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Nakyum se arrepiente.

De lo que dijo.

De lo que hizo.

Pero al mismo tiempo no. Sigue determinado en que sus palabras y su forma de ver y entender el amor es la correcta. Que Seungho no tiene idea alguna. Que se ha burlado de sus sentimientos y los ha puesto en duda.

Él lo daría todo por InHu.

Se lo entregaría todo.

Sacrificaría todo por él.

Y lo está haciendo.

Se ha entregado a otro hombre para no parecer un cervatillo recién nacido.

Quería hacerle sentir bien. Quería entregarle su alma.

Y ahora...

-Ahora... ¿Cómo lo haré? No tengo ni idea de cómo funciona el sexo... soy idiota...

Es de lo que más se arrepiente.

De haber despedido a Seungho.

Debate de si volver a llamarle pero éste no se ha puesto en contacto con él y de eso hace ya cuatro días.

Ni un lo siento.

Ni un no volveré a meterme en tus asuntos.

Ni un ven a mi casa y follemos como perros, wof wof.

Suspira.

-Soy idiota.

-Mi pequeño hermano no es ningún idiota.

-¡Noona! – guarda veloz el móvil. Estaba releyendo las viejas conversaciones con Seungho - ¿Qué haces aquí?

-¿Acaso no puedo venir a ver el torneo en el que participas? Lo has hecho muy bien.

-He quedado segundo.

-¿Cuál es el problema?

-Tengo que superar un récord si quiero ir al Nacional, y con los números de hoy aún sigo muy lejos.

-Ay Nakyum, mi Nakyum.- lo atrae para abrazarle, y al ser llamado así Nakyum recuerda la dulce y melodiosa voz de Seungho llamarle "Mi Kyum". Sus mejillas se ruborizan y su pecho se siente extremadamente cálido – No seas tan duro contigo mismo. Estás haciendo un buen trabajo, y conseguirás llegar al Nacional. Lo que siempre has querido.

-Estoy planteándome el dejar el atletismo, Noona.

-¿Dejarlo? ¿Por qué? ¿Te has lesionado? ¿Alguien te ha amenazado con dejarlo por ser mejor? ¡Ni lo pienses!

-No, no, no estoy lesionado ni nadie me ha dicho nada.- intenta tranquilizarla y la obliga a sentarse. Ya iba directa a su grupo de compañeros a cantarles las cuarenta cuando en realidad son los fans número uno de su hermanito pequeño – Es solo que, bueno, tú tienes novio y bueno, me gustaría saber si no te cansas de ver sus intentos fallidos de ser escritor – se frota los nudillos – Lleva presentando manuscritos desde que entró en la Universidad y aún ninguna editorial le ha dado el visto bueno y me preguntaba si tú le has dicho en algún momento o tienes intención de decirle que se detenga.

-Nunca.

Dice Heena decidida.

Hay determinación en su mirada.

-Nunca le diría que dejase su sueño, ni que siguiera luchando. Jamás sería capaz de pedirle que dejase de hacer lo que más le gusta porque si hiciera eso entonces se debería a que ya no lo amo más.

-Pero está sufriendo y-

-El dejarlo o no solo será decisión de él, Nakyum.- Heena observa el cielo – Pero nunca le he visto con esa idea y sé que le frustra y se siente inferior cuando una editorial rechaza sus escritos pero lo que más me gusta de él es su lucha pues dicha frustración le hace más fuerte y le mantiene cuerdo y lleno de energía para continuar. Sigue estudiando, sigue trabajando y aunque él no quiere convertirse en escritor profesional el escribir es su vida, su aliento, su oxígeno – Nakyum comprende mejor que nadie esas últimas palabras. Para él al atletismo es lo mismo. Su corazón latente – Yo estaré con él apoyando todas sus decisiones porque amo verle escribir. Puedo pasarme horas observándole escuchando tan solo el sonido de las teclas el cuál es maravilloso pero lo más maravilloso de todo ¿Sabes qué es? – Nakyum niega – Su sonrisa cuando termina de escribir lo que tiene en mente, cuando consigue darle vida y cuando es su turno de observarme en silencio mientras leo lo que ha creado. Su esfuerzo, sus logros, eso es lo que más me gusta de él. El verle escribir. El verle hacer lo que más le gusta independientemente de si algún día logra su sueño o no.

-Pero si el día de mañana queréis formar una pareja ¿No debería sacrificarse?

-¿Sacrificarse?

Pregunta Heena confundida.

Nakyum asiente.

-Sacrificar su sueño y trabajar para sacaros adelante.

-Tienes un concepto del sacrificio muy extraño, Nakyum.- dice ella pausadamente – Que él no consiga su sueño no significa que deba abandonarlo, simplemente tomará otra ruta, otro camino para que ambos podamos ser felices, y obviamente no dejaré que él cargue con todo, ni mucho menos le pediré que deje de escribir. Si vamos a ser una familia tenemos que darlo todo, apoyarnos, colaborar, respetar. El amor no consiste en que uno de la pareja se sacrifique y el otro no haga nada. No. La palabra sacrificarse no conjuga bien, y por eso el amor es dar y recibir por partes iguales.

-Pero-

-Nakyum, ¿Acaso InHu te ha vuelto a pedir que abandones el atletismo?

El chico calla y la chica lo entiende todo.

No dice nada.

Tan solo le pellizca las mejillas como cuando era un niño.

Nakyum protesta.

Ella ríe. Las besa y se pone de pie lista para regresar a casa.

-Piensa bien en tus sentimientos, Nakyum. Medita que lo que haces es lo que te gusta, lo correcto. Pon en una balanza tus sueños y lo que otros esperan y buscan de ti y encontrarás la respuesta – continúa al no verle muy seguro – InHu desea lo mejor para ti y no quiere verte caer por no conseguir tu sueño, pero solo tú tienes la última palabra y si tu deseo es seguir con el atletismo independientemente de si consigues ser un atleta profesional o solo continúas porque te gusta es algo que InHu debe respetar y apoyar, y si no es capaz de aceptarlo entonces... - la sonrisa de Heena no le gusta nada – Si te ama, que te ame con todo, Nakyum.

"Por mucho que ames a In Hu hay cosas que no deberías deshacerte solo porque él te lo pidiera. Si te ama que te ame con el pack completo."

Las palabras de Seungho resuenan más fuertes que nunca.

-Gracias, Noona.

De nuevo le pellizca las mejillas, y la ve marchar con la caída de la tarde.

Toy BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora