XIII

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La Toscana era, independientemente de todo concepto vampiro, un hermoso lugar en donde nunca parecía haber problemas, con grandes campos y adorables pueblos que hacian desear no querer ir a otro lugar.

Resultaba difícil para Lyra creer que en aquel lugar se llevaban muchas veces misteriosas desapariciones, producto de "ciertos seres 'míticos' que succionaban el alma de los 'pecadores' dejando a cada hermoso pueblo libre de cualquier mal".

Una respuesta un tanto singular para justificar las acciones de dicho clan, pero algo predecible por provenir de una dulce anciana tradicionalista.

—¡Oh Dios, esto te quedaría perfecto!

El chillido de la mujer vidente logró sacar a la pelinegra de sus pensamientos, caminando de vuelta a su amiga y dejando que Alice acomode las nuevas gafas de sol que se había puesto.

—Comprémoslo rápido, ya casi atardecerá —tomó los accesorios que su amiga eligió minutos atrás y se dirigió a pagarlo, teniendo a la contraria a su costado— ¿Sucede algo?

—No siento que estés tomando estas vacaciones como lo que son —Lyra asintió mientras sacaba su tarjeta de crédito—, podría jurar que estás más estresada que antes.

Oh claro, vacaciones... 

Por más que estime a su querida amiga, no podía mencionarle su verdadero motivo ya que seguramente la delataría con Carlisle, causando que este no lo permita.

Aunque Jane era su compañera, con la que indiscutiblemente la inmortalidad la había emparejado, todos los hechos pasados y más que todo los líderes de su clan lograban causar cierto temor en el Cullen mayor que intentaba evitar cualquier peligro a manos de los Vulturi.

Pero eso no era tan sencillo para el pelirrubio, ya que justo ahora Lyra pensaba en distintas maneras para infiltrarse en el clan solo para ver a su linda pareja, incluyendo en él deshacerse de su querida amiga.

—Detén cualquier pensamiento que no tenga que ver con el objetivo principal de este viaje —ordenó—. Un descanso no funciona si no lo aprovechas, así que procura disfrutar estos días al máximo.

Y sin saberlo, Alice afianzó aún más su motivo por el cual visitaba aquel lugar. Claro que aprovecharía su estancia al máximo, pero a diferencia de su amiga, ella estaba dispuesta a quedarse aquí el tiempo que sea necesario.

El atardecer se posó nuevamente y con él mucha más energía por parte de la chica Cullen que no dudó en empujar a su amiga hacia una librería.

—No sabía que te gustaba leer, hadita.

—Me ofendes —murmuró mientras continuaba en la búsqueda de algun libro de su interés—. Es una pena que los escritores no sean inmortales, mentes brillantes desperdiciadas en cuerpos mortales.

Lyra sonrió para después analizar el lugar, los pasillos no tan amplios pero en cierto modo acogedores, el aroma combinado de libros viejos y nuevos y ni hablar de las pinturas que adornaban un pequeño espacio apartado para algún lector en busca de un lugar en silencio.

Ahora comprendía la emoción por Alice en entrar a aquel lugar.

Decidió tomar un libro para entretenerse mientras que Alice aún buscaba algo que le interese, poco le importó el título y comenzó a buscar alguna idea del final para así decidir leerlo o no.

Algo que Lyra sabía con certeza era que no podría soportar leer algun libro con un final trágico, su mente no lo superaría así que al verificar la trama decidió sentarse y comenzar con su lectura.

"Trust me"- |Jane Vulturi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora