Sunoo, un estudiante que esta fuertemente enamorado de alguien más, ese alguien es Ni-ki, pero de un momento todo esto cambia hasta que llega Sunghoon y toda esta historia empieza a ser una confusa batalla de sentimientos.
Hoy un día normal en la universidad donde Jake pidió que habláramos, me encontraba muy nervioso pero en el fondo sabía que era por algo bueno o que no habría una pelea de por medio. Jake empezó a hablar sobre lo nuestro y decidimos poner fin a esto, ya que ambos no sentíamos nada amoroso hacía el otro, él me contó que había escuchado sin querer la conversación que tuve con Jungwon en el baño, por eso estuvo tan raro cuando lo saludamos, pero en sí terminamos como muy buenos amigos obviamente ya que ninguno quería engañarse a sí mismo y estar comprometido a algo que probablemente nisiquiera iría a funcionar. Jake me contaba que el sabía más o menos sobre mis sentimientos hacía Sunoo, creo que no puedo fingir bien, a pesar de que no suelo mostrar mucho mis sentimientos hacía la gente ya que me da vergüenza, esto fue algo distinto, yo tenia claros mis sentimientos hacía Sunoo. Yo lo quiero mucho y la paso increíble junto a él, me gustaría pasar el resto de mí vida a su lado, abrazarlo, darle todo el amor y cariño que tengo acumulado, junto a él me siento a salvo, me siento en confianza y me siento feliz, ha sido la razón de mi felicidad desde el primer día en que hablamos y en que lo vi. Cuando estoy con él es como si fuera el único ser humano que está presente, el único que alegra mis días y que cambia lo malo a algo bueno, no sabría como más expresarme, no soy tan bueno en eso ya que suelo ser muy vergonzoso y preocuparme lo que piense la gente de mí y de mis acciones.
Acabaron las clases y yo ya sabía donde llevar a Sunoo, al café de gatos, allí iríamos.
Ya habían acabado las clases, fui a buscar a Sunghoon ya que unos minutos antes había ido al baño. Llegue al baño y lo vi lavándose la cara, cuando colocó agua en su cara apoyo sus manos en la mesa de los lavamanos mirando fijamente el agua caer de la llave de agua, luego levantó la cabeza y me vió un poco asustado sin decir ni una sola palabra, él se veia tan lindo.
-¿Éstas bien? te quedaste ahí pegado mirando el agua. - me acerqué para apoyar una mano en su espalda.
Sentí como su corazón iba muy rápido, supuse que fue por el susto.
-Ah, no me pasa nada, solo me asustaste un poco, apareciste de la nada.- soltó una pequeña risa.
-Ay, lo siento, relájate un poco.
Separó sus manos del mueble para estar recto y nos quedamos mirando unos pocos segundos y lo abracé, el demoro un poco para poner sus brazos rodeando mi espalda.
-Escucho tus latidos, son como mil por segundo, ¿te encuentras bien? ¿te agitaste? ¿corriste? - me separé un poco de él para mirarlo y vi que estaba todo rojo.
El estaba serio y no decia ni una sola palabra, estaba todo tieso aún que el es así igualmente se notaba que algo le pasaba.
-¿Sung? ¿que pasa? te quedas todo tieso mirándome, estás todo rojito, ¿te sientes bien? - dije tocando su frente con mi mano.
-Ah, sí si perdón Sun ya aterricé.
-Ay que bueno, pensé que ya te habías quedado en otro mundo. - reímos.
-Claro que no si no estabas ahí tú.
Sentí un calor leve en mi cara, me había puesto un poco rojo, éste chico me hacia ponerme nervioso.
-Bueno, ¿iremos al lugar que me dijiste?
-Claro que sí, vamos ahora mismo.
Fuimos caminando hacia un lugar que estaba un poco escondido, estuve todo el camino preguntándole a Sunghoon que a donde íbamos.
-Yaa dime, no seas así. - hice un puchero.
-¿Así como? - se rió.
-Me dejas con la intriga, ya dime.
-No te diré, te esperas hasta que lleguemos, no falta mucho.
-Ay, dale, ¿que te cuesta? - dije dando pequeños saltitos mientras caminabamos.
-Ya casi llegaremos.
-Dime o me devuelvo. - bromee.
-Devuelvete, porque no te voy a decir.
-Okey, chao.- me di vuelta para irme cuando el me agarro del brazo.
-No te vayas, quiero que te sorprendas al llegar al lugar, mira faltan... 3 minutos y llegaremos.
-Yaa, bueno, esta bien. - crucé mi brazo junto al de él, ya que su mano estaba en su bolsillo de su chaqueta.
-Ya llegamos.
-¡QUE HERMOSO! ¿Entremos sii? - saqué su mano de su chaqueta para tomarla y jalarlo con delicadeza para entrar a el lineo lugar.
Entramos y era un café de gatos, había abierto hace muy poco, no había tanta gente ya que apenas abrió. Yo pedí un café con leche y Sung chocolate caliente y ambos unos cupcakes de distintos sabores.
Mientras esperamos nuestro pedido fuimos a ver los gatitos que habían en el local. Eran muy lindos y suaves, su pelaje estaba muy bien cuidado ya que era brillante y muy suave, también podíamos jugar con ellos y alimentarlos, tenían sus propios juguetes, y lo mejor de todo es que una de esos gatitos había tenido bebés y tuvimos la gran oportunidad de darle de comer a uno de esos bebés.
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