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-¿¿QUÉ SE ESTÁ QUEMANDO??

A duras penas consigue visualizar la figura de Seungho entre el humo corriendo de un lado a otro como un pollo sin cabeza. Nakyum, evitando una carcajada, corre a abrir las ventanas y la puerta que da al patio trasero.

En nada el humo empieza a disiparse y deja a plena vista la masacre cometida con trozos de carne, verduras...

-¿Intentas seguir los pasos de tu padre filmando una película gore pero con alimentos?

-Ja ja, eres muy gracioso.

Ofuscado, lanza la sartén al fregadero.

Allá donde mire Nakyum más que una masacre o un asesinato lo que ve es una carnicería. Y entonces se da cuenta de algo.

-¿Es posible que el gran Yoon Seungho no sepa cocinar?

-Calladito estás más guapo.

Nakyum oculta una risotada bajo la toalla que cubre su cuello. Viene de hacer ejercicio en el gimnasio y tiene todo el rostro sudado del ejercicio y también por la risa.

-No te rías tanto o sufrirás un castigo.

Le advierte apretándole las mejillas. Los labios de Nakyum parece el pico de un patito.

-Fale, fale.- Seungho le suelta pero la risa vuelve a iluminar la cocina. Y lo deja reír. Reír hasta ver como masajea las mejillas doloridas y el brillo de su mirada sea provocado por lágrimas de diversión y no por el dolor como la pasada noche. Aún siente las piernas entumecidas al quedarse dormido Nakyum y él en el sofá al no querer despertarle - ¿Quieres que te ayude?

-Prefiero que vayas a bañarte, apestas.

Nakyum hace un mohín con la boca, pero no discute. Le saca la lengua para desaparecer por la cocina y regresar en seguida.

-No pasa nada por querer recibir una poquita de ayuda, oh gran señor Yoon Seungho, aunque por tu forma de pelar la cebolla – lo pilla cuando Seungho iba a por su quinto intento de cocinar – Pobre, con el esfuerzo y cariño que los agricultores le han entregado a las verduras y han acabado descuartizadas... - hace como si se limpiara las lágrimas – Deberías dedicarte a otra cosa, entrenador, y dejar la cocina a expertos como yo.

-Cierto.- deposita el cuchillo con soltura – Mi especialidad no es cocinar, sino cazar – a Nakyum se le pone la piel de gallina. Está a punto de ser devorado – Corre, Kyum.

Y éste sale corriendo de la cocina siendo perseguido por Seungho.

Dan vueltas por todo el salón, se esquivan mutuamente, saltan por encima de la mesa, de los sillones, hasta que totalmente exhaustos, Seungho logra agarrar la delgada muñeca de Nakyum cayendo sobre el sofá.

Ambos tienen las mejillas sonrojadas, la respiración acelerada y un maremoto en el pecho por seguir jugando.

Y besarle robándole el poco aire que queda en los pulmones de Nakyum.

-Ve a bañarte.- se separa dejando el deseo en el aire. Por un momento Nakyum ha creído que iba a darle un beso, lo esperaba, no le hubiera importado, necesitaba que sus labios fueran hidratados con los suyos. Necesita una excusa para no sentirse tan mal – Hueles peor que los estudiantes de instituto.

Ríe tapándose la nariz.

-¿Tan mal huelo?

Se olisquea avergonzado.

Toy BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora