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Me encargo de hacerla sentir mejor y segura mientras que ella simplemente se queda pegada a mi como un koala, su respiración ya se tranquilizó al dejar de llorar a mi lado

Le prometí que haría arder a todos los que alguna vez la lastimaron, que la hicieron llorar y será así, ya queme el mundo una vez por ella y lo haría de nuevo y Miles de veces más hasta que ella me lo pida

—Vete a dar un baño, te hará sentir mejor – digo después de un largo rato de silencio entre ella y yo

—No quiero quedarme sola – dice contra mi pecho

—Estare aquí, no te dejare sola. Ya no más – digo y ella se relaja para alejarse de mí y mirarme a los ojos

Me parte en mil pedazos ver sus hermosos ojos marrones llenos de lágrimas y con rastros de ellas solamente porque estaba asustada y no tenía como defenderse

Camina hacia el baño y cierra la puerta con seguro para luego abrir la canilla del agua y cuando siento como comienza a sacarse la ropa me alejo y voy a su cocina para prepararle algo

oigo después de un rato que la ducha se apaga y cuando la veo salir, no puedo evitar sentir esos estúpidos sentimientos que tengo hacia ella desde hace siglos

Su cabello despeinado, sus piernas desnuda por solamente unos pantalones cortos y una camisa que hace la ilusión de que no tiene nada debajo, sus ojos buscan los míos y al ver que tengo un café preparado para ella sonríe un poco y sus ojos se iluminan de esa manera hermosa

—Como a ti te gusta – digo y ella hace una mueca tocando su cabeza, seguramente recordando algo de nosotros

—¿Porque ese buen humor?

—¿No puedo estar de buen humor después de follarme a mi esposa y prepararle un café?

—No – dice y me da un beso en los labios para tocar el café en sus manos y dar un sorbo

—Como a ti te gusta

Tu sabes cosas que yo no ¿Verdad? – dice sacándome de mis recuerdos

—No mucho la verdad – digo ignorando su pregunta

Se sienta en frente de mi y con sus manos temblando aún toma el café y le da un sorbo, sin mirarme, solamente mira fijamente al suelo pero luego me mira y habla

—Cuentame

Suspiro y analizó las palabras para que se lo tome con calma—No te puedo contar todo

—¿Que?

—No puedo decirte todo ahora porque eso alteraría...

ella golpea la mesa con fuerza haciendo que la mire, se levanta de la mesa molesta haciendo que un poco de café se derrame en la mesa, se cruza de brazos y camina por la casa molesta

—Casi me matan y tú dices que no me puedes contar una mierda – dice largando veneno en sus palabras

—Esa boca – digo golpeando mi pierna contra el suelo

—¡Esa boca nada! – pega el grito y golpea la mesa nuevamente —¡Eres un imbécil!

—Adella..

—¡No te atrevas a llamarme por mi nombre! – dice tirando el café, haciendo que la taza se rompa y el café se derrame por todo el suelo—¡Dime qué mierda esta pasando!

Suspiro tratando de tener paciencia con ella así como ella no la tiene conmigo, sus problemas de irá me hacían reír hace un tiempo, haciendo que estalle a carcajadas pero esto ocasionaba que solamente se enojara más

Claro que con la manera con la que la calmaba no es la más... apropiada ahora

Calmate y te diré quién era – digo mirándola fijamente con seriedad, ella se sienta con los brazos cruzados y me mira molesta—Ese idiota que vino aquí se llama Perseo, era uno de los hijos de Zeus antes de que...

Ella me mira esperando a que siga hablando pero pienso en que palabras se lo diré, sus uñas se golpean contra la madera de la mesa esperando que siga contando. Estaba perdiendo la paciencia

—Perseo se enamoro de una demonia – explico y la miro a los ojos —Esa demonia fue asesinada por mi esposa...

—¿Porque? – explica y hace de nuevo las muecas ya que su dolor de cabeza vuelve

—Esa demonia estaba enamorada de mí y como... mi esposa era algo, celosa por así decirlo. La mato

—Entonces el..

—Quiere venganza

Ella se queda en silencio un buen tiempo mirando el suelo de nuevo, como si fuera lo más maravilloso de había visto en su vida

—¿Que tengo que ver yo? – dice y vuelve a explotar —¡Que mierda tengo que ver yo con que tú estúpida esposa mato a alguien!

—Cariño cálmate – digo levantándome de la mesa para tomarla de los brazos

—¡No me llames así! ¡Que tengo que ver yo! ¡No tengo la culpa! ¡Déjame! – grita golpeando mi pecho con fuerza molesta

el dejo que ella golpeara su pecho tanto como ella quisiera, ella podía golpearlo cuando quisiera o las veces que quiera y el no pondría queja alguna con tal de verla calmada, aunque le parecía tierno los pequeños golpes que daba no sonreía. Sabía que eso solamente le enfurecía más

—¡Demonio de mierda! ¡Muérete!

—Soy inmortal

—¡Pues ojalá alguien te clave está estaca!

—No soy un vampiro

—¡Deja de contradecirme!

—Bueno

el la miro desde arriba y sonrió un poco al verla tan enfurecida con sus contestaciones—Con esos golpecitos solamente haces que me imaginé otros escenarios

—¡Que asco! – grito ella dejando de pegarle para alejarse con cara de asco —¡Deja de mirarme así!

—¿Cómo te miro? – dijo con una sonrisa ladina pícara

El corazón le latía con fuerza, la sentía, mi mirada siempre le pareció penetrante aunque ella nunca tuvo miedo de enfrentarlo, ella podía ponerse frente a el y cantarle sus verdades con la confianza que el nunca le tocaría un pelo

—¡Vete de mi casa! – dijo histérica lanzandole libros —¡Y llévate la historia de tu novia muerta contigo!

—No hables así de ella

Si bien ella no sabía el efecto que tenía en el, el con una simple mirada suya pensaba en Miles escenarios en dónde la besaría y la haría suya como hace años atrás lo fue

Años atras dónde no había lugar en donde no temieran al nombre de su esposa, en dónde nadie se atrevía a mirarla sin ser asesinado por el príncipe del Inframundo, años en dónde no había lugar en donde no la escucharán gritar el nombre de aquel demonio celoso y posesivo

El se dió cuenta que los ojos de ella encontraron en sueño rápidamente, ella confundida se agarró de la pared con tal de no caer al suelo de jeta y no lastimarse, miraba al demonio con confusión

—Porque... porque... – hablo mirando para todos lados buscando que el mareo pasará pero nunca sucedió—¿Porque todo es tan pesado?

El demonio la sostuvo en brazos antes de que su cuerpo tocara el suelo por segunda vez, paso su mano por debajo de sus piernas y la alzó para llevarla a la cama

la miro con ternura mientras que ella dormía profundamente de la nada, hace unos momentos ella estaba histérica y gritaba a los cuatro vientos que lo odiaba, ahora mismo se encontraba en la cama donde el principe del Inframundo la protegería

—¿Quien es el valiente que se atrevió a dormir a mi mujer?

Destinada a ser suyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora