Astromelia | Rivers x ElMariana

Fantasía / realidad (parte 1)

Advertencia +18

Abrumada con las nuevas sensaciones que mi cuerpo disfrutaba, miraba a sus profundos ojos negros. Sus párpados levemente caídos a causa del placer que compartíamos en ese momento; con mi pulgar recorría su mejilla rasposa debido a una creciente barba de un día. Delicadamente acariciaba su piel, disfrutando el momento. Cuando él notaba que yo bajaba el ritmo, poco a poco disminuía la intensidad de sus movimientos. Realmente estaba pendiente de mí, y eso me gustaba mucho. Lo besaba con más tranquilidad; él empezaba a ser dulce y cada beso se sentía mejor, tanto que deseaba alargarlo todo lo que fuera necesario. Sus labios se abrían con una leve sonrisa, casi imperceptible, y un revoloteo cosquilleaba mi estómago.

—Me gusta esto —decía con una voz profunda.

Las cosquillas aumentaban en mi estómago; la idea de que Osvaldo disfrutara de estar conmigo de esta manera me fascinaba por completo. Necesitaba sentirme deseada, y él, definitivamente, lo lograba. No podía evitar sonreír por su repentina confesión.

—A mí también —me acercaba para besarle; ponía mis labios en su nariz y luego buscaba su boca. No sabía por qué, pero quería besar cada rincón de su cara.

Tomaba mi rostro con su enorme mano mientras me regalaba una hermosa sonrisa; mi pequeña cara estaba cubierta por su piel. Ahora él me besaba mientras continuaba moviendo sus caderas suavemente sobre mí. Aún así, era demasiado, tanto que no podía con la cantidad de fibras nerviosas que su cuerpo abría en el mío. Gritaba, jadeaba y gemía para poder soportarlo todo, para evitar que mi cuerpo estallara con el montón de sensaciones que sentía al mismo tiempo.

Su respiración estaba sobre la mía, chocando coordinadamente. Ambos estábamos disfrutando. Sus manos comenzaban a acariciarme con mucha delicadeza y yo lo abrazaba, hundiendo mi rostro sobre su hombro, dándole pequeños mordiscos. Él seguía moviéndose gentilmente, incluso cuando aumentaba la velocidad; se sostenía de mis caderas y yo lo apretaba con mis piernas, tratando de que no se separara de mi cuerpo. Lo necesitaba conmigo.

Me estaba gustando mucho más de lo que imaginé. Cuando se hundió sobre mi pecho y luego alzó mi espalda para tener un mayor movimiento, sentí que casi me rompía en dos. El placer era tan intenso que apreté los dientes y empuñé mis manos sobre su torso, aferrándome a él. Al terminar, el cansancio fue tan pesado que solo busqué acostarme en su pecho para descansar; el suave aroma a perfume que tenía me relajó hasta quedarme dormida.

—¡¡¿Qué?!! —Abrí los ojos abruptamente, junto con un jadeo ahogado saliendo de mi boca. 

Parpadeé varias veces para digerir un poco lo que acababa de pasar ¿Fue un sueño? Tomé mi pecho apretando el puño sobre mi blusa, mi corazón iba a mil por hora y mi entrepierna estaba húmeda por el caluroso sueño que acababa de tener. ¿Qué? ¡No! ¿Qué chingados me pasa? Me senté en la cama y enredé mis dedos en mi cabello intentando desentrañar las razones de lo que mi cabeza acababa de imaginar. Me sentía super confundida ¿qué había sido todo eso? ¿por qué estaba teniendo sueños húmedos con mi amigo? ¿Por qué con él? Luego una sensación de vergüenza y enojo conmigo misma me inundó. Apenas y estaba soltera como para andar de cuzca pensando en alguien más, sobre todo en Osvaldo ¡No mames! ¡Ay no! ¡No, no, no! ¿Qué me pasa? ¡Yo amo a José! ¡Sí!  Me aferré a esa idea, pero la cara del mojón me vino a la mente y me dí varios golpes en la cara para regañarme a mí misma, ¡Hey, ya! ¡Fue solo un pinche sueño! ¡Cal-ma-te! Necesitaba deshacerme de esa imagen y no volver a soñar esa madre nunca más en mi vida. Sería un secreto que me llevaría a la tumba.

Suspiré para calmar mis ansias y me di cuenta que estaba en el cuarto de Osvaldo, pero él no estaba en ningún lado. Tenía el cabello un poco mojado ¿Me bañé? Todavía traía la ropa de anoche, así que seguro que sí me había bañado, a veces hacía eso cuando tenía calor, pues era medio sonámbula. De pronto empecé a sentir un dolor punzante en mi cabeza. ¡No mames!, anoche nos pusimos una pedota... Estábamos en un bar cerca del hotel, Ded vino con nosotros en el Uber... no pude seguir el recorrido. Mis recuerdos estaban en blanco después de eso.