Capítulo 21

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1 año y 6 meses después

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1 año y 6 meses después

Por la mañana, además de los primeros rayos de sol (tan ardientes e insoportables como el verano en Blackburn), me despiertan las voces escandalosas que vienen de la cocina. Parpadeo varias veces para quitarme la somnolencia de encima, porque mi horario de sueño ha sido un poco una mierda gracias a los cien trabajos de medio tiempo que tengo. Y me molesta que, después de un día entero de trabajo arduo, sangre, sudor y lágrimas, lo que me espera en este apartamento es una cama fría y vacía.

Jeongin está tan ocupado como yo. Apenas lo veo (aunque vivimos juntos).

Me siento y cruzo las piertas, apartando el cubrecama y pasándome una mano por el rostro.

Inhalo profundamente y exhalo con lentitud. La habitación huele a Jeongin, así que quizás se escabulló por la noche y dormimos juntos sin que yo lo sepa. Sonrío ante la posibilidad y me levanto de la cama. Salgo de la habitación sin cambiarme de ropa, solo con unos pantalones holgados, unas sandalias viejas y sin camiseta. Al verme, todos en el comedor se cubren los ojos con horror, menos Jeongin. Él solo bufa y entorna los ojos.

-¡Maldición, Hyunjin! ¡Ten un poco de pudor, ¿quieres?! -exclama Yuqi, dejando de cubrirse los ojos para cubrir los de Minnie, que está sentada a su lado en la mesa con las mejillas enrojecidas.

-Buenos días a ti también -digo, con la voz ronca.

-Sabemos que tienes un cuerpo increíble, pero nadie lo quiere ver -Joshua se burla. Intenta concentrarse en servirse un vaso de leche para no mirarme.

-Yo sí lo quiero ver -dice Jeongin caminando por la cocina con un plato de tostadas en la mano, con una naturalidad que hace a todos resoplar.

Joshua suelta una risa aireada. Jeongin se detiene junto a la encimera y empieza a sacar los tarros de mermelada. Me acerco por detrás y lo abrazo por la espalda, apoyando la cabeza en su hombro. Él me acaricia la mejilla y vuelve a su tarea.

-Para Yuqi una tostada con mermelada de fresa y para Minnie una con mantequilla, ¿cierto? -pregunta Jeongin.

Las dos asienten con su cabeza sonriendo como niñitas emocionadas. Jeongin unta mermelada sobre una de las tostadas, y se remueve para quitarme de encima, riendo. Se pone de puntillas para alcanzar el tarro de mantequilla de la encimera. Lo agarro por la cintura y lo levanto sin mucho esfuerzo para que lo alcance. Lo dejo sobre el suelo enseguida y me agradece en un susurro avergonzado.

-Eh, ¿Joshua? -Joshua levanta la mirada al escuchar a Jeongin-, ¿quieres una tostada? Ven a escoger la mermelada. Por este tipo extraño de aquí -me señala con el mentón- tenemos como cien sabores diferentes. Escoge la que quieras.

-Oh, no. No es necesario, gracias -Joshua se niega con una sonrisa cortés en su rostro y levanta el vaso de leche que acaba de servirse-. Con la leche basta, vine desayunando.

SacrilegiousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora