Capítulo 7

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Sus manos viajaron directamente hasta el cuello del más alto. Su instinto le ganó e hizo que se pusiera se puntitas, para poder juntar sus labios aún más. Era mágico como sus labios encajaban perfectamente, como estos se movían solos. La manera en que JungKook sostenía a TaeHyung, era impresionante, lo tenía acorralado en la puerta, con sus manos en la cadera del mayor, juntando sus cuerpos para que no quedara un espacio abierto, sin duda, era como una de esas miles de escenas románticas que salían en las películas, era hermoso.

TaeHyung sentía que perdía todo su autocontrol, sentía como su omega chillaba, sollozaba y hasta soltaba gemidos de la alegría de tener a JungKook cerca de él. Aún estaba un poco en una conmoción, por una parte quería golpear a JungKook por ser todo un atrevido y por otra quería seguir besándolo. El omega se sentía como todo un adolescente que recibía su primer cortejo o algo parecido, estaba sintiendo esas mariposas en el estómago y a decir verdad, se sentía bien.

El alfa se separó por falta de aire, había un hilo de saliva, el cual se terminó rompiendo por la lejanía. TaeHyung tomó a JungKook de las mejillas y volvió a unir sus labios, había resultado un tanto adictivo a los besos de JungKook, y eso que apenas se habían dado dos.

JungKook sabía que tenían que terminar eso ya, también sabía que los amigos de TaeHyung estaban dentro de la casa. Las luces estaban prendidas y se podían escuchar risas que venían de la sala, junto que los regaños de Adhara. Pero JungKook no quería que eso terminara, quería seguir besando a TaeHyung.

—Hay que entrar —susurró TaeHyung. El omega se alejó del alfa, apoyándose en la puerta, mirando los ojos de JungKook, los cuales estaban de un tono un poco negro, gracias a que sus pupilas estaban dilatadas. Estaba más que claro que ninguno quería entrar a la casa, y no había necesidad de decirlo con palabras, pues ambos sabían, que ninguno quería entrar para ver películas. —Mejor… A la mierda.

TaeHyung se abalanzó contra JungKook, para volver a unir sus labios, una vez más, ambos se estaban besando. Y era raro, porque TaeHyung nunca sintió la necesidad de besar a alguien tanto tiempo. Todo se sentía demasiado raro. Las manos de JungKook estaban en la cadera de TaeHyung y estaba apoyándolo en la puerta. Los labios de JungKook contra los suyos, se sentía raro. Simplemente estar con JungKook, lo hacía sentir raro, demasiado raro. Y a pesar de que todo fuera raro para TaeHyung, de alguna manera le estaba gustando.

TaeHyung gimió cuando las manos de JungKook se adentraron a su espalda, por suerte estaban cálidas, a pesar de que corría una brisa de aire fresco. La mano de JungKook estaba inquieta, subía y bajaba por toda su espalda, haciendo que su piel se erizara y que su espalda se arqueara un poco.

—Ya es hora de entrar —esta vez habló el alfa, haciendo que la piel de TaeHyung se erizara aún más.

Un rato más... solo un pequeño rato.

TaeHyung abrió la puerta de su casa, fueron hasta la sala en donde sus amigos estaban sentados. SeokJin tenía una pijama celeste con varios dibujitos, Jimin tenía una igual, solo que esta era de color negro y Adhara, bueno, era un poco diferente, la blusa era de tirantes con un short pegado a sus piernas, con unas sandías un tanto kawai. Tenían como un código de pijamas, las pijamas tenían ilustraciones de las cosas que amaban o que odiaban.

Ambos omegas estaban rodeando a Adhara, la alfa tenía su cabello suelto, la hacía ver un poco más amable y menos intimidante. La estaban maquillando, la alfa se estaba quejando a cada rato.

—¡TaeHyung! ¡Por fin llegan! —exclamó SeokJin.

—¿Cómo entraron? —preguntó.

—SooYeon nos dio una llave, para no tener que estar tocando la puerta como locos. —comenta Jimin.

El secreto de tu aroma | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora