CAPÍTULO 15: Un trato imposible.

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Aunque sus amigos se ofrecieron a acompañarlo, Jim se negó. Caminó con un poco de dificultad hasta su casa, pero finalmente llegó.

Atravesó el umbral de la puerta y unas pisadas provenientes de la cocina hicieron que se pusiera en alerta.

Sin dudarlo, tomó el perchero y lo apuntó en dirección al lugar del ruido. Una figura femenina, alta y esbelta, de cabello corto y oscuro salió del pasillo.

—¿Nomura? —Jim bajó un poco el perchero, pero no dejó de estar alerta.

—Hola, Joven Gynt —saludó la mujer.

—¿Que estás haciendo aquí? —preguntó apretando un poco el perchero entre sus manos—. ¿Vienes a matarme? —agregó, ahora un poco temeroso. Estaba débil, no tenía ninguna oportunidad contra ella.

Nomura levantó una ceja y luego rió suavemente.

—No —negó con la cabeza—. Vine a... a... —agachó la cabeza e inhaló profundamente, como tomando fuerza para decirlo—. Vine a agradecerte, Joven Gynt...

Jim frunció el ceño.

—Por todo —aclaró—. En las tierras oscuras... cuando nadie más estuvo... tu sí lo estabas... Tuviste fé en mí cuando nadie más lo hizo. Me enseñaste lo que eran los amigos y... la confianza —hizo una pausa y negó con la cabeza. Después, se acercó a Jim y lo obligó a bajar el perchero, para luego poner una de sus manos en un hombro del chico—. Pero por sobre todo... por volver... Para salvarme. Para salvar a todos... Eso es lo que hace un héroe, Joven Gynt. Y también es la diferencia entre tú y yo... —esbozó una sombra de sonrisa.

Hubo un silencio más largo de lo estrictamente necesario que fué interrumpido por el perchero que ahora se encontraba en el piso y los sollozos de Jim contra el estómago de Nomura.

El chico no acostumbraba a llorar, pero este tiempo había sido muy difícil no hacerlo. Demasiadas emociones juntas, demasiadas consecuencias que afrontar, demasiados peligros...

—N-no lo entiendo... ¿l-lo recuerdas? —murmuró entre medios hipidos.

La cambiante lo envolvió de igual manera y sonrió de manera triste.

—Algo así... El dolor, la agonía y... Nari...

Jim tragó saliva, un nudo en la garganta aún más inmenso que antes se presentó en su garganta.

—Ella... ella no quería...

—Lo sé.

—Y no merecían...

—Lo sé...

Estuvieron un rato así, abrazados. La cambiante no se negó porque a pesar de no expresar sus emociones; sí le tenía aprecio al joven, y podía sentir su sufrimiento.

El muchacho inhaló por última vez, intentando calmarse. Lágrimas le caían por sus mejillas. Lágrimas de conmoción, dolor, arrepentimiento y emoción.

Se separó de la mujer y la miró a los ojos.

—Gracias, Joven Gynt... —le dedicó una sonrisa de labios cerrados.

—No es nada, Nomura... —aseguró en un hilo de voz.

Clara

Después de caminar largo rato, Clara llegó a la institución. Strickler se encontraba parado justo en frente del gran portón.

—Le dije que fuera puntual —murmuró con los ojos entrecerrados.

Clara, que venía acumulando todo su enojo simplemente lo ignoró.

[pausada y en corrección] TROLLHUNTERS: un nuevo tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora