Toy Boy

-18-

Cuando Nakyum despierta está completamente solo en la cama.

El lado de Seungho está muy frío. Debe llevar horas despierto, piensa el chico haciéndose un ovillo bajo las sábanas. Aún huele a su desodorante. Y a sudor. E inhala hasta saciar sus pulmones con ese aroma como desayuno.

Rueda como una croqueta hasta quedar atrapado entre las sábanas.

Al lograr salir de éstas resopla acalorado removiendo su flequillo.

Las tripas resuenan como un tigre hambriento acechando a su presa.

Decide salir de ese nuevo lugar de confort. Lavarse la cara y comprobar el chico que le observa a través del espejo. No tiene nada que ver con el de hace unas semanas. No luce cansado. Ni tiene ojeras. Ni demacrado. Ni arrepentido por no haber sido lo que InHu buscaba.

Ahora ve a un chico de mirada confiada, valiente y decidida. Cuya piel brilla y luce tersa. Como también alguna que otra marca rojiza en su cuerpo.

Se echa agua más fría para espantar las imágenes de la noche anterior.

No hubo sexo. Seungho no quiso ir más allá y Nakyum estuvo cómodo con besarse, masturbarse y recibir tanto amor y cariño por su parte. Tiene la piel de gallina al recordar los apetitosos labios de Seungho saludando su piel a base de dulces besos.

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Al salir al gran salón no encuentra a Seungho como la noche anterior, pero sí su portátil cerrado sobre la mesa.

Camina hasta el sofá deteniéndose al escuchar sonidos proceder de la cocina. Alertado, por si Seungho vuelve a quemar algo, corre hacia allí no siendo él quien le da los buenos días.

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-¿Has encontrado algo útil?

-Nada. Ese tío tiene la espalda muy bien cubierta.

-¿Quién puede estar protegiéndole? Se crió en un orfanato. No tiene parientes.

-Se ve que no necesita tenerlos para aspirar y llegar a la cima, amigo. Se ha construido él solito su propio camino depositando confianza en los más fuertes.

Seungho masculla.

Jihwa ha investigado a InHu hasta donde sus contactos han alcanzado. Ni siquiera su familia, que proviene de una de las familias más viejas pertenecientes al cuerpo de policía, ha conseguido encontrar el menor crimen en InHu. Nadie habla mal de él. Nadie tiene nada en contra que decir de él. Todos le adoran.

Incluidos aquellos con los que les alimenta el corazón y son devorados después.

Ni rencor.

Ni odio.

InHu está completamente limpio.

-Habrá que hacer las cosas de otra manera.

Sentencia Seungho.

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Al llegar a casa, Seungho es recibido por lejanas risas. Presa del pánico, prácticamente corre hacia el jardín donde Nakyum tiene la barriga llena tras devorar un delicioso desayuno muy bien acompañado de un pronto graduado en el instituto.

-¿Qué haces aquí?

-Tú mismo me dijiste que necesitabas ayuda.

-No a tal extremo de que te presentaras aquí sin avisar.

-¿Ya no me necesitas? A Nakyum le ha encantado mi desayuno ¿Verdad?

-Seungho ¡Tu hermano es un Dios de la cocina!