[ Capítulo 18 ]

172 45 9
                                    

La noche se vuelve caliente de repente, aunque estemos en la terraza y sea época de lluvias y noches frías en Moonsheld

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La noche se vuelve caliente de repente, aunque estemos en la terraza y sea época de lluvias y noches frías en Moonsheld. Mi rostro arde, mis dedos, que rozan tímidamente las páginas del diario, queman. Sigo leyendo las últimas líneas, regreso unas cuantas páginas y releo sus palabras una y otra vez, sin poder creérmelo. No puedo procesar que esto era lo que estaba pasando por la cabeza de Felix todo este tiempo. Por Santalan.

Me gusta Hwang Hyunjin, pero no arriesgaré toda mi vida por él.

—¿Te gusto? —le pregunto, estupefacto. Él se ríe con arrogancia y se cruza de brazos, mirándome con una sonrisa prepotente, muy mal fingida.

—Me gustabas. La división del colegio me ayudó a olvidarme de ti —la sonrisa se le borra del rostro enseguida y traga saliva—. Solo pensé que deberías saberlo. Ya sabes, para sacármelo de la cabeza y terminar bien esto...

Asiento con la cabeza y miro hacia otro lado. Hacia la ciudad, hacia la entrada de la residencia Yoon, que se ve a la perfección desde aquí. Unas siluetas se escabullen hacia la entrada de la casa. Me inclino sobre el barandal para ver mejor, y alcanzo a ver que una de ellas es la de Yuqi, que viene acompañada del ángel que estaba con ella en el establo.

Apoyo ambos brazos sobre el barandal y dejo caer la cabeza entre ellos. Me duele la cabeza, seguramente la sangre que bebí tenía alcohol.

—También me gustabas —murmuro. Él se acerca. Huele a humo y a magia. Me siento mareado por su presencia.

—¿Qué dijiste? —pregunta. Gruño por lo bajo y pongo los ojos en blanco.

—¡También me gustabas, Felix! Pudiste habérmelo dicho antes, podríamos haber salido hace años, maldición. ¿Sabías que el primer chico que me gustó fuiste tú, imbécil?

Se queda sin palabras, como si las mías le hubieran succionado la voz. Tiene los ojos abiertos de par en par, los labios entreabiertos y las mejillas rojas como tomates. Sus orejas echan humo.

—¿Y el chico que besaste en segundo año? —tartamudea, mirando el suelo—. Fue la primera vez que un rumor tuyo recorrió toda la escuela.

—Mierda, ¿Joshua? Nunca lo vi de esa manera. Ahora es mi mejor amigo, no puedo imaginarme en esa situación con él —no puedo aguantar la mueca de desagrado involuntaria y me encojo con un escalofrío.

Joshua es un hechicero atractivo, lo admito, y seguramente besa mucho mejor ahora que en primer año. Pero ahora que lo veo como mi hermano, pensar en acostarme con él se siente inmoral. Felix parpadea un par de veces y frunce el ceño.

—¿El chico que besaste fue Hong Joshua?

—Sí.

Una sonrisa empieza a curvar sus labios hacia arriba, y en un par de segundos explota en una carcajada desconcertada. Parece un desquiciado, pero no puedo evitarlo y me río junto a él.

SacrilegiousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora