16

126 11 0
                                    

SIGLOS ATRAS

—Dios que asco digo golpeando el moo que hay en los árboles mientras me introduzco en el bosque —Adella no vuelvas muy tarde – imito a mi padre molesta

Camino bosque adentro mientras que empuñó mi espada a mi costado, mi humor no es el mejor hoy y estoy segura de que esto me calmara por lo menos un rato

Golpeó uno que otro árbol molesta mientras que sigo caminando escuchando los ruidos del bosque, el sonido de los pájaros y el sonido del agua cayendo de algún lado

—Maldita sea – digo viendo el árbol caído frente a mi, impidiendo mi paso

Subo mi mano derecha y en ese momento el árbol comienza a flotar sobre mi, yo hago y deshago lo que se me antoje con solo mover un poco mis dedos y esa el la razón por la cual no puedo estar cerca de casa cuando estoy molesta

Tiro el árbol lejos de mi haciendo un gran estruendo y de paso espantando a algunos animales que posiblemente se encontraban cerca de mi

—Crei a ver sido claro la última vez – dice una voz a mis espaldas y tomo mi espada de mi cintura volteandome rápidamente hacia atrás para encontrarme con la nada misma

Oigo una risita cerca de mi por lo cual miro para todos lados buscando al causante de esto, gruño cuando una gran rama viene en mi dirección y me tiró al suelo haciendo una ruleta impidiendo que me golpee

—Que astuta – vuelve a hablar la voz

Muestrate insecto – digo estando alerta a los ruidos cerca de mi

En ese momento miro hacía arriba para verlo parado sobre una gran rama en un árbol, tiene la mitad de su cuerpo apoyado contra este y los brazos cruzados mientras que la luz del sol lo hacen ver algo atractivo a los ojos

Su cabello azulado se muestra más brilloso al igual que los mechones negros de ese mismo, su ropa totalmente negra me indica que seguramente debe tener calor y más en estás épocas del año

—Admito que me equivoqué en nuestro primer encuentro – dice y sonríe coquetamente —No solamente no tienes tetas, si no que también no tienes inteligencia

Vuelvo mi espada a mi cinturón para acercarme al árbol y de una patada hago que el árbol se tambalee haciendo que el se tenga que poner derecho para no caer al suelo

—Yo veo que no tienes ni la menor idea de mi – digo mirándolo molesta

pego un salto hacia atrás cuando el salta del árbol para caer parado en frente de mi, me mira con ojos brillosos y se toma su tiempo para mirarme

—Con una simple humana que no sabe a qué dirección está yendo – dice en tono burlón

—No me conoces – reafirmó

—Oh claro que te conozco Adella – dice caminando a mis alrededores —La defensora del pueblo, la espanta monstruos, una patética copia de un héroe

Suelto un grito y me atrevo a tratar de golpearlo en esa cara ridículamente tonta que tiene pero este me toma de ambas manos logrando controlar mis golpes

—Eh fiera, tranquila – dice sonriéndome y me golpeó mentalmente al sentirme atraída a esa sonrisa

Lucho contra sus manos Pero el solamente se rie ante mi mientras que me sostiene apenas con un poco de fuerza Pero es la suficiente para no dejarme ir

Sueltame – indico molesta

—Na, creo que me voy a divertir un poco contigo – dice acercando su rostro al mío

—Tocame un pelo y te juro que..

—¿Que?, ¿Que me va a hacer una humana como tú? – dice y en ese momento concentro mis ojos en el árbol detrás de el que no tarda en hacer un estruendo mientras que viene en nuestra dirección al suelo

El no se inmuta ni en segundo Pero miro sorprendida cuando el árbol antes de caer sobre mi se auto destruye esparciendose por todos lados pero sin tocarnos

—Tus intentos de salir sin insignificantes contra mi

—¿Y quién eres tu?, ¿Un adolescente que no tiene nada mejor que hacer? – digo luchando contra mis manos

—No me presente contra ti, discúlpame – dice y me suelta haciendo que caiga hacia atrás—Soy Demon, principe del Inframundo

El silencio reina unos segundos entre nosotros Pero en invadida de una carcajada mía que lo hace mirarme con rabia

—¿Tu?, ¿Futuro rey del Inframundo? – digo riendo con fuerza —Que buen chiste

El gruñe y me toma de las manos para acercarme a su cuerpo que a pesar de ser un adolescente tiene un cuerpo tan tonificado que parece de más de quince años

—Las esclavas que me follo no dicen lo mismo – dice mirándome a los ojos

—Pobrecitas, deben fingir gemir – digo sonriendo en su cara

—Lo dice la humana a la que ni las tetas le han tocado

—Disculpa pero no cualquiera tiene ese privilegio, no me regalo como tú

El me suelta haciendo que caía al suelo y se impulsa para volar hacia el cielo e irse de mi vista, me levanto y me sacudo la ropa para volver camino hacia mi casa

—Insecto

TIEMPO PRESENTE

—¡Suéltame maldito insecto! – dice ella gritando contra mis brazos

Después de literalmente correrla por todo el castillo la pude agarrar y alzarla sobre mi hombro para llevarla a mi habitación nuevamente pero ella como toda una fiera me golpea la espalda

—Ya tuvimos una pelea así y déjame decirte que no pudiste caminar en unos días – le informo y siento que me golpea con más fuerza

—¡Yo jamás folle contigo!, ¡Estás alucinando! – grita y abro la puerta de mi habitación para cerrarla y lanzarla a la cama —¡Más caballero no puedes ser!

Se saca los pelos de la cara pero en ese momento me subo sobre ella quedando sobre su cuerpo, sus ojos se abren al sentir el calor de mi cuerpo contra el suyo y sentirte completamente sometida

—Contigo soy tan caballero que hasta le estúpido príncipe de la Cenicienta se sentiría avergonzado – le digo mirándola a los ojos y ella se vuelve roja como un tómame en cuestión de segundos

La miro a esos hermosos ojos llenos de rabia al verme y ella se molestaría aún más si supiera que mirándome así solamente logra que quiera volver a casarme con ella

Pego mi pecho a los suyos y acercó mi boca a su cuello para besarlo suavemente, los primeros besos trata de alejarme pero al gustarle se deja completamente aunque sus piernas tratan de cerrarse Pero conmigo en medio

—Necesito que te calmes para poder hablar contigo – digo mirando sus ojos y tratar de no bajar mi vista a esos senos

—No quiero hablar contigo

—Bien, entonces escucha

—No puedo contigo encima, ¿Así relajas a las humanas a quien traes? – dice y sonrió notando celos en su voz

—Eres y serás la única – digo y ella aparta sus ojos de los míos, sintiéndose avergonzada—Dejame enseñarte el porque tu y yo estamos destinados a arder en el infierno juntos.

Destinada a ser suyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora