Capitulo XV

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*Capitulo dedicado a StiberlysPalomequezu. Gracias por leerme, querida 💕.*

Anthony.

—¡Joder, Anthony, por fin! —Me froto las sienes ante el tono alto hasta lo irritable de Lauren.

Tiro las llaves del auto en la mesita del recibidor, junto a las puertas del ascensor en mi apartamento, y me deshago de la chaqueta mientras me tambaleó con torpeza. Sin embargo, me tardo tanto que Lauren tiene que venir a ayudarme.

—Mierda... —se queja— ¿A que demonios hueles?

Suelto una risa áspera y rasposa. Pero me detengo con una mueca de dolor, al sentir la garganta demasiado seca, acompañada de cerca de la resaca justa con la que he despertado durante el último mes.

—Creo que la última vez, lo llamaste «olor a puta barata y licor caro» —le respondo con la voz extremadamente ronca.

Después del desastre de la inauguración hace un mes, ésta escena es tan recurrente —Lauren esperándome despierta, a veces durante toda la noche, y dándome un sermón cuando aparezco—, que ya debería haberse acostumbrado y quedado en la cama, pero es tan terca...

—Claro que hueles a eso —resopla, y a pesar que se encuentra detrás de mí, ayudándome a deshacerme de la ropa, puedo sentir como pone los ojos en blanco—. Ya había olvidado lo desagradable que eso.

—Es un placer recordartelo.

En cuanto me libera, empiezo a caminar entre tantos trompicones que, por tercera vez desde que entré a mi edificio, me pregunto cómo fui capaz de conducir desde el hotel donde desperté hace un par de minutos hasta aquí. Paso junto a un ventanal con la persiana abierta y vuelvo a hacer una mueca. «¡Que puto dolor de cabeza, joder!»

—¿Donde esta Sofía? —le pregunto a Lau, pero no espero que me responda— ¡Sofía! —grito, y me arrepiento de inmediato.

Casi al instante, los pasos de mi empleada se escuchan desde la cocina.

—¿Si, señor? —dice nada más llegar. A mi no me mira a los ojos y en Lauren ni siquiera repara.

Desde lo que pasó entre ella y Lauren, y luego entre Lauren y yo, ella jamás ha vuelto a referirse a mí por mi nombre. Antes éramos amigos, los tres. «pues bien —pensé en cuanto lo noté— si ella quiere que seamos jefe y empleada yo no tengo problema». Desde entonces la he estado tratando como lo que es.

—Preparame un baño —le ordeno—, de agua fría... Y luego algo para quitarme ésta puta resaca. —Ella asiente y se da la vuelta para ir a mí habitación, pero antes de que desaparezca, agrego—: Ah, y hoy tengo una reunión, así que también prepárame la ropa.

—La estás recargando —murmura Lauren cuando la empleada desaparece.

—¿Y? —replico adentrándome al salón para dejarme caer en un sofá—. Tiene buen sueldo, no puede quejarse. Además, ella ha rechazado todas las sugerencias de contratar a alguien más.

—Igualmente. —Se sienta en un sillón frente a mi—. Tu sabes...

—¿Y ti que te importa? —espeto hastiado, sin poder evitarlo—. Si tú la dejaste es porque ya no te importaba, ¿No? Porque no te era suficiente. Ahora no me vengas con gilipolleces.

La mirada dolida que me dirige me confirma que ha sido un golpe bajo, y casi me hace arrepentirme, pero no me retracto. Estoy tan vacío por dentro, tan tan lleno de agujeros y sin esencia, que los sentimientos de los demás me son indiferentes. Aunque dichos sentimientos vengan de alguien como Lauren.

La Oscuridad De Anthony [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora