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Un día después del partido...

Me levantaba por la mañana y escuche mi teléfono sonar, era Andrea, ayer no la había visto en el partido y hacía un buen de tiempo que no habíamos hablado.

-Hola- dije atravez del teléfono.

- Hola, linda como estaís.

-Super - reí- y tu que tal.

-También genial, emm te llamaba para invitarte a almorzar a mi casa, vendrá también Laura y los chicos... y bueno Julián también.

Ayyyy, al principio por mi mente paso inventarme alguna excusa y decir que no, pero no podia seguir evitando el reencontrarme con el, pues en algún momento sucedería.

- Eh claro me encantaría ir.

- Vale te espero a las tres aquí.

- Claro allí nos vemos.

Baje a desayunar, mis padres habían salido a comprar un regalo para una amiga de mamá que cumpliría años en unos días, y mis hermanos no tenia idea de donde se habían metido, excepto por Valentina que se encontraba sentada en el desayunador.

- Buen día- dijo metiéndose un bocado de pan con chocolate a la boca.

- Buen día.

- Saldrás hoy - preguntó.

- Emm si, porque quereís que hagamos algo - dije tomando la Nutella y untando un pan.

- Nop, solo pregunto.

-Bueno.

- Y a donde iras.

- Andrea me invito a almorzar a su casa.

- La novia de Sergio.

- Sip ella- sonreí - y tu que vaís hacer hoy.

- Saldré.

- Con quién- dije curiosa.

- Con un chaval de la escuela.

- Valentina saliendo con un "chaval" - reí.

- Si, que tiene.

- Te gusta - pregunte dándole un bocado a mi pan.

- Nop.

- Claro que os gusta, mira como te sonrojas.

- Claro que no.

- Ou si - empece a reír.

- Vale vale si me gusta un poco todavía no lo se bien.

- Acuérdate que si es el indicado sentirás un "click".

Recordé las palabras de mamá, cuando le pregunté sobre el, aquella vez.

- Tu lo sentiste.

- Umm - dije dejando mis pensamientos.

- Que si tu lo sentiste.

- Emm... si... pero lo mío no funcionó lo tuyo veras que si.

- Te puedo decir algo.

- Claro.

- Siento que vaís a volver, no se pero me agradaba Jul, y como te miraba... parecía que observaba a la luna, el te ama aún, lo presiento.

Una pequeña lágrima recorrió mi mejilla, la limpie rápido y hable.

- No se... no creo pero olvidemos eso, cuéntame sobre aquel chico....

Seguimos hablando sobre aquel chico hasta que llego la hora de alistarme.

Pasaron unos minutos y salí pedí un Uber y fui.
¿Nerviosa yo? Si estaba nerviosa.

QUE ES TAN DIFÍCIL? | julian alvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora