[ Capítulo 13 ]

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Jeongin no hizo amigos, al menos no en el Chadburn

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Jeongin no hizo amigos, al menos no en el Chadburn.

Durante un feriado largo que duró una semana por el Día de la Paz (la conmemoración de la firma del tratado de paz entre ángeles y demonios que se dio tras la Gran Guerra contra los Seres Oscuros. Muy hipócrita por parte del Chadburn celebrar una fecha así, pero no me quejaré si eso significa que nos darán vacaciones) quiso viajar a Tearslam. Yo, evidentemente, no podría entrar a la zona protegida, pero él en serio quería que lo acompañara, así que recurrí a la única cosa que se me ocurría para escabullirme de los guardias en los límites de Tearslam: Magia.

Pasar todas las tardes con un par de hechiceros te acostumbra muy rápido a la magia. Chaehyun la usa para todo, incluso para dibujar. Joshua no lo hace tan seguido, pero guardar su magia para ocasiones especiales hace que sus hechizos sean todavía más poderosos.

Intentaron explicarme cómo funcionaba. La magia está por todos lados: en la tierra, en el aire, en cada cuerpo. Pero los únicos que podían manejarla directamente con ayuda de un objeto especial (casi siempre eran varitas, pero habían excepciones) eran los hechiceros. Los seres vivos que expulsaban más magia eran los ángeles, es por eso que los hechiceros (y todos en realidad) se ven tan atraídos a las criaturas angelicales.

La magia no se agota, solo existe, infinita y eternamente. Lo que sí suele agotarse es el hechicero. El uso de magia es exhaustivo, en diferentes escalas dependiendo del hechizo, así que no se pueden hacer hechizos muy grandes seguido.

A Yuqi le fascinaban los hechizos que involucraban transformar cosas. Una vez, le pidió de favor a Chaehyun que hiciera desaparecer sus cuernos, solo por curiosidad. Después de rogarle por un rato, Chaehyun lo hizo para que Yuqi se callara de una vez. Los hechizos de Camuflaje y Ocultación eran los más difíciles, pero Chaehyun lanzó ese sin problemas mayores (aunque tuvo que dormir por tres horas justo después de lanzar el hechizo para recuperarse. Y faltó a clases el día siguiente).

Por eso, le pedí a Joshua que escondiera mis colmillos con el mismo hechizo. Me reuní con él en un salón vacío a mitad de la noche, ya que él seguía siendo el encargado de su salón y tenía la llave. Entré al salón y lo vi parado junto a la ventana, siendo bordeado por la luz de la luna.

—Vaya déjà vu—dijo cuando me vio, sacando su varita del bolsillo y caminando hacia mí—. Bien, ¿estás seguro de esto? Te va a doler.

—Estoy seguro. Es por Jeongin, haría cualquier cosa por él.

—Qué romántico —dijo con sarcasmo. Arrastró un par de sillas hacia la parte delantera del salón, poniendo una frente a la otra y sentándose, dándole palmaditas a la silla vacía. Me senté frente a él—. ¿Cuánto tiempo necesitas?

—¿Una semana es... mucho?

—Demasiado. Abre la boca —lo hice tal como me dijo. Él tomó mi mentón y se acercó para analizar—. Más grandes que los del vampiro promedio. Esto va a ser difícil.

SacrilegiousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora