[ Capítulo 17 ]

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Me abro paso entre la gente, empujando a algunos vampiros y chocándome con uno que otro humano

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Me abro paso entre la gente, empujando a algunos vampiros y chocándome con uno que otro humano. No huelo a magia, así que no deben haber muchos ángeles aquí, pero el olor a oscuridad es asfixiante. La música del primer piso se escucha mucho más baja una vez llegas al segundo. Sigo por el pasillo, como indicó Jeonghan, y advierto la puerta corrediza de cristal al final. A través del vidrio veo una silueta demasiado familiar esperándome.

Cuento hasta tres, mirando mi propio reflejo en el vidrio, antes de entrar.

El corazón me late desembocado y ni siquiera entiendo por qué. No estoy nervioso. Sé que sigo sintiéndome así por Jeongin, pero eso mezclado con la repentina llamada de Lee Felix me está provocando un revoltijo horroroso en el estómago. Debería terminar lo más rápido que pueda con esto, vomitar e irme a los dormitorios.

Ya llamaré a Joshua después. Solo quiero dormir.

Abro la puerta y Felix se gira. Nos encontramos por unos segundos antes de que yo me aparte para cerrar la puerta. La música se vuelve aún más lejana, ahora se escucha el aire frío de la noche, y me siento un poco incómodo al notar que somos los únicos en la terraza.

Camino hacia él y apoyo los brazos en la baranda. Felix tiene un cigarrillo colgándole de los labios. Me permito mirarlo por un segundo, porque creo que nunca he tenido la oportunidad de hacerlo de verdad. El cabello largo y cobrizo le cae sobre los hombros, los ojos de un brillante ámbar relucen bajo la luz de la luna. Tiene los labios carnosos y rosados, al igual que sus mejillas llenas de pecas. La ceja poblada y rapada por primera vez en cinco años no se frunce en mi dirección.

Hoy luce mucho más relajado. En primer lugar, nunca me lo imaginé fumando. Felix es un ángel, un modelo a seguir, el sobrino de la directora. Omitiendo sus pequeños intercambios violentos conmigo (en los que el único castigado terminaba siendo yo), su historial está limpio y sus calificaciones son impecables. Lo más probable es que termine dando el discurso de graduación el lunes. Porque es un ángel.

No, no porque es un ángel...

Porque es Lee Felix, mierda. Porque es perfecto.

Pero esta noche esa perfección se está tambaleando un poco. Perdió balance. Lleva una camiseta sin mangas de color blanco (¿cómo mierda no se está congelando? Hace frío, y estuvo en la terraza todo este tiempo... Los ángeles son extraños), dejando sus hombros bronceados descubiertos. Lleva varias pulseras metálicas y anillos brillantes, y tiene el cabello recogido, así que sus orejas (también llenas de perforaciones) están descubiertas.

¿Este es Lee Felix?

—¿Me buscabas? —pregunto, sin aliento. Es demasiado para asimilarlo todo de una vez. Aparto la mirada, porque no puedo verlo por más de cinco segundos a los ojos sin empezar a sentirme mareado.

—Eh, sí —él también luce nervioso—. Quiero hablar contigo sobre... algo.

Sostiene el cigarrillo humeante entre el índice y el dedo corazón. Le da otra calada y suelta el humo mirando la ciudad. Este lugar tiene una bonita vista de Moonsheld. Puedo ver el Chadburn y el Hell's desde aquí, incluso el gran edificio similar a un castillo que es el Aquelarre. Hay otros edificios que sobresalen en el paisaje neón que es Moonsheld por la noche. Supongo uno de ellos es la Cámara de Relaciones Mágicas o algo así. Jeongin lo mencionó una vez...

SacrilegiousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora