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El sol apenas comenzaba a salir cuando Jimin se levantó de la cama, en silencio, para no despertar a Yoongi ni a Jungkook, que dormían profundamente abrazados. Los pequeños brazos de su hijo se aferraban a Yoongi, y la escena hizo que el corazón de Jimin se encogiera de amor y preocupación. Esa pequeña familia era todo para él, y no permitiría que nadie la destruyera.

Se vistió rápidamente, con un solo objetivo en mente: proteger a su familia, sin importar lo que hiciera falta. Mientras salía de la casa, una ola de determinación se apoderó de él. No dejaría que Kihyun, ni nadie, le arrebatara a Jungkook o hiriera a Yoongi.

Al llegar al despacho de su abogado, se sentó en la cómoda silla de cuero, esperando que el hombre revisara unos documentos antes de que comenzaran a hablar. Después de unos minutos, el abogado levantó la vista, listo para atenderlo.

—Jimin, ¿qué puedo hacer por ti esta mañana? —preguntó el abogado, ajustando sus gafas y observando el rostro serio de Jimin.

Jimin no perdió el tiempo. Su voz era firme, pero cargada de la urgencia y la preocupación que había llevado consigo esa mañana.

—Necesito saber si hay una forma de que yo, legalmente, pueda ser reconocido como el padre de Jungkook —comenzó Jimin—. Sé que Yoongi y Kihyun ya están en el panorama, pero… ¿hay alguna posibilidad de que yo también pueda ser su padre?

El abogado frunció el ceño ligeramente, pensando en la situación. Jimin lo observó con una mezcla de esperanza y ansiedad. Sabía que, en un juicio, la situación con Kihyun podría volverse complicada, y la idea de que alguien más pudiera reclamar a Jungkook lo atormentaba. Ser el padre legal de Jungkook podría protegerlo de cualquier conflicto futuro.

—Mmm, legalmente es complicado, pero no imposible —respondió el abogado tras unos segundos—. Primero tendríamos que revisar la situación actual de Kihyun. Él es el padre biológico de Jungkook, pero como no ha estado presente desde que supo del embarazo de Yoongi, eso podría jugar a tu favor. Además, si Yoongi y Kihyun están de acuerdo, podrías presentar una solicitud de adopción. Eso te convertiría legalmente en el padre de Jungkook.

Jimin asintió lentamente, procesando la información.

—¿Y eso podría detener a Kihyun si decide pelear por la custodia de Jungkook? —preguntó Jimin, su voz cargada de preocupación.

El abogado hizo una pausa, evaluando cada posibilidad antes de responder.

—Depende. Si Kihyun acepta la adopción, estarías en una posición legal más fuerte. Pero si él decide pelear por la custodia antes de que puedas completar la adopción, sería un proceso más largo y complicado. Aun así, podríamos argumentar que has sido una figura paterna estable en la vida de Jungkook y que es en su mejor interés permanecer bajo tu cuidado y el de Yoongi.

Jimin apretó los puños sobre sus rodillas. La sola idea de un juicio le revolvía el estómago, pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para proteger a su familia.

—Entiendo. Quiero empezar el proceso de inmediato —dijo, sin dudar.

—Bien. Necesitaremos el consentimiento de Yoongi y, lo ideal sería, de Kihyun también. Si él está dispuesto a firmar, esto podría resolverse sin demasiados problemas. Pero si se resiste, prepárate para una batalla legal más larga —advirtió el abogado.

Jimin suspiró, sabiendo que no podía evitar ese riesgo. Pero estaba decidido a hacerlo por Yoongi y Jungkook.

—Hablaré con Yoongi. Gracias por tu tiempo —dijo Jimin, levantándose de la silla.

—Estaré esperando tu respuesta para comenzar el proceso —respondió el abogado, recogiendo los documentos en su escritorio.

Jimin salió del despacho con el corazón aún cargado, pero al menos tenía un plan. Sabía que Yoongi no querría enfrentarse a más problemas legales, pero no podía arriesgarse a perder a su hijo. Mientras conducía de vuelta a casa, repasó mentalmente cómo tendría la conversación con Yoongi.

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Jimin había acabado de explicarle el plan, su voz segura y firme mientras hablaba sobre la custodia legal de Jungkook y los riesgos que querían evitar. Yoongi seguía en silencio, procesando cada palabra. El amor y la preocupación que Jimin mostraba por él y su hijo eran sunceras, pero había algo más que lo inquietaba.

Yoongi finalmente levantó la mirada, aún con sus manos alrededor de la taza de café, y sus ojos se encontraron con los de Jimin. Hubo un silencio cargado de emociones antes de que Yoongi, con la voz suave pero decidida, hablara.

—Jimin… —comenzó, titubeando ligeramente—. Tú ya eres el padre de Jungkook. No necesitas un papel ni una custodia legal para eso.

La confesión fue directa y sincera, dejando a Jimin un poco sorprendido. Yoongi tomó aire y continuó.

—Jungkook te ha visto como su papá desde que puede recordar. No importa lo que digan los documentos o lo que Kihyun piense. Tú lo has cuidado, lo has amado, has estado con él en sus primeros pasos, sus primeras palabras y él te ve de la misma manera. Eres su padre… siempre lo has sido.

Jimin parpadeó, sus emociones comenzando a mezclarse. Sentía el peso de las palabras de Yoongi, que tocaban algo profundo dentro de él. Sin embargo, la necesidad de asegurarse de que todo estuviera en orden, legalmente y emocionalmente, seguía pesando en su mente.

—Yoongi, lo sé —respondió Jimin con ternura, tomando la mano de Yoongi entre las suyas—. Y créeme, no necesito un papel para sentirme el padre de Jungkook. Lo que tenemos no depende de eso. Pero el mundo en el que vivimos no siempre lo ve de la misma manera. Si algo llegara a suceder, quiero estar seguro de que nadie podría hacerle daño, ni a él ni a nosotros. Quiero que estemos protegidos… para que nunca tengamos que preocuparnos por perderlo.

Yoongi lo miró y acarició la mejilla de Jimin con delicadeza, sintiendo la calidez de su piel bajo sus dedos. Por un momento, el mundo pareció detenerse entre los dos, mientras se miraban a los ojos en silencio. Yoongi dejó escapar una pequeña sonrisa, llena de amor y gratitud.

—Me da gusto haberte conocido, Park Jimin —dijo suavemente, su voz temblando levemente por la emoción que se acumulaba en su pecho.

Jimin sintió que su corazón se aceleraba ante aquellas palabras, tan sencillas pero llenas de significado. Se inclinó hacia Yoongi, tomando su mano con suavidad mientras mantenía la mirada fija en él.

—Yo también, Ángel —respondió, su voz baja, pero cargada de sinceridad—. No puedo imaginar mi vida sin ti… ni sin Jungkook.

Yoongi sonrió más ampliamente esta vez, sintiendo cómo una parte de su corazón que había estado angustiada finalmente encontraba un poco de paz. A pesar de todas las dificultades, de las decisiones complicadas y del futuro incierto, tener a Jimin a su lado hacía que todo valiera la pena.

Jimin, notando el brillo en los ojos de Yoongi, no pudo evitar inclinarse un poco más y dejar un beso suave en su frente.

—Vamos a salir de esta, Yoongi. Somos una familia, y no importa lo que pase.

Yoongi asintió, sintiendo cómo una lágrima se formaba en la esquina de su ojo, pero la contuvo, sabiendo que no quería romper aquel momento tan íntimo con más tristeza.

—Gracias, Jimin —susurró Yoongi.

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Voy a terminar el fic y lo voy a publicar 🫶

Ayyy es que luego me emociono y le meto más drama al drama. En fin, lean el otro ff que olvide su nombre en este momento 🤣🤣 solo me acuerdo que lleva el nombre de la canción de Tae y Jin en el ost de hwarang 🥴

[ Somebody Does Love ] - JIMSU ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora