XII

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No podía para de llorar, mi pecho dolia demasiado. Sinceramente no me quedan razones para seguir, la única que tenia me a lastimado.
¿Fue un error enamorarme de Swiss? Tal vez, creo que fue muy inmaduro de mi parte ver todo color de rosa, cuando evidentemente nada en mi vida es así.

Sin embargo, no puedo odiarlo, ¿Cómo podría? Estaba a mi lado todo este tiempo, bueno, hasta ahora...
No es nada nuevo, si me pagaran por cada persona que me a echo daño seria el hombre más rico del mundo.
Después de todo las personas no son perfectas, nadie en esta vida lo es. Me dolió mucho lo que Swiss hizo, pero no me quiero quedar solo, sin nadie que me pueda acompañar como Swiss lo hacia. Esta claro que todos me ven con desprecio ahora. No sé de qué fotos hablan pero estoy seguro que no es nada bueno, obviamente.

No podía quedarme en mi habitación para siempre, aunque si pudiera hacerlo lo haría. En ratos siento que yo tuve la culpa también, no debí ponerme en ese estado sabiendo el riesgo que corría. Me siento tan inútil en este momento, "Swiss me ama" si tanto ama ¿por qué me toco? No lo sé, solo se que esto me va a destruir poco a poco si no acabo con esto de una vez por todas. Tal ves sea algo estúpido pensar en hacer eso cuando todo se puede solucionar ¿Cómo solucionaría esto?
Quería cerrar los ojos y no volverlos a abrir. Estar en un lugar libre de dolor para siempre. ¿En donde había quedado ese significado que le tenía Swiss al sexo? ¿donde había quedado ese supuesto respeto?

Quería que Swiss volviera, no esa desagradable persona que me lastimo, no se quien es pero no es Swiss. Esa persona que algún día me amo.

Me aferraba fuertemente a las sábanas que acumulaban calor que me reconfortaba cada vez más, recargaba mi cabeza en un muñeco de peluche en forma de ratón. Algo muy infantil, pero era de una manera un abrazo para mi corazón.
Las horas se fueron como agua, cuando me di cuenta mi habitación estaba en completa oscuridad, siendo la luna su única fuente de luz. No tenía ganas para ir hasta el interruptor y encender la luz, solo seguí acostado en mi cama mientras mis ojos se cerraban poco a poco.
Mis ojos se cerraron completamente mientras perdía la conciencia.

Una luz completamente blanca me hizo sepertar, al abrir los ojos me encontraba en un lugar completamente oscuro. Un reflector era el único que alumbrará ese lugar apuntando directamente hacia mi. El lugar emitía un sonido de gotas cayendo formando un eco, no sabía por dónde caminaba, solo veía a ese reflector siguiendome.
Sentí esa extraña sensación de ser observado, lo que hizo que acelelerara más mi caminar. No me pude contener más y empeze a correr, ese maldito reflector no paraba de apuntarme, se estaba convirtiendo en un sufrimiento.

En un punto mis pies se enredaron y simplemente empeza a caer. Parecía que caía de un edificio, tarde mucho en llegar a una superficie estable. Me sorprendi al ver que había caído en mi habitación, pero esta estaba completamente sumergida en agua, todo estaba en su lugar, yo era el único que parecía ser afectado por el agua. Sentía una completa desesperación al no poder respirar, por más que buscaba una salida no la encontraba.
Empeze a sentir como mi cuerpo hiba descendiendo poco a poco hasta el fondo, cerré los ojos pero no esperaba encontrarme con lo que vi.

Cuando abrí los ojos me encontraba en un especie de funeral, había un ataúd y mis compañeros estaban al rededor de él. Me acerque dando pasos cortos, intenté hablar con los demás pero solo me ignoraban, ni siquiera volteaban a verme. Swiss estaba arrodillado enfrente del ataúd mientras lloraba fuertemente, cuando quise ver quien se encontraba dentro quedé petrificado.
La persona que se encontraba ahí era yo, parece que yo estaba muerto.
Retrocedí hacia atrás tratando de procesar aquella imagen. De repente di un parpadeo y cuando este terminó tenía todo de una vista diferente. Me encontraba acostado con las manos en el pecho, dentro del ataúd. Veía como todos me miraban con los ojos cristalizados, ¿había muerto? Aunque gritara todos no podían escucharme, no podía levantarme, parecía que estaba atado.
Cerré los ojos para dejar de ver esa imagen pero cuando los abrí estaba en mi habitación. Todo había sido un sueño, un horrible sueño, me alegraba que todo hubiera sido eso. Desperté sudando y con la respiración agitada, no terminaba de procesar aquel sueño por completo. Fue algo desesperante, al mismo tiempo me dio algo de miedo aquella imagen. ¿A quien no le va a dar miedo verse a sí mismo muerto?

La noche no había terminado, el cielo seguía oscurecido. Miré la hora en mi teléfono y descubrí que eran apenas las cuatro de la mañana. Al parecer era el único despierto pues no había ningún ruido que delatara la presencia de alguien.
Quize volver a dormir pero no pude, mi mente estaba tan alterada que me fue imposible lograrlo. No quería sugestionarme buscando el significado de mis sueños, no soy una persona que hace eso.

A decir verdad quisiera que todo esto fuera eso, un sueño. Quisiera despertar y ver a Swiss durmiendo conmigo, que todo fuera un simple producto de mi imaginación.
Claro, con el Swiss de verdad.

Me jire a la izquierda volteando a ver a la pared, abrazando nuevamente ese peluche. La pared tenía algo especial, algo que llamaba mi atención fácilmente, era solo una pared blanca. Al parpadear varias veces mis ojos se cansaron, cerrándose y yo perdiendo la consciencia de nuevo. Me alegraba poder dormir después de todo eso, no me era fácil hacerlo.

Cuando desperté era muy temprano aún, era obvio que nadie estaría despierto a esas horas. Arregle mi cama y decí salir un poco, no estaba de humor para ver a nadie y no se que haría cuando los demás se despertarán. Supongo que tarde o temprano tenía que afrontar eso.

Hacia mucho frío en las calles, todo estaba cerrado por la hora que era, no sabía que hacer así que me senté en una banca de un parque. La misma banca en la que empezaba a sentir atraccion hacia dicha persona. Todos los lugares guardan recuerdos, a veces lindos y a veces horribles. No sabía que tipo de recuerdo era ese, en su momento era un recuerdo hermoso, pero ahora ya no lo era. Si tan solo me hubiera contenido esa noche, o tal vez hubiera sido mejor nunca encariñarme ni hablar con Swiss. Tal vez eso hubiera sido lo mejor para ambos.
El sol comenzaba a salir más y más, creí que era prudente regresar al hotel. Al llegar vi a varios de mis compañeros en el pasillo fuera de los cuartos, ni siquiera les dirigi la palabra, pasé de largo y fui directo a mi habitación. Me pude percatar de varias miradas y murmuros alejándose poco a poco, me sentía tan frustrado en ese instante.

Me coloque mis audífonos tratando de bloquear cualquier sonido que fuera posible.
Me hacia el fuerte pero quería llorar, llorar de la desesperación, de la inquietud que me generaba cada una de sus miradas. Pero odio llorar, curioso ¿no? Odio una de las cosas que más hago.









Como pudieron ver, este capítulo
fue desde la perspectiva de Sodo
gracias por leer.⛧

Mirada de mil estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora