Extra 1

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La Velada IV

-¡Hey, culera, eso me dolió un chingo! -se retorció de dolor con los dientes apretados.

-Jajaja lo siento, perdóname ¿okey? Se me pasó un poquito la mano, perdóname, por favor -me acerqué para sobarle el costado.

-Pinche chaneque, hasta me sacaste el aire, voy a quedar todo chueco por tu culpa.

El equipo comenzó a gritar y meter cizaña y él empezó a darme golpecitos en la cabeza para desquitarse. Me recordó a Ronny cuando se emputaba.

-¡Oye! Eso es ilegal, cabrón -solté un jab qué conectó directo a su mentón, iba a responder, pero el reloj sonó, nuestro sparring había terminado.

-Andas muy agresiva ¿no crees? -Osvaldo parecía molesto.

-Ha de andar emputada porque no puedes pistear todavía.

-¡Deja tus mierdas, Aldo! -me saqué la careta y caminé fuera del ring.

-Uy, ya se enojó la niña.

-¿A dónde vas, amor? Aldo, no la estés chingando qué todavía tiene la misma fuerza del año pasado -se volvió a sobar.

-Ya les dije que no estoy enojada, pero si siguen diciendo eso me voy a emputar de verdad, eh. Nada más voy a hacer pipí, loco, es que tomé mucha agua -me había estado aguantando desde el segundo round.

Aldo soltó una carcajada mientras yo corría hacia el pasillo, solo le pinté el dedo a la distancia.

Cuando regresé, Osvaldo estaba recargado en el ring, Aldo y su entrenador peleaban.

-Ya volví -Osvaldo me abrazó con una sonrisa.

-¿Ya mejor? -rodeé los ojos mientras lo alejaba.

-Déjate de cosas, solo se me pasó un poquitito la mano y ya.

-Pero hoy has estado un poco cortante conmigo, me da trizteza que ni mi amor me quieras decir -hizo un puchero y me sentí culpable, la razón de mi humor era estúpida y me daba harta pena como para ser honesta y decírselo.

-No es nada, igual solo tengo hambre.

-¿Segura qué es eso? ¿Aún me amas?

-Por supuesto que lo hago -acaricié su mejilla ¿y si le confieso la verdad?

-No dijiste la frase -me reprochó.

-Te amo ¿okey? -su sonrisa volvió.

-¡Ay, qué monos! -jadeó Aldo con una voz aguda, su round había acabado.

-¡Eres un chismoso! -me quejé.

-Es que es extraño, güey, todavía no me acostumbro.

-Loco, lo sabes desde hace medio año, exageras un chingo -bufé.

Aldo se había hecho el indignado, pues mi poste le había ocultado todo desde el principio. Fue hasta la posada con nuestra agencia que nos vio juntos y de ahí, solo nos vimos otras dos veces, en las que le siguió jodiendo con lo mismo.

Cuando los entrenamientos terminaron, nos dirigimos directo al hostal. Justo hace un mes habían baneado los Airbnb en toda España pero, por suerte, alcanzamos a rentar uno por unos días y luego, nos vinimos para acá, neta que pinche suerte.

-¿Pides algo de comer en lo que me baño? -tenía su ropa hecha bolita entre sus brazos; ya se dirigía al baño.

-¿Y yo? -gemí, también quería ducharme, estaba toda apestosa.

Astromelia  | Rivers x ElMarianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora