[ Somebody Does Love ] - JIMSU ×

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Yoongi, después de despedirse de Jimin con un último beso lleno de emoción, se dedicó a limpiar la mesa del desayuno con una mezcla de tranquilidad y pensativo desánimo. A pesar del ajetreo y la agitación de la mañana, no podía evitar sentir que algo estaba fuera de lugar. La sonrisa de Jimin había estado cargada de una tristeza que Yoongi no lograba entender del todo.

Al terminar de limpiar, observó a Jungkook, quien estaba sentado en la sala con la mirada baja, una expresión de preocupación en su pequeño rostro. Yoongi se acercó y le hablo con voz suave.

—¿Qué pasa, conejito? ¿Por qué estás tan callado?

El niño levantó la vista y, con un esfuerzo le respondió.

—No pasa nada, papi. Solo me duele la pancita.

Yoongi le acarició la cabeza con ternura y le besó la carita, tratando de aliviar su malestar. La preocupación de Yoongi creció, pero no quería presionar al niño. Decidió darle el beneficio de la duda, esperando que la madre de Taehyung llegara pronto para llevarse a Jungkook.

—No te preocupes, amor, —dijo Yoongi con una sonrisa—, pronto llegará la mamá de Tae Tae y te llevará a su casa para que puedas jugar allí. Seguro que te sentirás mejor.

Jungkook asintió con tristeza y se dirigió a su habitación para preparar sus cosas. Yoongi, al verlo, no pudo evitar sentirse un poco desconcertado por la actitud de su hijo. Sin embargo, se concentró en terminar de limpiar la cocina.

Minutos después, Jungkook salió de su habitación con su mochila y le dio un abrazo a Yoongi. En su abrazo había una mezcla de ternura y timidez, un intento de consolar a su padre a pesar de su propia tristeza.

—Voy a ser un buen niño, papi, —le dijo Jungkook con una voz temblorosa.

Yoongi lo miró con una sonrisa, intentando ser positivo.

—Eres un buen niño, amor. Siempre lo eres. —Luego, con un tono más alegre—. Diviértete en casa de Tae Tae, ¿sí?

Jungkook asintió y se despidió de Yoongi cuando la madre de Taehyung llegó para recogerlo. Yoongi vio cómo se alejaban, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación. Mientras terminaba de poner la ropa a lavar, su teléfono sonó, rompiendo el silencio de la casa.

Era Hoseok, su mejor amigo, el dueño de una banquetera. La voz de Hoseok, normalmente animada y llena de vida, sonaba algo urgente y estresada al otro lado de la línea.

—¡Yoongi! ¿Puedes ayudarme? Uno de mis empleados ha dejado todo en un lío y tengo un evento importante esta noche. ¿Podrías ser mi hada madrina y echarme una mano?

Yoongi soltó una risa ligera al escuchar el tono de Hoseok. Era la primera vez que su amigo le pedía ayuda de esta manera, y a pesar de la preocupación que sentía por la tristeza de Jungkook, no pudo evitar sentirse halagado por la petición.