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El sol de la mañana entraba a través de las cortinas, iluminando suavemente la habitación de Yoongi

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El sol de la mañana entraba a través de las cortinas, iluminando suavemente la habitación de Yoongi. A pesar del vacío que sentía en su pecho, el deseo de proteger a su hijo lo mantenía en pie. Esa mañana, Yoongi se levantó con una determinación renovada. El dolor seguía presente, pero su prioridad era asegurar que Jungkook no sufriera más. Aunque el mundo se sentía como si estuviera desmoronándose a su alrededor, debía mantener la apariencia de normalidad para su pequeño.

Yoongi se dirigió a la habitación de Jungkook, abriendo la puerta con cuidado para no hacer ruido. Allí estaba su hijo, envuelto en su manta favorita, con el peluche apretado contra su pecho. Yoongi se acercó a la cama y comenzó a cubrir la carita de Jungkook con pequeños besos, tratando de infundirle la calidez y el amor que sentía a pesar de la tristeza que lo envolvía. Jungkook despertó con una sonrisa tímida, su carita iluminada por el afecto de su papá.

—¡Buenos días, mi amor!— dijo Yoongi con una voz alegre que escondía el dolor que sentía.
— Hoy vamos a hacer algo muy divertido. Vamos a ir a ver la escuelita donde irás al kinder. ¡Imagínate cuántos niños nuevos conocerás y qué juegos podrás jugar! Y lo mejor de todo es que Tae Tae estará contigo.

Jungkook, aún somnoliento, mostró un destello de entusiasmo en sus ojitos. —¿De verdad, papi?. — preguntó, su voz un poco ronca por el sueño.

— ¡Claro que sí! — respondió Yoongi con una sonrisa forzada pero sincera. — Va a ser un día genial. Vamos a ver cómo es la escuela y podrás jugar con los otros niños. Y Tae Tae está muy emocionado de verte allí también.

Con esas palabras, Yoongi se dedicó a preparar a Jungkook para el día. Lo vistió con cuidado, eligiendo con esmero una camiseta con uno de los dibujos animados favoritos de su hijo. Mientras le colocaba los zapatos, Yoongi hablaba sobre lo divertido que sería el día, manteniendo la conversación ligera y animada para que Jungkook no notara nada fuera de lugar.

Una vez listos, se dirigieron hacia la escuela, Yoongi conduciendo con la misma dedicación con la que se había levantado esa mañana. Cada gesto, cada palabra, estaba cuidadosamente calibrado para mantener la ilusión de normalidad. En el camino, intentó concentrarse en lo que estaba haciendo, forzándose a alejar sus pensamientos de la dolorosa verdad que lo atormentaba.

Al llegar a la escuela, Yoongi notó que el lugar era acogedor y lleno de colores vibrantes, un ambiente ideal para los niños. Jungkook, con su pequeña mochila sobre sus hombros, miraba a su alrededor con curiosidad. El entusiasmo del niño era palpable y Yoongi se sintió reconfortado al ver la alegría en su rostro, aunque su propio corazón estaba pesado con tristeza.

Se encontraron con Taehyung y Sana que esperaban en la entrada. Tae  saludó a Jungkook con una gran sonrisa, y los dos niños se abrazaron con entusiasmo. Yoongi intercambió algunas palabras con Sana, la verdad es que desde que Hoseok y ella se casaron, ambos han sido un gran apoyo para él y su conejito.

[ Somebody Does Love ] - JIMSU ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora