ONE-SHOT DE FAMOSAS - II (Historias Cortas)

Charli D'Amelio

FABIOLA (G!P)

—Addison.

Esta solo me vio y pasó de largo como si nada ignorandome por completo, respiro hondo para calmarme y no perder la poca paciencia que tenía. Odio cuando se comparta como una estúpida cría.

—Addison te estoy hablando.

—Tú y yo no tenemos nada que hablar— detuve la puerta antes de que la cerrará— ¿Ahora no puedo tener mi privacidad en mi propia casa?

—¿Me quieres explicar que hacias tú en Delirio?

—No se de que hablas.

—¡De esto te hablo!— saco de mi bolsillo mi movil y muestro el video que me mandaron— Me puedes explicar que hacías tu en un club como este anoche cuando tú le dijiste a papá que estarías en casa de Jenna teniendo una pijamada

—¡Eso a ti qué te importa!

—Me importa, porque pareciera que anduvieras cómo perro sin dueño— murmuro— Y lo peor de todo es que aun sigues saliendo con ese vago, despues de lo último que paso volviste con él... quieres que ese tipo de vuelva hacer daño como antes, cuando casi te deja muriendo.

—No te metas con mis cosas.

—Me meto, porque soy...

—¡Tú no eres nada mío!— escupe— Solo eres la hija bastarda que me papá tuvo, antes de casarse con mi mamá.

Addison cerró la puerta de un solo golpe, me quedé viendo la puerta de su habitación por unos segundos, con suspiros comienzo caminar hacia la entrada se la casa, todo el tiempo era lo mismo. En tan solo un año mi vida cambió drásticamente, cuando supe que mi mamá tuvo un amorío con el papá de Addison y que de esa relación nací yo y mi amistad con la rubia se fue carajo y ahora ella me desprecia.

Me subo en mi auto y me voy de esa casa, apesar de que todos me acepten y me quieran en la familia, siento que soy un estorbo para la familia Rae o bueno es así como me mira Addison.

**********

Resoplo.

Después de manejar unos veinte minutos llegué a mi aparcamiento, en la noche tenía que trabajar en el hotel y necesitaba descansar lo suficiente para tener energía y poder trabajar en la noche. Cerré la puerta y me senté en el sofá por unos minutos. Mi movil sonó, notificandome que tenia una llamada.

Llamada entrante:

—¿Qué quieres ahora?

Deberías aprender a cuidar con el tono con el que me hablas, señorita Fabiola.

—Se le ofrece algo.

Esta noche quiero el dinero de la carga que te di para que vendieras. Espero que no me salgas con excusas tontas, recuerda que mi silencio vale mucho o si no mi querido cuñado se enterará que una don nadie sale con una de sus hijas queridas.

Gruñí.

Viejo estúpido, cree que me podra seguir chantajeando con eso de por vida.

—No son excusas, solo que vender esas cosas cuesta un montón...

Eso no me importa, yo solo quiero mi dinero y si esta noche no me lo traes, vete preparando para que mi hermano mande a Charli lejos de aquí.

—Esta noche tendrá su dinero— apreté los puños con rabia de no poder hacer nada, me sentía demasiado frustrada con esta situación.

Así me gusta.

Escucho como se ríe.

Te espero en el bar del hotel D'Amelio a las 9:00, espero que cumplas porque me no me voy a enfadar mucho.