Destinada a ser suya

19

ADELLA

SIGLO PASADO

Si había algo que detestaba hacer, era recoger leña por la mañana para el fuego, aunque solamente fuéramos mi madre y yo debía llevar mucha de está para no venir mañana para buscar más

El cielo se mostraba nublado haciendo que un frio recorra mi cuerpo, mi vestido me llegaba hasta los tobillos y algo me cubria del frío pero no lo suficiente

Mis pies se mostraban fríos mientras que mis manos con guantes encima tomaban el cacha para impulsarla y cortar el tronco en dos

—¿No te cansas de venir a molestar? – digo sintiendo su presencia detrás de mi

—Es que ver a una campesina totalmente patética me divierte – dice a mis espaldas

Paso mi brazo por mi frente sacando el sudor de ella y sigo cortando

—Una dama no debería hacer eso – dice con un tono de burla

—Y un niño idiota no debe molestar a una dama que tiene un hacha en las manos – digo dejando el hacha en el suelo y volteando a mirarlo

Demon era atractivo, lo admitía en silencio, pero hoy estaba más que eso, el negro era en definitiva su color, lo hacía ver más oscuro y misterioso ademas de su aura que te invita a hablarle, como su las puertas del infierno se abrirán ante ti

—Tu sabes mejor que nadie que no soy un niño normal – dice sobre uno de los árboles que debía cortar, su sonrisa burlona estaba presente en todo momento y por unos segundos lo compare con los adolescentes del pueblo pero el tenía una belleza atrapante, diferente a los chicos de aquí —Es más, me considero diez veces mejor que el resto

—Cuidado, no querrás golpearte con tu propio ego – digo sonriendo con burla —Aparte de que estos días eres tu el que me busca, ¿Que paso mosquito?

—Le tomaste cariño a ese apodo tan estúpido – dice con una sonrisa a un costado viendo los troncos que ya corte —¿Porque lo haces de esa manera tan patética y no lo haces con tu don?

—Porque me da la gana – digo mirando al suelo

—¿No sabes usarlos no? – dice con burla

—No – digo evitando el tema

De su garganta brota una carcajada ruidosa y por unos segundos rio junto a el ya que su sonrisa, aparte de ser muy peculiar, es muy contagiosa Pero al darme cuenta de lo que estoy haciendo dejo de reír con las mejillas rojas

—Yo te ayudo serpiente – dice bajando del tronco para acercarse a mi

—No me digas serpiente – digo apuntandole con un dedo

—Lo dejaré de hacer cuando me dejes de decir mosquito – dice pasando por mi lado y en un chasquido de dos dedos desaparece todo tronco que había cortado

—Muchas gracias, ahora tendré que volver a empezar – digo cruzada de brazos

—Deja de hablar y concéntrate – dice poniéndose detrás de mi —Sacate esto

Sus manos tiran de la tela que tenía sobre mi para no tener frío dejándolo caer sobre el suelo, por alguna extraña razón siento un fuerte latigazo en mi vientre al sentir sus manos en mis hombros

—Levanta ese tronco en el aire – dice en mi oído mandando vibraciones a mi cabeza con su susurro 

Cierro los ojos y cuando lo abro muevo los dedos de mi mano haciendo que el enorme tronco frente a mi se levanté en el aire, prácticamente volando