Extraño. Con esa palabra se describía en ese momento. No por el simple hecho de estar en su departamento, acostado en la cama y con un sueño de muerte, sino porque desde que llegó a su hogar, tenía un extraño presentimiento. Su alfa no había parado de aullar y de rasguñar su pecho. Era extraño porque tenía unas inmensas ganas de vomitar. Era extraño, porque aunque fuese loco, podía sentir como su alma se le partía.
Pensó en que quizá se le estaba acabando la poca cordura que siempre había tenido. Sus dedos no habían parado de temblar desde que se tomó aquel vaso de agua. Algo extraño le estaba pasando, no sabía qué era. Un escalofrío recorrió por su cabeza hasta la punta de los dedos del pie. Sí, quizá se estaba volviendo loco o quizá era porque no había dormido bien en los últimos días.
No se acomodaba en la gran cama que tenía. Cambiaba de posición una y otra y otra vez y no lograba dormir. Estaba cansado, de eso no había duda, pero, ¿Por qué no lograba quedarse dormido? No tenía hambre, había comido hace apenas unos minutos. Se había bañado, por un largo tiempo. Hizo todo lo que siempre hacía al llegar a su departamento, ¿Qué le faltaba por hacer? No lo entendía. En verdad no entendía.
Suspiró, rendido.
Salió de la cama, dando fuertes pasos, solo como él sabía hacerlo. Llegó a la cocina y se sirvió un vaso de agua helada, tomó mucha, lo supo porque luego le dieron ganas de ir al baño y fue. Limpió su cara al menos dos veces, sabía que con eso se le iban a quitar aún más las ganas de dormir. ¿Qué más daba? Podía quedar ahí, sentado en la cama o en sillón, viendo películas o alguna que otra série en Netflix.
A veces no tenía vida social.
Regresó a la cocina y se preparó un licuado de muchas cosas verdes, era horrible, pero ya se había acostumbrado al amargo sabor de ese licuado. Fue hasta la sala en donde prendió la televisión, iba a sentarse pero entonces algo se alarmó dentro de él.
Lo escuchó.
Lo sintió.
Su omega pidiendo ayuda.
Tan solo un débil JungKook, pudo escuchar, después de eso ya no sintió ni escuchó nada.
El vaso que tenía en sus manos, junto con el control, cayeron al piso. No supo en qué momento los dejo caer, tampoco supo en qué momento se había puesto de rodillas, todo parecía estar en una maldita cámara lenta.
Tomó su teléfono y comenzó a llamar a TaeHyung, tenía una brisa de esperanza, en verdad anhelaba que el omega le respondiera el teléfono. Al escuchar el sonido de la contestadora, supo que todo iba muy mal.
En primer lugar, TaeHyung siempre contestaba las llamadas. En segundo, nunca pero nunca dejaba la contestadora.
Tecleó rápidamente el número de YoonGi y fue un alivio que este le respondiera.
—Creo que algo le pasó a TaeHyung. —soltó de golpe.
Silencio.
—Cálmate y dime de nuevo. —dice su amigo.
—¡No quiero calmarme. Te estoy diciendo que algo le pasó a TaeHyung! —gritó.
Desesperación.
Sentía una gran desesperación.
Tenía que llegar a esto para darse cuenta lo idiota que se había portado con TaeHyung. No le faltaban las ganas de pegarse la cabeza en una pared.
—¿Le marcaste? —dijo YoonGi. Al menos YoonGi si sabía cómo mantener la calma.
—¡No responde!
—Carajo —murmuró, —te veo afuera para ir hasta su casa.
JungKook se tiró al piso, sintiendo como todo su cuerpo le quemaba, su alfa no había parado de aullar y soltar lamentos llenos de dolor y más dolor. En su mente se repetía una y otra vez que todo estaba bien, pero vamos, nada estaba bien. Todo estaba muy mal.
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El secreto de tu aroma | kooktae
ФанфикCuando él se enoja, su aroma es de café. Cuando está triste, su aroma es limón. Cuando está feliz, su aroma es de vainilla con chocolate. Cuando está en celo, su aroma es de fresas. Un omega que cambia de aroma según su estado de ánimo. Nadie ha log...