CAPÍTULO 17: En el nido de los merodeadores.

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Luego de los extraños acontecimientos del pantano, nuestros héroes volvieron a casa en completo silencio. O al menos, eso intentaron, hasta que Tobías simplemente lo dijo:

—¿Que onda con todo eso?

El troll seguía caminando a su lado, con la mirada al frente y sin ninguna expresión en su rostro.

—¿Copiloto?

El grandulón suspiró y después de un momento comenzó a relatar.

—Cuando Argh ser más joven, Argh estar con Gunmar.

Tobías asintió, pensativo y mirando a su amigo. Mil cosas pasaron por su cabeza, y ninguna era tan terrible como la que Argh estaba por contarle.

—Argh haber estado en esa aldea. Argh haber mentido —dijo en tono algo lastimero y con tristeza en los ojos—. Yo haber hospedado con Waba-Bungas. Yo haber hecho un amigo.

—¿Ese es de quién hablaba la reina?

El troll asintió.

—Traustberg haber sido buen amigo. Era príncipe heredero —agregó en tono lastimero—. Argh quería quedar. Quería cambiar.

Miró a su amigo un momento, pausando un poco la marcha.

—¿Copiloto no asustar si yo contar esto?

Toby negó con la cabeza.

—No, por supuesto que no. Eres mi copiloto, jamás me asustarías —sonrió de manera reconfortante y le dió un golpecito en el brazo.

El troll asintió.

—Cuando Gunmar ir por mí, encontrarme feliz. Él preguntar de quién era mi lealtad. Yo tener que elegir: lealtad con amigos o lealtad con quién había estado todos los años pasados.

—¿Y...?

—Yo matar amigo —se sentó en el suelo y cubrió su cabeza, lamentándose—. Yo herir reina, yo matar muchos.

Tobías hizo una pausa, asimilandolo.

—Argh ser mal troll. Argh haber hecho cosas malas —seguía lamentándose.

El Cazatroles simplemente se acercó y abrazó el rocoso torso de su amigo.

—Eso ya no importa, Copiloto —dijo—. Cambiaste y eso es lo que vale.

Argh respiraba agitado y sollozaba un poco.

—Por favor, amigo —siguió Toby—. No tienes que atascarte en el pasado, o te perderás el presente.

El troll descubrió su rostro y miró a Toby. Tenía un rastro casi imperceptible de lágrimas por las mejillas.

—¿Tú creer eso? ¿Tú creer en Argh?

Tobías lo soltó.

—¡Pues claro! —exclamó—. ¿Acaso lo dudaste un segundo?

Argh sonrió con los labios cerrados, aunque no muy convencido y después asintió.

—Muy bien, mi copiloto. Hay que irnos, tenemos que llegar a Arcadia —sonrió el Cazatroles y siguieron andando.

Después de un rato, Argh tomo a Toby por el suéter y lo subió a su lomo para que durmiera un poco.

Clara

Caminaba por la acera abrazándose a si misma. No podía asimilar todo lo que había pasado en tan poco tiempo. Sus emociones eran como un tornado, arrasaban con todo.

Las calles estaban completamente vacías, principalmente porque por esa zona en específico habitaban ancianos en su mayoría.

Clara sintió una corriente extraña. Cómo si algo estuviera siguiéndola. Era... extraño. Cómo cuando sientes que alguien te observa.

[pausada y en corrección] TROLLHUNTERS: un nuevo tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora