Capítulo Dieciséis

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《UNAS SEMANAS DESPUÉS》 

Esta atmósfera de paz me resulta extraña, se me hace raro que todo en mi vida esté en orden; la ansiedad casi casi ha desaparecido, aunque no del todo, León ha estado apoyándome y más feliz que nunca, al igual que mi mamá y Mario. Si bien, León ha tratado de disminuir sus celos hacia Andrés con un ligero éxito, pero todo en orden. Sara y Rodrigo son como uña y mugre, se llevan mejor que cuando eran novios y eso me alegra. Erick al parecer regresó con Diana y ahora nada parece poder separarlos. De los que casi no sé nada es sobre Francia, Dante y Martín, pero bueno ellos no son tan mis amigos, menos Martín. Aunque todo esté bien yo no me siento bien, me siento alerta y estresado. ¿Eso igual es ansiedad? De ser así, a lo mejor no se ha ido del todo y eso sería malo.

No sé porque no me siento bien si todo está en orden, en realidad no tengo nada de qué preocuparme, o tal vez. ¿Será miedo?, miedo a irme de aquí…
Puede ser eso, en sí nunca he estado lejos de mi familia por tanto tiempo, y ahora que tengo novio, pues menos quiero irme, pero sé que debo hacerlo, es lo que necesito hacer. Siendo honesto conmigo mismo, si León no estuviera en mi vida no tendría toda esta confusión, en verdad lo amo, y tengo miedo de perderlo, aunque sé que eso es algo que puede pasar en cualquier momento…

No, no quiero pensar en ello.

– ¿Todo en orden? – dice León, mientras acomoda todo para ver una película en su cuarto, yo estoy recostado en la cama.

– Si, todo en orden. Solo un poco nervioso por todo el tema de Londres – le digo, él se acuesta a mi lado.

– Tranquilo mi amor, todo va a salir bien, trata de relajarte.

– Lo intentaré…

En eso vibra el celular de León que está en el buro. Él lo revisa, parece que es un mensaje. Esta escena me hace pensar en que haría yo si descubro que León me engaña con otro, digo, estando yo en otro país él pudiera hacer lo que quiera…

¡NO!, no debo pensar en eso. Si estoy tratando de ayudar a León a tolerar la distancia debo empezar por tolerarla yo.

– ¿Mañana quieres ir por un Galactic Expresso? – me pregunta.

– Ah… este, si… ¿por qué?

– Me citaron en el Nibiru Café mañana a las cinco, paso por ti media hora antes, ¿vale?

– Pero llevaste tu coche a lavar y a darle mantenimiento, ¿cómo piensas pasar por mi?, mejor nos vemos aquí.

– No, yo voy por ti a tu casa caminando y ya allá pedimos un taxi – dice volviendo a recostarse.

– Mmm… Si, está bien – León frunce el ceño.

– Todavía pareces estresado amor. ¿Qué puedo hacer para que estés bien? – pregunta él.

– Nada, descuida.

Mi respuesta no convenció para nada a León, así que se acerca y me da un abrazo junto con un beso en el cachete.

– Sé que todo esto te causa conflicto, pero tranquilo amor, confía en ti mismo, y verás que todo saldrá bien, no hay nada que temer – dice él, sus palabras me sacan una sonrisa. Le doy un beso en los labios.

– ¿Ya te he dicho que te amo verdad? – le digo.

– Si, pero nunca está de más repetirlo.

Nos seguimos besando un rato más. León no le da inicio a la película, ya estamos concentrado en otra cosa.

– Tengo una idea de cómo calmar tu estrés – me dice al oído mientras pasa su mano acariciando mi entrepierna. Evidentemente sé por dónde va esto, y obviamente quiero hacerlo.

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