CAPÍTULO 20: ¿Te conozco?

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Aquella noche, Clara no había logrado pegar ojo. Jim se la pasó vomitando, y dormir en el sofá no había ayudado demasiado. Estaba exhausta.

Miró el reloj de reloj y terminó de preparar cómo pudo el desayuno para todos.

Había puesto de excusa a sus padres una pijamada en casa de Darci. Se lo habían creído y la habían dejado en paz.

Subió las escaleras con una bandeja y entró en el cuarto de Jim, confiada.

—Buenos días —murmuró dejando la bandeja en el escritorio.

Jim le sonrió cuando se sentó a su lado.

—Buenos días —saludó—. Aunque no parecen muy buenos —puso una mueca—. No dormiste nada anoche, ¿Verdad?

Clara suspiró con pesadez.

—No pasa nada —excusó—. Tu madre necesitaba descansar.

Jim le sonrió con dulzura y ella imitó el gesto. Tomó la bandeja y se la apoyó en el regazo.

Bon appétit —sonrió y le hizo una caricia en la mejilla. Luego salió del cuarto sin decir nada más que «Más te vale que te comas todo». Se retractó al instante, pensando en el vomito «Mejor no. Si no tienes hambre, no lo hagas» replicó rápidamente.

Jim sólo le había sonreído y asintió una vez con la cabeza.

Clara dejó otra bandeja igual en la mesita de Bárbara, para luego volver al cuarto de Jim, aunque está vez solo se asomó.

—Voy tarde —replicó—. ¿Crees que puedas estar bien, o despierto a tu mamá?

—Estaré bien —aseguró él—. Yo la despierto si es necesario, y si vas muy tarde, puedes usar su bicicleta. Casi no la usa. Está en el garage.

Ella frunció el ceño levemente.

—¿No le va a molestar? —preguntó, algo insegura.

—Nah —dijo simplemente—. Después de lo que hiciste anoche te bajaría la luna —dijo, divertido—. Además, casi no la usa y, supongo, que vas a devolverla.

Ella sonrió.

—Ahora que lo mencionas, creo que voy a robarla —bromeó.

—Sé dónde vives, quienes son tus padres y los posibles lugares donde la esconderías —replicó con los ojos entrecerrados—. No tendrías mucha oportunidad.

Ella fingió molestia e hizo un gesto vago con los brazos.

—Pues supongo que no queda de otra —sonrió.

Hicieron contacto visual un momento y, sin saber que más decir, Clara salió del lugar con las mejillas color carmesí por la verguenza.

Cómo bien le había dicho Jim, la bicicleta estaba en el garage juntando polvo. Se notaba que no la usaban hace un tiempo.

Suspiró y tomó un casco que había por ahí, abrochándolo cómo correspondía. Abrió la puerta con el interruptor y salió de la casa felizmente, arreando la bicicleta a su lado.

Caminó algunos pasos hasta que oyó un grito llamando su nombre.

—¡Clara! —Toby se le acercó por detrás con una sonrisa.

—Hola, T. B —le sonrió ella de igual manera, subiendo a la bici—. Supongo que los canales son un recorrido recurrente entre tú y Jim.

Tobías frunció el ceño.

—¿T. B? —inquirió subiendo a su bicicleta de igual manera.

Ambos comenzaron a pedalear con ganas.

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⏰ Última actualización: Sep 18 ⏰

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[pausada y en corrección] TROLLHUNTERS: un nuevo tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora