AMOR POR INTERÉS ||HYUNSAENG

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"10 millones de dólares fueron depositados en su cuenta" Leyó la notificación que le llegó a su celular y una sonrisa de felicidad se plasmó en sus labios rosados después de confirmar esa suma exorbitante en su cuenta bancaria. Como ya era fin de mes, su sueldo le fue depositado en su cuenta bancaria.

Dejando su celular sobre la mesa, volvió a retomar su lectura. La biblioteca a esta hora era silenciosa y tranquila para su armonioso gusto por la lectura. Seguramente más tarde los demás alumnos del plantel vendrían a ocuparla con sus cosas banales y sin importancia que lo interrumpirían, así que debía aprovechar el poco tiempo que tenía.

—Hola Saengie~ —le saludó un apuesto hombre de buena presencia sentándose a su lado. Young Saeng apartó la vista del libro para verlo y sonreírle animado, devolviéndole el saludo—. ¿Estás ocupado hoy?—, le acarició la mejilla con ternura.

—¿Por?—Dejando el libro sobre la mesa, Young Saeng se sentó sobre él a horcajadas, el apuesto chico le tomó de la cintura para acercarlo más a su cuerpo sin dejar nada de espacio entre ambos, siendo íntimo sin censura—. Así estuviera ocupado, siempre tendré tiempo para ti Yesung—, le dejó una tierna caricia en la punta de su nariz a modo de jugueteo antes de asaltar sus labios contra los suyos en un beso hambriento, necesitado y deseado.

Yesung sonrió en medio del beso. —Mi príncipe me extrañó, yo también te extrañé hermosa criatura y no sabes cuánto —lo volvió a besar, con más pasión y hambre, mordiendo sus labios con deseo y necesidad, sus manos apretaron la cintura contraria, el lindo jovencito suspiró en sus labios.

—¿Ya conseguiste novio? —Le preguntó con una coqueta sonrisa mientras le desabotanaba la camisa con rapidez, sus ojos brillaron de emoción cuando dejó a la vista ese pecho duro y firme que recordaba, acercándose a esa zona, Young Saeng le dio una suave lamida utilizando su lengua sintiendo como el contrario se estremecía ante sus toques. Yesung soltaba pequeños suspiros de entusiasmo y satisfacción, al tener de nuevo esa linda boquita en su cuerpo que había extrañado con locura.

—Si, pero es un matrimonio arreglado. Mis padres lo eligieron por mí —suspiró con rabia al recordarlo—. Nadie es como tú, no quiero casarme, sólo te quiero a ti—Le arrancó la camisa de un tiron antes de empezar a devorarle el cuello con besos intensos y húmedos, mordiendo la piel contraria por ratos. Young Saeng se retorcio ante aquellas caricias salvajes y necesitadas prodigadas por su amante, Yesung era el único hombre que tenía el derecho de tomar su cuerpo como quisiera, marcarlo por todos lados si es necesario. Ya que el hombre fue su primer cliente cuando nadie más creía en él.

—Pero aquí estás—, fue obvio.

—Sí, ¿y tu? ¿Ya tienes a alguien? —Young Saeng negó con la cabeza—. ¿Porque no nos casamos y huimos lejos?—, le propuso. Young Saeng le miró impresionado—. ¿Tu siempre haz sabido de mis sentimientos hacia ti? No me importa a lo que te dedicas. Yo sólo quiero amarte, protegerte y cuidarte.

Yesung se veía sincero, sus palabras también se escuchaban sinceras, ¿pero porqué no podía amarlo? ¿Porque no podía amar a ese hermoso y maravilloso hombre? En más de una ocasión, Yesung le demostró sus verdaderas intenciones y sentimientos, así sea con simples gestos o palabras de aliento que le levantaban el ánimo. Yesung era caballeroso, atento y detallista con él. Sin embargo, había un pequeñísimo detalle que lo distanciaba de él, Yesung venía de una respetable familia pudiente y de dinero, aunque eso él no le daba total irrelevancia ya que en varias oportunidades le presentó ante su familia, pero estos lo rechazaron vilmente al enterarse de su deshonrrado trabajo. Por ese motivo, Yesung dejó de frecuentarlo por un buen tiempo ya que la familia de este prometió tomar represalias en contra de él si seguían frecuentandose.