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El cartel de "Cerrado por cese de servicio" no detuvo su avance. Atravesaron la puerta rejada y avanzaron por el largo pasillo custodiado por el sin fin de tubos y contenedores de cerveza, en ese momento inactivos.

Los recorrieron a galope, dejando que el ruido de los cascos hicieran eco entre los tubos de metal. Ni siquiera al llegar a la puerta con el mecanismo de engranajes y liquidos desmontaron, accediendo directos a la entrada de la fábrica.

—¿Qué narices hacemos aquí? —Gertrudes nunca se caracterizó por su paciencia.

La dueña del edificio la ignoró para bajar de un ágil salto y, sin dejar que Eli descendiera, la miró con determinación.

—Chiquilla, ¿sabes cómo funciona todo esto? —preguntó Naohan a la pequeña pelirroja que llevaba las riendas.

—Primero, no soy una niña. —La respuesta fue rápida e indignada—. Y segundo, estuve en una visita guiada antes de que cerraran. Así que sí, conozco el sistema de tubos conectores a presión y empuje de vapor.

Una larga sonrisa se dibujó en su rostro.

—Perfecto, porque es el momento de acabar con toda esta locura.

El plan sonaba bastante sencillo. Volverían Cervecera Miligan en una fortaleza para acabar con Liften, mientras preparaban una forma de eliminar el mal que habían tomado Londres. Sin embargo, apenas tuvieron media hora para prepararse antes de la llegada del monstruo de Liften.

La puerta enrejada, bien afianzada con cadenas, apenas aguantó el peso de su enorme mano. Y eso era lo que Naohan esperaba. En el instante que entró en el pasillo, Harper y Zac, situados en ambos extremos, empezaron a hacer girar sus válvulas.

Tras unos instantes de golpeteo en las tuberías de bronce, el líquido dorado empezó a salir de su interior a través de los cilindros agujereados a conciencia. La lluvia calló directa sobre el monstruo, provocando quemaduras y burbujas que empezaban a explotar. Lejos de retroceder, se lanzó al frente, corriendo con sus manos. Apenas el siguiente cilindro se activaba y le llovía, él avanzaba más, corriendo directo a la puerta de entrada.

Allí esperaba Gertrudis, con una maza cuya cabeza era tan grande como Eli. Le bastó un impacto en la base, en dirección contraria al giro, para que todo el engranaje iniciara su recorrido contrario. Liften gruñó con rabia al ver que la enorme puerta se cerró justo antes de que llegara.

Enfadado, apoyó cuatro de sus manos en ella, dispuesto a tirarla abajo. Casi al instante empezó a brotar el característico humo de sus palmas, generando pompas que atravesaban sus dedos. A su espalda, la lluvia de cerveza no cesaba, quemando su enorme cuerpo. Poco a poco, la monstruosa forma negra empezaba a perder volumen.

—¡NAOOHAAN! ¡VOY A MATARTE! —gritó Liften con voz distorsionada, logrando que la puerta de doble hoja empezara a ceder.

Apoyó la mejilla contra la pequeña ranura que había formado, mirando a Kirsty al otro lado, paciente, provocadora. Aquello le hizo soltar otro rugido de rabia, animándole a empujar más. La puerta cedió, pero con ello, el la cerveza para su apertura se derramaba sobre sus manos, deshaciendolas cada vez más.

—¡NAOHAN!

Consiguió arrancar las enormes puertas, pero sus manos habían perdido todo el grosor y la consistencia, quedando unos dedos esqueléticos con los que apenas podría sujetarse. Lo mismo pasaba con su cuerpo, que tras la lluvia había menguado tanto que apenas medía como un carromato, y la figura de Liften asomaba en su interior, expuesta al fin.

Kirsty contemplaba satisfecha cómo la rabia de su rival le había hecho perder casi por completo su protección, y cómo había caído de lleno en su trampa. No le dejó tiempo para reaccionar. Florete en alto, se lanzó contra la esquelética mano que tenía más cerca, se subió encima y la atravesó. Liften gritó de dolor, con una voz mucho menos distorsionada que antes, pero no consiguió liberarse de ella, ni pudo alejarse del resto de atacantes.

Gertrudis golpeó con su enorme martillo otra de las mano, y se sentó encima de una tercera. Al otro lado, Zac y Harper hicieron lo mismo con otras herramientas de trabajo, golpeando las palmas y subiéndose sobre sus manos. Con el florete bien clavado en la madera, Naohan saltó sobre la que quedaba, bloqueando así cualquiera de sus movimientos.

—TE MATARÉ. —Ya podían ver desde la mitad de su deshecha cabeza el rostro de Liften.

—Te equivocas. Esto se acaba aquí. ¡Eli!

En cuanto gritó, un agudo sonido reverberó por toda la fábrica, como si se tratara de la sirena de un barco. Sin dejar de forcejear, Liften miró hacia arriba, contemplando con terror el enorme barril de cobre que se inclinaba sobre su cabeza. Era su fin, y no iba a permitirlo.

Desesperado, dio tal tirón hacia atrás que se arrancó sus delgadas manos, mientras la masa negra que le quedaba se acumulaba a su espalda. Casi con el tamaño humano, saltó a un lado para esquivar la cascada de cerveza que casi cayó sobre su cabeza y, con fuertes aleteos, atravesó el techo acristalado en un potente vuelo.

Harper estudió la figura negra que huía ganando altura. Era la misma que fotografiaron cuando el asesinato de Miligan y Artair, el falso Cuervo Negro.

—¡Lo logramos! —verbalizó Zac el sentimiento de casi todos, pero Naohan y Harper sabían que no había terminado.

—¡¿Eli, puedes verter todo lo que queda en las alcantarillas?! —Kirsty echó a correr hacia uno de los laterales, seguida por el detective.

—¡Claro! —respondió la pelirroja desde una plataforma sobre ellos—. ¡¿Para qué?!

—¡Saturar el sistema de cloacas y que llueva cerveza!

—¡Claro! ¡Zac, Gorila, ayudadme!

Gertrudis gritó por su apodo, pero Naohan ya estaba lejos para prestarles atención. Ahora lo que le importaba era detener a Liften, costara lo que costara, y por eso se enfrentó a Harper.

—Es un suicidio —alegó directa, clavando sus ojos en lo del detective.

—Es mi caso. —Su respuesta provocó una sonrisa en Naohan—. Además, ese malnacido ha intentado matarme demasiadas veces como para dejarle escapar.

—Gracias.

Harper omitió el "¿Por qué?" y corrió tras ella. No dijeron nada cuando saltaron sobre el avión y Naohan lo puso en marcha. Había llegado el momento de que el verdadero Cuervo Negro entrara en acción.

EL CUERVO NEGRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora