Toy Boy

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Seungho sabe muy bien que a Nakyum no le gusta viajar en su moto, pero también sabe que no volverá a tener otra oportunidad de tenerlo a su espalda y susurrarle "agárrate fuerte" colocándole las manos alrededor de su cintura.

Como también sabe que será la última vez que caminen juntos, robarle sonrisas, tornar sus mejillas rojizas por sus comentarios subiditos de tono o burlones, de ver sus increíbles ojos brillar por aquello que le llama la atención y corre a mostrárselo.

Lo sabe.

Y le duele.

Le duele como nunca antes le ha dolido nada conocido.

Nunca antes había experimentado esas maravillosas y odiosas sensaciones al gustarle alguien.

Y sabe que ese será el último día que las sentirá.

Al día siguiente las borrará.

Hasta las cenizas.

Al mismo tiempo Nakyum lo nota distinto. Sus comentarios, sus torpes sonrisas, el escaso brillo en su mirada. Lo ve cansado. ¿Se deberá al haber estado la noche anterior con sus amigos? ¿Le ha hecho madrugar por su petición egoísta?

Quiere recompensarle.

Recompensarle por todo lo vivido, experimentado y enseñado.

Pero ¿Cómo?

¿Qué puede ofrecerle alguien como él?

No conoce a Seungho. No conoce sus gustos.

Ahora que se da cuenta apenas sabe mucho más de él.

Y se siente desilusionado.

Abatido.

Le gustaría saber más.

Y al mismo tiempo sabe que no debe.

Hay una línea que les separa, y en su lado de la línea está InHu.

Se le revuelve el estómago al pensar en lo que pasará en unas horas con su oficial novio.

Aún no es consciente que InHu y él estén saliendo.

¡Él! ¡Con el gran InHu!

Nota los pies elevarse.

Flotar.

Bailar con la brisa.

Un nudo en la garganta.

Un hormigueo en los dedos.

Sigue sin entender por qué le ha elegido a él entre la cantidad de chicos geniales, inteligentes y que puedan aportarle muchas más cosas que él pueda ofrecer.

Es como Seungho.

Piensa, y le observa de reojo.

Él es de otro mundo.

Alguien inalcanzable.

Alguien que merece mucho más de lo que se deja mimar.

La persona que logre ser dueño de su corazón será la persona más protegida, amada y respetada.

Las mariposas se detienen.

El hormigueo ahora luce más como un dolor de estómago.

No le gusta imaginarse a Seungho con otra persona.

Agita la cabeza.

Eso ya no es asunto suyo.

-Esto es para ti.