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Saboreó el cigarro como si llevara años sin probar uno, mientras se recostaba en su silla del despacho. Allí, sobre su escritorio, descansaba el montón de fotos que había extraído del despacho de Milligan, consciente de que no iba a pedírselas de vuelta.

La primera de todas ya la había revisado antes, pero aprovechó para confirmar sus sospechas: Kirsty Naohan, o la que creía que era ella, difería con la imponente mujer que le había contratado y había entrado la mañana anterior en el despacho de Milligan. La apartó a un lado para coger la siguiente del sobre.

En cuanto la vio, se inclinó sobre la mesa y la acercó a la anterior instantánea. En la nueva aparecía un Milligan más joven, apoyado sobre la pequeña escalera que le permitía subir a su avioneta. Al otro lado, como enfrentado, estaba al que consideró Artair Naohan, en pie y de brazos cruzados, junto a su imponente Cuervo negro. Era tal su oscuridad que ni la instantánea podía plasmarla. Pelo recogido hacia atrás, mirada dorada penetrante. Alto en comparación. Similar a su hermana. Demasiado.

Dejó la foto junto a la otra para estudiar la siguiente, pero esta vez se trataba de un recorte de periódico. Milligan parecía tener la misma edad que en la anterior, y se encontraba de pie a un lado de la toma, vestido con una bata y una enorme sonrisa. Tenía los brazos extendidos hacia un enorme cilindro tan alto que salía de la foto, lleno de una decena de tubos, válvulas y demás componentes que se escapaban de su comprensión. Desdobló por la mitad para leer el pequeño titular de la noticia: "El cervecero Josh Milligan descubre una nueva forma de fermentación mucho más potente y sabrosa. Podemos confirmar el nacimiento de un verdadero genio."

Harper torció el gesto con la última frase. Era el motivo por el que siempre odiaba la prensa sensacionalista. Sin embargo, volviendo a repasar la foto, reconoció la forma del cilindro como el dibujo que se le cayó a Kirsty cuando entró en el despacho. Los papeles que se llevó podrían ser los planos de ese supuesto revolucionario invento. Dejó el recorte apartado de las otras dos y pasó a la última imagen.

Apenas se podían ver los colores y la calidad era nefasta. Niños en uniforme llenaban la escena, dispuestos a diferentes alturas y posando para la foto de grupo. Sin embargo, había recortado los márgenes, y con ello a sus compañeros, para dejar a un niño rubio de gordos mofletes y enorme sonrisa en el centro, y no estaba solo. A su derecha, un chico de tez morena y oscuros rizos miraba sentenciando a la pantalla.

—¿Un nuevo sospechoso? —preguntó en voz alta Harper dando la vuelta a la foto del colegio. Allí encontró algo escrito con una letra bastante preciosa—: Mira lo que he encontrado. Para nuestro despacho en la factoría, y al fin surcaremos bien lejos de aquí.

Dudó mucho de quién firmaba, si era Milligan o ese niño desconocido, pero algo le decía que el extraño tenía que ver con el tal "F" que encontró en el barco del despacho. Sin embargo, el sobre vacío le indicó que era la última pista que conseguiría de allí. Con un pequeño suspiro de decepción, se levantó para ir hasta una pizarra que había instalado a su espalda. Había llegado el momento de usarla.

En el centro puso el recorte del periódico con el zepelín en llamas y el Cuervo negro en la lejanía. De allí tiró un hilo rojo para unirlo a un dibujo de la bebida de cristal que había encerrado a la masa negra que encontró el cazador en Grainwell. Arriba, partiendo del centro, pegó la foto de Milligan con los dos Naohan. No sabía dónde colocarla en el tiempo, pero sabía que era clave, porque de allí partieron tres nuevas líneas: una la colocó a un lado y escribió "¿Kirsty Naohan?", y en otra puso la imagen de los dos pilotos con un "Artair Naohan y el Cuervo Negro", que unió con otro hilo a la imagen principal.

En el último hilo colocó la imagen de Milligan y su invento, que unió con la bebida, escribiendo luego "Monstruo" e "Invento" en la pizarra. Lo que le había atacado tenía que tener algo que ver, y estaba seguro que para ello estaba la última pieza. A un lado, en la base de todo, colocó la foto de los dos en la infancia, y escribió una "F" enorme en su base, cubriéndola de interrogaciones. El invento, F, el monstruo, el Cuervo negro, todo parecía estar relacionado...

Tres golpes en la puerta le sacó de sus pensamientos, y antes de que pudiera decir nada, Elisa entró como un huracán, agitando el periódico en alto.

—¿Qué te he dicho de llamar con antelación? —gruñó Harper, volteando la pizarra con tal discreción que solo parecía estar limpiándola.

—Y he dado tres golpes. —Corrió la mujer pelirroja hasta la mesa y plantó el rotativo sobre la mesa, ignorando el panfleto que había caído de su interior al suelo—. Mira esto.

Por un momento, Harper se fijó en el anuncio en papel negro que había caído al suelo y titulaba algo de una "Nueva bebida dulce con gaseosa próximamente", recordando su vínculo con la botella de cristal, y del monstruo que intentó matarle, pero los insistentes golpes en la mesa llevaron su mirada al pulgar de Ellsa, y la enorme noticia:

—"SHOCK EN LA CIUDAD. CERVEZA MILLIGAN CIERRA." —Con un bufido, bajó para leer la noticia—. "En la tarde de ayer, la actual propietaria de Cerveza Milligan, Kirsty Naohan, anuncia el cierre del negocio de manera permanente..."

La noticia no le pilló a Harper de sorpresa, la escuchó el día anterior de la boca de la mismísima Naohan. Sin embargo, en su mente surcaba una interrogación para actualizar la pizarra: "¿Por qué?". Demasiadas preguntas todavía sin resolver, y eso empezaba a molestarle. Si quería avanzar en la investigación, debería de volver al único punto para encontrar algo más sobre Milligan, Naohan y F: la comisaría de Leakshine, su antiguo hogar. 

EL CUERVO NEGRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora