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No voy a negar que he estado a punto de no ir a clase hoy... Quizás, no fue tan buena idea lo de salir anoche pero la verdad me lo pasé bien.

Entro en la clase a la vez que el profesor y rápidamente me siento al lado de Trixie, quién me saluda con una sonrisa.

— Qué cara de sueño tienes... ¿ya estuviste anoche de fiesta, otra vez? — me dice mientras comienza la clase.

— Tú que crees...

El profesor comienza a explicar la lección del día y me centro en eso. Ya que he venido, al menos que me entere de algo, pues para no atender me hubiese quedado durmiendo.

Lo bueno de que me gusten las matemáticas es que las clases se me pasan volando. Mientras llega la profesora de la siguiente clase, Trixie, comienza a hablarme sobre lo que ha hecho este fin de semana, aunque no le presto mucha atención porque Sonata acaba de llegar y se ha sentado con sus amigos unos asientos más hacia delante que nosotros. Ahora entiendo por qué nunca había hablado con ella.

Su grupo de amigos no me cae bien desde el primer año y ni si quiera les presto atención, por eso no me había dado cuenta de que Sonata estaba en mi clase. Todos ellos son un grupito de niños mimados, que solo saben hablar de las fiestas que se montan con el dinero de sus padres, las drogas que se compran con el dinero de sus padres y resumiendo... todo lo que hacen con el dinero de sus padres... Se creen mejor que el resto porque tienen dinero, bueno sus padres tienen dinero. Son niños parásitos que solo saben chupar del bote. Lo mejor, o peor, de todo es que presumen de ello... Supongo que si Sonata se junta con ellos es porque es una de ellos. Ya que dudo mucho que los niños de papá se dejen ver con alguien que no es de su nivel...

—Y después de que me cortaran un brazo y me sacaran los ojos me comí un helado — me dice Trixie.

Me quedo mirándola, confusa, a sus ojos, intento no reírme pero no lo puedo evitar y termino riendo a carcajadas.

—¿Qué dices Trixie? ¿Qué te has fumado? —le pregunto entre risas.

—Nada... solo quería ver si me estabas prestando atención y estaba claro que no porque llevaba un rato diciendo tonterías y no te dabas cuenta...—me responde ella, frunciendo el ceño.

—Perdona...

—¿En qué pensabas? —me pregunta interrumpiéndome.

—Nada... La chica de allí, que el otro día fue al videoclub y yo no sabía ni que estaba en nuestra clase.

—¿Sonata Dusk? —me pregunta confuso — todos hablan de ella, ¿cómo no la conocías?

—Yo que sé, no es mi culpa que me sea indiferente su existencia...

—Pero si está buenísima, yo creo que una de las más guapas de la clase... — me dice Trixie mientras se la come con los ojos.

—Tampoco es que haya muchas chicas en la clase...

—¿Estás celosa? — me pregunta Trixie con una sonrisa socarrona.

—Sí, mucho — bromeo.

—Bueno... para mí, tú eres mejor — me dice Trixie y aunque intenta mantener sus ojos en mí, no puede evitar apartarlos algo avergonzada.

Yo sonrío y le doy un pequeño golpe con mi codo en su brazo.

—Lo sé — vuelvo a bromear para quitarle hierro al asunto y Trixie rodea los ojos mientras aparta su pelo de su frente.

La profesora entra en la clase y mi atención vuelve a la pizarra.

(...)

Después de clases y de tomarme una buena taza de café después de comer, me dirijo al trabajo. Con suerte, la mayoría de las personas que alquilasen una película para verla en el fin de semana la habrán devuelto esta mañana y así yo podré dedicar parte de mi tarde a estudiar sin interrupciones.

La Promesa de Aria || Sonaria ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora