Impulso

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—Entonces, ¿crees que recordar esa noche te hará seguir con tu vida?

—¡Sí! Aunque sé que ya no importa.

—¿Él te dijo que ya no importa?

—No... pero de todos modos ya tiene a otra persona y yo me pienso mudar a la chingada de ahí.

—¿A su novia?

—Ajá, esa tipa.

—La chica no tiene la culpa.

Ana ya me había cuestionado sobre mi mudanza y por eso ya no metió su cuchara en ese tema. Era algo que no pensaba discutir más. Tenía claro que era lo mejor para mi pobre corazón irme de ahí antes de verlos juntos. No iba a soportarlo y no estaba muy estable para arriesgarme o jugarle a la fuerte, por ahora.

—¡Claro que sí, Ana!... y me da mucho coraje, ya te conté cómo es ella —me quejé. 

Varios amigos decían lo mismo, la chica era una loca celópata. Me recargué en mi silla mientras ella me miraba con atención del otro lado de la pantalla.

—Volvamos a lo otro... Supongamos que lo recuerdas ¿qué cambiaría? —abrí los ojos de sopetón, no había pensado en eso—, Tú coraje con él es que no fue honesto ¿qué cambia al saber si fue tu culpa o la de él? —me quedé en blanco... ¿Qué cambiaba?

—Si fuera su culpa, significa que se aprovechó de mí, de mi amistad, de mi confianza. No podría ni siquiera ser su amiga si eso fuera así —expliqué.

—Okey, es entendible ¿y si tú comenzaste todo?

—Lo habría juzgado injustamente.

—¿Y qué pasa con el hecho de que no te lo dijo? ¿Para tí eso es negociable?

—Eso... bueno... creo que yo hice algo parecido —acepté avergonzada.

—Cuéntame al respecto —se inclinó interesada.

—Bueno... Hace unos días... salí a comer con una amiga. Samantha... sí se llama igual que yo jaja —Ana me sonrió y esperó a que continuara—. Okey... Platicamos un rato y nos echamos un cafecito muy rico. Encontré una tienda en Amazon que vende muy buenos cafés internacionales —le informé.

—¿Por qué dices que hiciste algo parecido? —Ana era buena para centrarme en el tema, yo daba muchas vueltas al hablar.

—Bueno... estuvimos hablando de todo y como sabe, mi soltería pues es pública ¿no? Bueno, entre todo... pues ella me preguntó por Osvaldo y le conté todo. Pero... ella me recordó algo que yo hice...

—¿Y qué es eso?

—Mira... cuando yo terminé con Félix, pues no sé... yo pensaba que lo que pasó con Osvaldo era un sueño y así, entonces como que me clavé mucho con él ¿no? Y en una peda con mis amigos, yo le pedí que me besara, pero él no lo hizo. Mi amiga lo vió, la neta yo ni me acordaba de eso —reí.

—Parece que tenemos un tema con tu forma de beber.

—S-sí... —me puse roja.

—Explícame, ¿cómo eso se relaciona con que él no te dijera sobre aquella noche entre ustedes?

—Ah, pues porque yo supe ¿okey? Ella me lo contó al día siguiente y yo jamás se lo dije, nunca le conté que lo sabía, ni le pedí disculpas, ni nada, por eso. Pues... yo también hice lo mismo ¿no?

Con razón... él te dijo que sufría por tu culpa cuando te ponías peda... 

¿y si tú te le metiste esa noche?

Astromelia  | Rivers x ElMarianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora