Capitulo VI

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*Se acabaron los POV seguidos de Anthony 🥺*


Tiana.

—No puedo ir —repito por enésima vez—. Tengo asuntos de Atevia que resolver.

El chico al otro lado de la línea, con música alta de fondo, no se da por vencido:

—Vamos, Bonita. Eso puedes posponerlo una semana más.

—He dicho que no puedo, Kevin. —Suspiro con pesadez—. Si quieres pregúntale a Sharick, está furiosa con ambos.

—Rubia tonta —farfulla y casi lo puedo ver blanqueando los ojos— ¿Entonces no vas a venir? —cuestiona en un tono más como un lamento—. Recuerda lo bien que lo pasamos el año pasado.

Sonrío sin poder evitarlo porque en verdad lo pasamos increíble. Él, Breiner y Juliana tenían una extraña costumbre de perderse la segunda semana de cada Junio en una casa que tienen en Santa Marta, cerca de Río Frío. En dicha costumbre, me incluyeron a mí el año pasado, y éste también, solo que esta vez no pude asistir. Primero, porque tenía un contrato que cumplir en la empresa para la que trabajo aquí en Colombia, y luego, porque tengo otro contrato con Sharick, quién irrespeta los fines de semana.

Así que, a pesar que les juré a los chicos que los alcanzaría ayer sábado, no he podido salir del apartamento ni siquiera hoy.

—Mira que todavía hay mucha cerveza. Mucha club Colombia, de hecho —sigue insistiendo, haciéndome reír.

En mis Pubs en Atevia, comercializaba el alcohol colombiano, pero a mí muy poco me gustaba la cerveza. Sin embargo, aquí... ¡Dios, estos chicos me han vuelto cervecera! En especial Kevin que, desde que lo conocí, hace casi dos años, me ha inculcado a acompañarlo todo con una Club Colombia, que, según sus palabras, «Hace parte de la cultura colombiana».

Es un idiota, lo sé, pero es mi idiota.

—Si, casi fue perfecto, pero sabes que tengo obligaciones en Artentia, y si no quiero que se me acumulen para cuando vuelva, es mejor hacerlas desde ya.

Kevin suelta un resoplido.

—Bonita, llevas años diciendo «Cuando me vaya» «Algun día tendré que regresar» «Artentia me espera» Y un ciento de cosas más, pero nunca suenas emocionada con la idea. Seamos honestos, tu no te quieres ir en la misma medida que yo no quiero que te vayas. Mejor... —Suspira, ya dejando de lado su insistencia porque vaya a la cabaña—. Déjalo así, amor, empieza una nueva vida, con nuevos horizontes y nuevas metas. Lo que quedó en Artentia que se quede allá. Abre una nueva empresa aquí y dirigirlas todas desde aquí. Tus padres lo van a entender. Es más, yo sé que te van a apoyar porque es bastante obvio que tú te quieres quedar.

Aunque eso fuera cierto, lo que él no entiende, o quizá desconoce, es que mi obligación de regresar no se debe solo a la insistencia de mi padre (porque de Taliana hace meses que no sé nada), desde que me gradué hace unos meses. También tengo compromisos con mi equipo, con mis amigos, que, aunque no me hayan exigido que vuelva con palabras exactas, en cada llamada percibo que lo desean y, de manera indirecta, me preguntan cuándo lo haré.

A pesar de decirles que pronto regresaré para retomar lo que dejé, no encuentro la fuerza para hacer mi maleta y tomar un avión. No sé cómo despedirme de la vida increíble que he llevado estos últimos casi tres años, ni cómo dejar atrás a la Tiana que he construido aquí.

Solo pensar en ese adiós me hace un nudo en la garganta. Y mis ojos se llenan de lágrimas al considerar la posibilidad de que estas tres personas, que se han convertido en mi otra familia, me digan que no quieren irse conmigo.

La Oscuridad De Anthony [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora