Ana de Armas

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GRECIA

—¿Porque llegas hasta ahora?

—Tenia unas cosas que hacer en el estudio papá.

Me sente en el sillón, sin decir nada más, mi papá se acerco a mi lentamente hasta llegar donde mi. Colocó su mano en mi hombro y hizo presión.

—Sabes que no me gusta que andes perdiendo el tiempo en cosas innecesarias.

Las cosas con papá no iban nada bien, no para de llamarme la atención en todo lo que hago, ante las camaras se monstraba cómo un padre amoroso que ama a mamá y a mis hermanas, aunque por dentro sabe que no es así. Odiaba jugar a la familia feliz con esta gente, porque todos sabíamos en esta mansión que no somos una familia perfecta porque estába llena de secretos y el que controla todo es mi padre.

—Si papá.

—Necesito que vayas a la fundación, ahí Raul se encargada de cuidar que todo salga bien ¿Entendiste?— hablo con seriedad— No quiero errores Grecia, sabes que eso me molesta mucho.

No le conteste.

—Acaso no estas escuchando lo que te estoy diciendo, respóndeme cuando te estoy hablando.

—No pienso seguir haciendo tus trabajos papá— confieso— Puedes decirle perfectamente a uno de tus changos para que lo haga ¿no?

—¿Qué has dicho?

—Lo que escuchas papá.

—Mira mocosa, eres mi hija y tienes que seguir las órdenes que te doy.

Sus ojos parecían dagas que me atravesaban todo el pecho. Desafiandome con la mirada, solo yo podía ver su verdadera cara, el era capaz de hacer cualquier cosa para hacerme sufrir. Dijo dos palabras mas y se fue, durante las dos horas me la pasé en mi cuarto, alistandome para ese dichoso evento, hasta que pasaron diez minutos y nos fuimos.

Había demasiada gente y creo que la mayoría eran socios de papá y unos cuantos amigos cercanos a la familia. El siempre decía que las mujeres teníamos que arreglarnos de más para sobresalir. Me toco sentarme por desgracia en la mesa donde estaba los socios de padre, tambien nunca le cuestionó nada de sus cosas porque a él no le interesaba lo que hiciera mis hermanas, solo le interesaba que yo hiciera cada cosa que el me decia, mientras que mi mamá solo estaba para demostrar que la familia era lo primero y lo más importante que otra cosa.

—Ya sabes lo que tienes que hacer— susurró mirándome con seriedad— No me hagas quedar mal delante de toda esta gente, si te niegas hacer lo que te digo.

—Con permiso.

Me levanto pidiendo permiso para irme hacia la cocina pensaba en mil formas de hacer algo para ya no seguir con este asunto, ya no quería hacer lo que mi papá me obligaba hacer. Había descubierto las cosas ilegales que papá hacia a nuestras a espaldas de todo mundo, si bien se que mamá lo conoció cuando el era un simple mesero que ganó la lotería cuando mamá se fijo en el y se convirtió en el hombre que es hoy, gracias a mi mamá.

Sin que nadie me viera entre a la cocina. Ya sabía que hacer apenas llegarán los trabajadores, todos se acercaron a mi y sin más les di las indicaciones mandadas por mi papá, bajar todo el dinero de los "fondos" y después irme a casa y hacer como si nada más paso aqui... Esa era mi vida, la vida de Grecia Lindez, esta era la vida que realmente tenía.

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Tres días después.

—Eres el pastor alemán más guapo que pueda existir en este mundo— sonrio viendo a mi perro— Ya pronto nos iremos a nuestra nueva casa, solo le estamos dando algunos detalles mi precioso, solo será unos días más y tu casita esta lista...

ONE-SHOT DE FAMOSAS - II (Historias Cortas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora