no verse tan desnudo añadió a su vestuario una faldita bien cortita, era una faldita que apenas lograba cubrir su trasero y entrepierna, si se agachaba se le veía todo.

—Si ibas a ponerte eso, mejor no te hubieras puesto nada —gruño indignado, observando con el ceño fruncido como el hombre le había nalgeado al menor cuando este recogió del piso un anillo que se le había caído dándole una perfecta vista de su redondo y levantadito trasero al tipo ese.

Young Saeng no le dijo nada, y siguió como si nada hubiera pasado. Le sonrió coqueto al tipo, volviéndose a sentar en sus piernas.

YunHo se había ido a cojer con uno de esos chicos, dejándolo sólo.

AMOR POR INTERÉS ||HYUNSAENG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora