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Al día siguiente, Jimin se dirigió a una pequeña casa a las afueras de Seúl, un lugar que no visitaba con frecuencia pero que sabía que siempre lo recibiría con amor

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Al día siguiente, Jimin se dirigió a una pequeña casa a las afueras de Seúl, un lugar que no visitaba con frecuencia pero que sabía que siempre lo recibiría con amor. La casa, aunque modesta, estaba llena de calidez y recuerdos familiares. Suran, su madre, le abrió la puerta con una sonrisa cálida que contrastaba con la tristeza que Jimin sentía en su corazón.

Suran, en sus cincuenta y tantos años, seguía luciendo joven y llena de vitalidad. A pesar de que vivía separada del señor Park, Jimin solía visitarla siempre. Al ver a su hijo, sus ojos se llenaron de preocupación y ternura. Sin esperar a que Jimin hablara, lo abrazó con fuerza, transmitiéndole un consuelo maternal que parecía calmar en parte su dolor.

Mientras estaban en la cocina, Suran preparaba un almuerzo sencillo pero delicioso, lleno de los sabores caseros que Jimin solía disfrutar de niño. Sin embargo, Jimin apenas tocaba la comida; su mente estaba ocupada con pensamientos de Yoongi y Jungkook. A medida que el aroma del almuerzo llenaba la casa, Jimin finalmente cedió a su tristeza y se rompió en los brazos de su madre. Sus lágrimas caían libremente, y el dolor en su corazón parecía volcarse en cada sollozo.

Suran lo abrazaba con ternura, tratando de calmarlo mientras su propio corazón se apretaba con la preocupación por su hijo. Aunque no sabía exactamente qué estaba pasando, el sufrimiento de Jimin era evidente, y eso le dolía profundamente. Suran, sin palabras para consolar a su hijo, optó por simplemente estar allí para él, brindándole el consuelo físico que tanto necesitaba.

Finalmente, Jimin se calmó un poco y comenzó a contarle a su madre lo que había estado pasando. Entre sollozos y pausas, le relató cómo había conocido a Yoongi, el hombre que parecía ser perfecto en todos los sentidos. Describió a Yoongi como alguien con un corazón bondadoso y una mirada que lo atrapó desde el primer momento. Jimin también habló de Jungkook su hijo.

— Era todo lo que siempre quise. — dijo Jimin con la voz quebrada.

Suran escuchaba atentamente, su corazón se llenaba de tristeza y sorpresa a medida que Jimin compartía su historia. Nunca había imaginado que su hijo estaría tan profundamente involucrado en una familia que él mismo había descrito como perfecta. Jimin, al darse cuenta de la reacción de su madre, rápidamente intentó aclarar.

— No quiero que pienses mal. —  dijo Jimin apresuradamente.
—Yoongi era un padre soltero, y Jungkook se volvió como un hijo para mí también. No quise hacerles daño. Solo... solo quise ser feliz.

Con la voz temblorosa, Jimin sacó su billetera y mostró una foto que siempre llevaba consigo. Era una imagen de Yoongi y Jungkook juntos, radiando una felicidad que ahora parecía tan lejana. Jimin se la mostró a Suran con una mezcla de orgullo y tristeza, sus ojos llorosos reflejaban la desesperación y el arrepentimiento que sentía.

Suran miró la foto y sintió un nudo en el estómago al ver a su hijo con una familia que claramente significaba mucho para él. La imagen de Yoongi y Jungkook, felices y unidos, solo subrayaba el dolor de la situación actual.

[ Somebody Does Love ] - JIMSU ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora