Cap-26

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~Entragate~

Entramos al restaurante y nos dirigimos a una mesa cerca de la ventana. Mientras nos sentábamos lado a lado. eché un vistazo al menú que estaba sobre la mesa. "Hmm, todo se ve tan delicioso", comenté, pasando los ojos por las diversas opciones.

Verónica asintió, examinando también el menú. "Sí, pero ya sabes lo que quiero", dijo con una sonrisa pícara, mirándome con complicidad.

Sonreí ante su comentario, sabiendo exactamente a qué se refería. "Sí, pero no está de más echarle un vistazo al resto de las opciones", respondí con un guiño, antes de continuar explorando las diferentes alternativas culinarias que ofrecía el menú.

El mesero se acercó a nuestra mesa y tomó nota de nuestras órdenes. Yo pedí un risotto de mariscos, mientras que Verónica optó por un filete de ternera con puré de papas. Después de anotar nuestras elecciones, el mesero se retiró para pasar nuestro pedido a la cocina.

Una vez que estuvimos solas nuevamente, me incliné hacia Verónica con una sonrisa traviesa. "¿A dónde planeas llevarme después de la cena, Verónica? ¿O es una sorpresa?"

Ella mantuvo el misterio, devolviéndome la sonrisa. "Ah, Isa, si te lo digo, dejaría de ser una sorpresa, ¿no crees? Solo confía en mí".

Rodé los ojos con diversión. "Siempre tan enigmática, Vero. Está bien, me rindo. Solo espero que valga la pena la espera".

Nos reímos juntas, disfrutando del suspense mientras esperábamos que nos sirvieran la cena.

Mientras disfrutábamos de nuestros platos, charlábamos animadamente sobre cualquier cosa que cruzara por nuestras mentes. De repente, un chico desconocido se acercó a nuestra mesa.

"¡Hola! ¿Cómo estás ?" saludó con entusiasmo, dirigiéndose principalmente a mí.

"Hola..." respondí con una sonrisa cortés, mientras notaba la mirada fría de Verónica hacia él.

El chico, presentándose como Marco, comenzó a halagarme. "Disculpa, pero no podía dejar de mirarte desde que entraste al restaurante. ¡Eres realmente hermosa!"

Verónica, quien estaba asesinando al chico con la mirada, no recibió ningún saludo de su parte. Marco, sin embargo, parecía estar decidido a hacerse notar.

"Gracias, eso es muy amable de tu parte", respondí, tratando de mantener la compostura mientras sentía la incomodidad crecer en la mesa.

Finalmente, Marco dio el paso decisivo. "¿Podría tener tu número? Me encantaría seguir conversando contigo".

Miré a Verónica, buscando algún indicio de qué hacer a continuación. Su expresión era un claro indicativo de que la situación no le agradaba en lo más mínimo.

Agradecí a Marco por el cumplido, tratando de encontrar la manera más suave de rechazar su solicitud. "Lo siento, pero no quiero darte mi número. Tengo... novia", dije con un ligero nerviosismo en mi voz.

El chico, sorprendido por mi respuesta, preguntó sobre mi "novia" con un tono de burla. "¿Y dónde está ella? No la veo por aquí", dijo con una sonrisa socarrona.

En ese momento, Verónica intervino con un comentario sarcástico. "Estoy aquí..." Le dijo Verónica con una sonrisa falsa, desviando la atención del chico hacia ella.

La tensión en la mesa se disipó mientras el chico se retiraba avergonzado.

Después de que Lucas se alejara, dejándonos a solas nuevamente, Verónica soltó un gruñido frustrado y masculló algunos insultos al aire.

Rastros de tintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora