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Seungho solo tiene ganas de estar a solas.

De echar a todos los que están en su apartamento hablando a voces, bebiendo, y tumbarse en su sofá, leer ese libro del cual está muy enganchado y cuyo protagonista le recuerda a Nakyum.

Agita la cabeza.

Tiene que dejar de pensar en ese chico.

No está a su alcance.

Su corazón no le pertenece.

Y aunque hayan hecho muchas cosas su cuerpo sigue siendo invicto a pesar de las tremendas ganas de entrar en su interior y fusionarse con todas y cada una de sus células. Pero Nakyum no se merece que su primera vez sea con un desconocido. Ni nadie se merece pasar por esa experiencia donde los nervios y los sentimientos están a flor de piel.

Vrr Vrr

Vrr Vrr

-Te están llamando.

Ignora la voz de Jihwa.

-¿Vas a ignorar la llamada de tu querido Nakyum?

Seungho abre los ojos de par en par. Jihwa agita el móvil frente a su cara y lo aparta veloz en cuanto su amigo quiere recuperarlo. Juegan al ratón y al gato. Sus amigos se unen a la broma animando a Jihwa quien finalmente se rinde ante la ira asesina de su mejor amigo.

Sin embargo, la llamada se corta.

Jihwa traga saliva.

Seungho espera unos segundos por si la llamada se repite. Tal vez ha sido por error. Es más que posible que Nakyum le haya llamado sin querer, y ahora le enviará un mensaje pidiéndole disculpas.

No hay tal mensaje.

Pero sí otra llamada.

¡No era ningún error!

Va a contestar cuando se da cuenta de que todos le miran expectantes. Están flipando al ver al gran Yoon Seungho nervioso e histérico por tan solo una llamada telefónica. No obstante, no es ninguna llamada telefónica. ¡ES LA LLAMADA TELEFÓNICA!

-Como se os ocurra escuchar a través de la puerta os corto la polla.

Todos enmudecen atemorizados.

Seungho se encierra en su habitación y responde con toda la naturalidad del mundo.

-¿En qué puedo ayudarte, mi querido Kyum?

Percibe el ligero rubor en sus mejillas.

Como también otro brillo en sus ojos.

Su gran sonrisa que lo hace ver mucho más bonito.

-InHu regresó ayer.

Todo su buen ánimo es aplastado por la gravedad del universo.

-Debes estar contento.

Responde sin mirar a la pantalla. Deja el móvil sobre el escritorio sentándose en la silla. Sigue sin mirar. Juguetea con una bola de papel que le cae en la cabeza al ser lanzada y no terminar de atraparla en cuanto Nakyum le informa que están saliendo juntos. Seungho desaparece de pantalla al ir a recoger la dichosa bolita de papel. Su corazón no late como siempre. Tiene un acelerado ritmo extraño que acompaña a un dolor en el pecho desconocido para él.

-¿Seungho?

-Felicidades, Nakyum.- sonríe divertido – Ya eres un esclavo más del condenado amor.

Toy BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora