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La cara de Trixie al vernos a Sonata y a mi llegar juntas a clase es indescriptible, no me quiero imaginar cuando le explique todo lo que ha pasado este fin de semana. Porque está clarísimo que no va a tardar mucho en pedirme explicaciones. Nos sentamos en nuestros sitios habituales y Trixie no para de llevar su mirada de Sonata a mí y de mí a Sonata, sin embargo, no dice nada, lo que agradezco.

En el descanso, Trixie no tarda ni un segundo en tomarme del brazo y sacarme afuera para hablar. Nos sentamos en el suelo.

—¿Me explicas? Porque me estoy volviendo loca. Un día te sientas lejos, otro día venís juntas... —dice Trixie llevándose su mano a la frente para apartar varios mechones de su pelo.

Comienzo a explicar a Trixie, desde el principio de los principios, desde que Sonata entró aquel día en el videoclub. Ella me escucha atenta y expectante, no dice nada en todo el rato pero su cara va expresando cada pensamiento que se le va pasando por su cabeza. Hubiera agradecido que me hubiese interrumpido en algún momento porque después de muchos minutos hablando se me queda la boca seca. Cuando termino de contarle todo, Trixie me mira y lo primero que hace es abrazarme.

—Que locura... —comenta mientras va a asimilando todo lo que le he contado.

—¿Tú crees que no tenía que haber dejado que Sonata se viniera a vivir conmigo? —le pregunto.

Trixie se rasca la barbilla pensativa.

—No lo sé, Aria. ¿Hasta ahora has sentido que haya sido una mala idea?—me pregunta ella

—Pues no... Excepto cuando Alex aparece ya sea en la conversación o en persona.

—Esa Alex es la que no te dejaba en paz hace unos años, ¿no?

—Sí... ¿Cómo sabes tú eso? —le pregunto intentando recordar si se lo comenté alguna vez.

—Recuerdo que por aquella época estabas muy agobiada por culpa de una tal Alexandra, no me dijiste mucho sobre el tema pero viendo el odio que le tienes, he pensado que podía ser la misma —me explica.

—Podrías ser detective o algo porque no veas como atas cabos tú solita... —bromeo y Trixie sonríe. —Esa chica es lo peor... y me da mucha rabia que esté con Sonata. Más allá de que yo esté enamorada de ella. Sonata se merece algo mejor —añado.

—Alguien como tú—sugiere Trixie sonriente.

—Pues no, la verdad. Alguien mejor. Por que yo también le he hecho cosas que no tendría que haber hecho.

—Bueno creo que después de ser el gran apoyo que estás siendo con todo el tema de su padre y ver que estás arrepentida de lo que le hiciste, creo que se te puede perdonar —comenta Trixie, acariciando mi espalda.

Su comentario me reconforta un poco y le sonrío.

—Por cierto, un día de esta semana, todavía no sé cual será. Vamos a hacer en el piso una noche de parejas. Porque como te he contado antes, Sonata le dijo a Alex que yo estoy saliendo con Adagio, para que la dejara en paz, blablablá... Total que si queréis Starlight y tú venir lo agradecería porque si nos quedamos las cuatro solas creo que al final alguien acabará muerta...

—A mí me gustaría quedarme al margen, pero sé que en cuanto Starlight se entere del plan va a querer ir y me voy a ver arrastrada de todas formas, así que te digo que sí directamente. Ahora vamos que se nos ha terminado el descanso hace cinco minutos —dice mirando la pantalla de su móvil en el cual no dejan de aparecer notificaciones, supongo que de Starlight.

(...)

Al terminar la última clase del día Sonata y yo nos dirigimos a su coche para volver a casa.

—Creo que me puedo acostumbrar rápido a esto de que seas mi chófer —bromeo al sentarme en el asiento del copiloto.

La Promesa de Aria || Sonaria ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora