Capitulo 13. De guardia

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Capitulo 13. De guardia  
Hermione: POV

Amo los sueños sin orden.
Especialmente si involucran a Ronald...
Mi sueño consistía en Ronald y su sonrisa torcida y mi estúpido sonrojo. No recuerdo el resto del sueño y me hubiera pasado mas tiempo tratando de entenderlo, pero de repente una sonora vibración me transporto a la realidad.
Al principio no abrí mis ojos. Estaba un poco asustada de darme cuenta que todo había sido un sueño y que no había tenido un día de "conexión" con Ronald. Se había convertido en algo tan fácil hablar y bromear con él que no fue si no hasta ahora que me di cuenta que era ¡Ronald! Si, ese Ronald.
¿Que caraj...?
Ni una vez cuestione los motivos de Ronald o me sentí paranoica sobre todo el tiempo en que me abrí con él. No tenia miedo de que él me molestara o me juzgara... y el no hizo nada de eso. Una parte de mi me decía que la razón por la que me sentía tan libre con él, era por la manera en la que lo había hallado ayer en la mañana.
Nunca había visto a Ronald tan vulnerable o golpeado. Una parte de mi se debilito por él cuando vi el estado tan roto en el que estaba. Era como si me viera a mí en él. Finalmente, alguien necesitaba mí ayuda. No lo ayude por mi propia seguridad egoísta de sentirme útil, mierda ni siquiera pensé en eso hasta ahora. Ayude a Ronald porque nadie merece ser dejado a morir. El me necesitaba y aunque el ni siquiera lo pidió, yo fui la única que lo encontró así que tuve que hacerlo.
No entendía mi repentina preocupación y prisa por ayudar y curar a Ronald. Temblaba y jadeaba de pura preocupación cada vez que el gemía de dolor mientras manejaba a mi casa. Estaba desesperada y nerviosa. Me apresure a casa no sabiendo a donde mas llevarlo. El no quería ir a su casa y yo no lo cuestionaría sobre eso y parecía que odiaba los hospitales.
¿Qué tal si se rompió algo? He visto demasiada TV y él tal vez tenga alguna hemorragia interna o algo. ¿Qué tal si esta muriendo? ¿Qué tal si...
¡Granger él no esta muriendo! El chico solo esta golpeado. Un poco de hielo y limpiar sus heridas harán magia.
Ocuparme de Ronald empezó siendo increíblemente difícil. Su cara estaba ensangrentada. Había algo de sangre seca y luego sangre fresca y yo no podía soportarlo. Cuando lo había hallado, había empujado mi estúpido miedo a la sangre atrás en mi mente, la adrenalina de ayudar a Ronald me ayudo a ahogar ese miedo, pero ahora mientras el yacía en mi cama desmayado y a pulgadas de mí... no podía respirar ya que sabia que olería el horrible aroma del fierro. Temblé y me sentía enferma hasta los huesos, pero sabia que tenia que mantener la compostura ya que no le haría ningún bien a Ronald si me desmayaba. Tenia que hacer esto.
Tenia que hacer esto por él.
En su sueño Ronald continuaba repitiendo la misma cosa.
"Despierta... no... despierta... te ahogaste... estúpido... estúpido... no enfermo... ahogaste... despierta Liz"
Cuando Ronald se había despertado no le había preguntado o le había recordado acerca de lo que había dicho. No era mi problema, pero no podía evitar el preguntarme. La voz de Ronald estaba llena de angustia y preocupación. Tenia que ser algo serio. Tal vez si sentía lo suficientemente cómodo conmigo, me diría. Pero no lo presionaría.
¿Quién es Liz?
Después de pasar todo el día con Ronald, me di cuenta que fácil era hablar con él. Hablamos sobre cosas al azar... muchas cosas y nuestro silencio incomodo de antes no mostro más la cara. Por primera vez desde que lo había conocido, no podía obligarme a recordar todas las cosas negativas que creía de él. Cuando el estaba a solas conmigo, parecía relajado y dejaba de pretender ser ese idiota que era en la escuela.
Me gusta este Ronald.
Finalmente abrí mis ojos y me iba a voltear a ver si Ronald seguía dormido o si aun siquiera seguía aquí, pero no tuve que hacerlo. Sentí un brazo alrededor de mi cintura y su cara enterrada en mi nuca. Sus cálidos respiros le hacían cosas a mi piel y podía sentir mi estúpido sonrojo. Gentilmente trate de alejarme de él, pero él solo apretó el agarre en mí.
—No...— murmuro y yo me reí. Trate de alejarme de nuevo y gentilmente moví su brazo lejos de mí y el maldijo... dormido. —Bien... jodete. — se volteo y yo reí de nuevo. Me senté y me voltee a verlo, tal vez estaba despierto y yo estaba siendo una idiota. Pero para mi sorpresa, Ronald estaba dormido. Su boca estaba ligeramente abierta y roncaba bajito. Aun con la cara golpeada, Ronald era hermoso. Se veía mas joven e inofensivo mientras dormía. Estaba viéndolo dormir y disfrutándolo. Soy un fenómeno.
Sus suaves movimientos de su respiración hicieron mis ojos viajar de su cara a su pecho. Luego, desde su pecho podía ver que su... bueno mi playera... estaba enrollada hacia arriba desde el fondo y podía ver su ombligo y el ligero vello. Rápidamente perdí el aliento y sentí el calor en mi cara. Salte de la cama.
Soy una chica tan tonta.
Realmente, soy una idiota.
Ayer, lo había visto sin camisa y babeado un poco. Creo que me vio juro que quería desaparecer. Pero Ronald es una criatura tan bella. La manera en que su pecho esta esculpido y ligeramente cubierto de vello. La manera en que ríe y cruza sus brazos cuando se sienta junto a mí y la manera en que la ligera barba cubre su perfecta mandíbula y...
¡Granger!
Cierto.
Me aliste para la escuela lo más silenciosamente posible. Aunque Ronald estaba ido en el mundo-de-las-pijamadas, aun así me vestí en mi baño sintiéndome un poco cohibida. Corrí escaleras abajo después de ponerle seguro a mi puerta y me encamine a la cocina donde halle a mi madre haciendo el desayuno.
Esto era raro... ¡oh por Dios! ¿Mi padre esta aquí? Mira hacia afuera por una de las ventanas y no había señales de la patrulla de mi padre. Suspire de alivio y me gire hacia mi madre quien me estaba viendo con confusión.
—Bueno, buenos días Hermione. ¿Qué te tiene tan paranoica hoy? — pregunto y volvió su atención a sus huevos.
¿Paranoica? ¿Yo? Ja madre. Yo que pensaba que eso ya era parte de mi descripción.
—Nada— dije caminando hacia su lado. —Yo solo... um pensé haber oído algo— dije y ella volteo sus huevos.
—Es gracioso que lo menciones Herms, anoche creí haber oído algo también. — dijo ella y casi jadeo para así yo solita echarme de cabeza.
—¿Qu-que oíste?
—No lo se... pensé que sonaba como la voz de un hombre, pero supongo que solo estoy oyendo cosas. Tu escu...
—¡No! — la corte y ella salto. Sacudí mi cabeza y evite mirarla a la cara. Sabía que mis traidores ojos me descubrirían, no sabia como me explicaría.
Uh mamá, he estado escondiendo un chico en mi habitación y esta dormido en mi cama. También me las he arreglado para babear y confundirme por lo bien que luce su pecho...
No, eso no suena nada apropiado.
—Esta bien...— dijo mamá se sirvió ella y me paso a mi un plato de comida. Comi mi desayuno y aunque ya estaba satisfecha, pretendí tener todavía hambre.
—Um, voy a hacer un omelet —dije tomando algunos huevos y otros ingredientes. Mama puso su plato en el lavatrastos y suspiro.
—Bueno tu hambriento, hambriento hipopótamo, me voy a ir alistara ahora. — dijo ella y se lavo las manos.
—Está bien, voy a ignorar el hecho de que me has llamado hipopótamo, y preguntar. ¿A dónde vas? — ella rio ligero y se volteo a verme. Juro que nunca había visto tanta luz en los ojos de mi madre o sonrojarse.
¡Sonrojarse!
—Mi reunión del club de lectura es hoy.
—¿De nuevo?
—Sip, Phil nos va a llevar a Oxford para almorzar y a su tienda de libros. ¿No es eso genial? — debería sentirme emocionada por el entusiasmo de mi madre, pero algo acerca de este Phil, simplemente me molestaba.
—Um si... suena bien. — dije y ella comenzó a caminar a su habitación. —Mamá.
—Si bebe. — ella se detuvo.
—Cuando dices "nos", ¿cuantos son los que van a ir?
—Um... bueno... uh um somos nosotras cuatro, y luego esta Phil y su asistente Boyd.
—Oh... esta bien.
—¿Por que bebe?
—Nada en particular. Solo me lo estaba preguntando.
—Está bien bebe, ahora tengo que alistarme. Probablemente estaré fuera todo el día. Si regresas y no estoy aquí, todavía hay unas sobras de anoche. Si ya no te veo cuando me vaya, ¡Te amo! — dijo ella, me mando un beso volado y corrió hacia su habitación. Ignore mi preocupación acerca de Phil, pensando en eso solo esta sobreactuando y me dirigí a de vuelta a la cocina.
Termine el omelet de Ronald lo puse en un plato, agarre algo de jugo de naranja del refrigerador y me dirigí a mi habitación. Ronald seguía dormido, enredado entre mis sabanas y no pude evitar el sonreír por lo cómodo que lucia. Le deje la comida y le escribí una nota, dejándole saber que regresaría a ver como seguía durante el almuerzo, y agarre mis cosas y me fui a la escuela.
Me hubiera quedado con él, pero realmente no quería volver a atrasarme en la escuela. Era una piedra en el zapato el volverme a poner al corriente. Y si iba sacarme a mí y a mi mamá del hoyo infernal que llamábamos hogar, tenia que estar al corriente.
Mientras manejaba hacia la escuela, no pude evitar el reproducir las cosas de las que había hablado con Ronald y solo las miradas que el me daría. Sonreí como idiota. Él era un idiota. Siempre estaba haciendo comentarios inteligentes y quejándose por todo aquello en lo que no estábamos de acuerdo. Me estaba volviendo loca. Pero no podía evitar que
Sentía otra maldita emoción que no era miedo con él. Era o irritación o irritación cómica, pero no estaba asustada. Mi cuerpo no se sacudía hasta que el punto de doler y no sentía como si mi corazón fuera a explotar por que estaba latiendo demasiado rápido. No dolía. No me dolía con Ronald.
Pero lo cuestione.
Odio que cuestionar todo.
Todavía tenía mis paredes arriba.
No podía caer por Ronald Weasley. Él es conocido por ser un mentiroso. No puede confiarse en él.
Me encamine a mi primer clase y me estaba volviendo loca. Quería checar como seguía Ronald, pero sabia que si llamaba a casa el no respondería. Eso seria muy estúpido de su parte. La escuela estaba llena de chismes sobre el.
Algunos decían que se metió en una pelea con un tipo de Oxford.
Otros decían que fue asaltado por una banda.
Algunos todavía creían que estaba en la cárcel y que iba a estar ahí por unos cuantos días.
Algunos decían que se lo merecía por ser tan idiota. No se por que esos comentarios me enojaron. ¿Quién carajos se creían que eran para hablar de el así?
Mientras me encaminaba a Bio, la clase antes del almuerzo, pase por el casillero de Ginny Weasley. Odiaba haberlo hecho. Nunca había visto a Ginny lucir tan devastada. Tenía círculos oscuros debajo de sus ojos y las mejillas rojas. Tenía pañuelos en una de sus manos y de vez en cuando se tallaba las lagrimas mientras sostenía la mano de Harry.
—Solo estoy tan preocupada por el Harry— dijo ella y sollozo. Pretendí mirar un aviso que estaba colgando en la pared para poder escuchar.
—quiero decir oí lo que papá le dijo la otra noche y aunque no fue tan malo, no era lo que un chico como Ronald necesita. Quiero ir con el y decirle que papá solo estaba enojado y que las cosas estarán mejor, pero eso solo enojaría mas a Ronald. ¡Dios sabrá donde esta ahora! Desearía saber. — sollozo y Harry la tomo entre sus brazos y beso su frente.
—Está bien bebe, conociendo a Ronald, probablemente esta afuera divirtiéndose o paseando con algunos amigo— ¿Qué carajos sabe él?
—¿Pero con quien? ¿Qué no sabe lo preocupado que estamos? Mamá ha estado llamando a todos y no ha hablado con papá desde ayer. Solo desearía que nos dijera con quien esta para que así dejáramos de preocuparnos. No quiero que caiga de nuevo en ese oscuro hoyo en el que estuvo años atrás... meses atrás. Esa mierda no le hizo ningún bien.
—Lo se bebe, lo se— susurro ligeramente Harry palmeando su pequeña espalda mientras la sostenía.
—Solo deseo que Ronald deje que alguien lo ayude, — lloro ella y yo me voltee a verla. Lucia tan rota y preocupada. Me rompió el corazón y me tomo toda mi voluntad y poder el no ir hacia ella y decirle que él no estaba en ningún "hoyo negro" y que estaba conmigo. Aunque mi casa era un infierno, Satanás no estaba en casa, así que Ronald estaba salvo. Pero Ronald no quiere que nadie sepa donde esta. El confía en yo no le diga a nadie.
El confía en ti Granger y necesita ayuda. ¿Lo puedes ayudar Hermione?
No lo se. Ni siquiera puedo ayudarme a mi misma, menos a otra persona. Ni siquiera se de lo que necesita ser salvado.
¿Importa?
No.
Ginny abrió sus ojos y me atrapo viéndola. Arrugo sus cejas y levanto su cabeza lejos de la de su novio y tuve que escapar.
Camine lejos antes de que pudiera verlo en mi cara.
Durante toda la clase de Bio me retorcí en mi asiento mientras veía el maldito reloj. Nunca había estado tan ansiosa por el maldito almuerzo. La campana sonó y por primera vez, le gane a todos a salir del salón y me dirigí a mi carro.
Me apresure a llegar a mi casa, me preguntaba si hoy todavía estaría ahí. ¿Seguiría siendo amable conmigo o volvería a ignorarme o a actuar como un imbécil? Quería abofetearme a mi misma. Soy tan patética. No se por que estoy tan preocupada por las reacciones de Ronald. Si el actúa como un imbécil hoy, solo aviéntalo afuera y no le vuelvas a hablar de nuevo. Una vez fue suficiente, dos es una jodida cachetada en la cara. Ya he sido abofeteada demasiadas veces en mi vida.
Estacione mi camioneta en frente de mi casa y casi corrí a mi habitación. Antes de entrar, tuve que recomponerme para que así no me viera como una tonta. No solamente estaba toda nerviosa, pero estaba... ¿emocionada? ¿estaba jodidamente emocionada? Tome un gran respiro, me trague mi emoción y sacudí mi estupidez.
Lentamente abrí la puerta, mis ojos rápidamente lo buscaron y cuando lo hallaron, mi corazón se hundió. Perdí el aliento.
Perdí todo,
¡No... no... no... no... no... no¡
¿Cómo pudo? Confié en el. ¿Por qué me traicionaría de este modo?
Ahí estaba él, parado enfrente de mi tocador con... con ese jodido folder amarillo manila. Ahora sabía. Sabía lo que nadie sabe. El sabe lo que he escondido por tantos años. El sabe... él sabe... el va a pensar que soy una rara. Que va a ver que estoy arruinada. Arruinada.
¡No... no... Dios no!
Podía sentir la ira hervir en mi sangre y la desesperación obscurecía mis sentidos. ¿Cómo se atrevía a encontrar esa mierda? Mi jodido pasado. ¿Por qué carajos? ¿Por que? Ronald todavía no me había notado. Sus manos estaban temblando mientras sostenían el folder y su rostro estaba destruido.
No podía soportarlo.
Se esta sintiendo mal por mi. No quiero eso.
Lo odio. Lo odio. Lo odio.
—¡Que carajos estas haciendo con eso! — grite tan alto que no reconocí mi propia voz. No me reconocía ya.
Esta no soy yo. Este es mi lado cobarde enojado por que él encontró lo que encontró.
Estaba respirando tan fuerte y podía sentir el calor de mi ira en mi pecho y el pánico en mis ojos. El no me estaba respondiendo. Que se joda... que se joda...que se joda... que se joda.
—Ronald, ¿Qué estas haciendo con eso? ¡Respóndeme maldita sea!— grite de nuevo y Ronald salto.
¿Que carajos esta mal conmigo?
¿Qué esta mal conmigo?
—He... He...Hermione —murmuro e hizo mi ira quemar aun mas. No era su culpa. Lo se. Pero ella no lo sabe. Hermione cobarde no le importa una mierda. Rudamente camine hacia el y con toda la fuerza que tenia, le arrebate el folder de las manos.
—¡Lárgate de mi cuarto! ¡Vete a la chingada de mi casa! — lo quiero lejos.
Vete... vete... vete... solo déjame sola. Déjame sola... sola.
Ronald no se movió. Sus ojos estaban vidriosos y rojos y su respiración era temblorosa.
Mire hacia lo que estaba viendo.
Dios mío. ¡No!
Soy yo.
¡No, no soy yo! Es un patético pedazo de mierda.
¡Eres tu Granger! Tú eres un pedazo de mierda.
Las imágenes de mi ensangrentado y casi muerto rostro me llevaron de vuelta a ese día. Me llevaron a ese momento. Podía oírlo a Él. Podía oírla a ella también.
—Eres una maldita ramera, perra. Justo como tu madre. ¡Tú maldita ramera!
Ella estaba llorando en el fondo mientras el lo hacia.
Ella no lo detuvo o dijo algo. Le llore. Le rogué. Ella no se movió.
—Te mereces esto. Te mereces esto. Solo sigue diciéndote esto tú pequeña perra y dolerá menos. — me escupió. Podía oler la cerveza en su aliento y sentir su saliva en mi cara. Él no se detuvo. Quería que lo hiciera. Le rogué que parara hasta que mi boca no se pudo mover mas y empecé a ahogarme con mi propia sangre.
Mientras el me golpeaba y pateaba hacia la oscuridad, todavía podía oírlo. Podía oírlo en la excruciante oscuridad y rezaba a Dios que solo me llevara ya. Pero no lo hizo... y yo todavía por oírlo a EL.
—Te mereces esto tú pequeña perra. ¡Te mereces esto! — escupió y su puño encontró mi cara... de nuevo.
Me lo merecía. Me lo merecía. Me lo merecía. Me lo merecía.
Odiaba perderme. Sentía como si nunca fuera a regresar.
—Hermione...— oí su hermosa voz. Sonaba tan lejos. Quería alcanzarlo y regresar. Quería regresar —Hermione, ¿quien te hizo eso? ¿Fue... fue Él? — si tan solo supiera. Sentí mis dedos debilitarse y deje ir el folder. No podía respirar. De repente sentí como si me estuviera ahogando y mis pulmones dolieran por aire — ¡Hermione! ¿Estás bien?
Por favor Ronald...
Sentí un lacerante dolor. Me di cuenta que había caído en mis rodillas, pero no pude regresarme. De repente sentí sus manos en mi rostro.
—¡Hermione, háblame! Hermione por favor regresa. ¡Regresa! ¡Regresa a mí Herms! — su aliento golpeo mi cara y su hermoso aroma y yo quería regresar. Quería regresar. El tallo mis mejillas con sus pulgares.
¿Por qué? ¿Por qué tiene que pasarme a mí? ¡No es justo! Estoy tan asustada ¡No es justo!
Mi mente estaba cansada de retenerlo y deje salir un ruidoso sollozo.
Comencé a llorar y me odie a mi misma por ello. No quería llorar. No.
No me dejes llorar... no.
De repente sentí las manos de Ronald jalarme hacia el y si no hubiera estado tan fuera de si, me hubiera encogido o saltado por el contacto, pero ya estaba muy lejos. El me jalo hacia su pecho y envolvió sus brazos alrededor de mí. Era tan cálido y suave su agarre. Me acurruque en su pecho a finalmente deje salir mi dolor.
—Solo déjalo salir Herms. Déjalo salir. —susurro en mi cabello y en ese momento nunca me había sentido tan a salvo. Enrolle mis manos alrededor de el, esperando que no le importara he hice lo que pidió.
Lo deje salir.
Solloce en su pecho y arrugue su camisa en mi mano mientras el tallaba circulo en mi espalda con sus manos.
—Todo estará bien Herms— susurro de nuevo y empezó a mecerme en sus brazos.
No mi Ron. No lo esta.
No se cuanto me quede en los brazos de Ronald, pero lo que si sabia es que no tenia intenciones de dejarlo ir. Era egoísta de mi parte, por que probablemente estaba adolorido, pero nunca me había sentido tan cómoda en mi vida. Su cálido pecho y el latir de su corazón servían de confort y aseguraban que lo que el estaba diciendo era cierto.
Estaría bien y desesperadamente quise creerle. Me dolía por que fuera verdad. Haría lo que sea.
Su cálido aliento en mi frente causo que suspirara. Podía sentir una opresión en el pecho y no saber que era e ignorarla.
No sabia como paso, pero Ronald estaba ahora sentado en el piso conmigo en su regazo. El seguía meciéndome y tarareando bajito una dulce melodía. Trate de liberarlo de un poco de mi peso, pero justo cuando apenas me había movido, el apretó su agarre en mi y pude sentir la opresión.
Estaba de regreso.
Abrí mis ojos y lo mire. El tenía sus ojos cerrados y una simple sonrisa en los labios. Lucia tan pacifico. Sus moretones estaban poniéndose mejor y sus cortes estaban completamente cerrados. Gentilmente levante mi mano y cálida y suavemente pase mi dedo de su mandíbula a la oscuridad de sus ojos. Lentamente abrió los ojos y me miro, y por un momento solo nos quedamos mirando a los ojos del otro. Los suyos todavía estaban un poco rojos y yo no tenia idea de cómo lucia.
Solo había tenido otra crisis y dudaba que luciera atractiva. De repente sentí una ola de vergüenza golpearme. El había presenciado mi maldita crisis y visto esas horrendas fotos. Podía sentir mi piel volverse de un fuerte rojo y cerré mis ojos y mire lejos de él. Enterré mi cara en su pecho de nuevo y el gentilmente golpeo mi espalda.
—No te avergüences Herms. Nunca te sientas avergonzada conmigo. — susurro, pero no pude mirarlo. — ¿Te sientes mejor? — pregunto y yo asentí, todavía sin mirarlo a el. —Herms mírame. — suspire en su pecho y lentamente abrí mis ojos. — Sigues sin verme. — suspire de pura irritación y lo mire. Estaba usando una de sus estúpidas deslumbradoras sonrisas.
—Me siento mejor... gracias.
—Necesitas algo.
—No... Lo siento.
—No empieces con eso. Yo debería estar arrepentido.
—Tampoco empieces con eso. — dije y el sonrió de nuevo.
—Está bien lo prometo si tú lo prometes.
—Lo prometo.
—Está bien. — suspiro y aclaro su garganta. —¿Quieres recostarte o algo? — pregunto y yo asentí. Me ayudo a levantarme y gruño de puro dolor lo mire con culpa. — ¡Lo prometiste¡ — dijo el dándome una amenazadora sonrisa y trate lo mas por no reírme de vuelta.
Me acosté en mi cama y de repente me sentí toda exhausta. Cerré mis ojos y tome un gran respiro, oliendo a Ronald en mi almohada. Me sonreí a mi misma. Lo oí cerrar la puerta y justo unos segundos después, se subió a mi cama.
Abrí mis ojos y lo encontré con su cabeza en mi otra almohada, brillantes ojos azules, viéndome con preocupación.
—Estoy bien Weasley. Lo juro— murmure cerrando mis ojos.
—¿Segura? — ¿por que no podía dejarlo ir?
—Si, solo estoy arruinada. Ya te había dicho eso.
—¿Cuántas veces tengo que decírtelo Hermione?
— Estas tan seguro de eso Ronald, que tal vez te crea. Pero claramente no presenciaste lo que acaba de pasar.
—¡Que se joda esa mierda! — escupió y yo abrí mis ojos, solo para hallarlo viéndome feo. — solo estar arruinada, si dejas que te arruinen. Justo ahora, solo estas un poco golpeada. ¿Recuerdas lo que dijiste acerca de los moretones? Ellos solo se van. — susurro de vuelta y yo enterré mi cara en mi almohada tratando de evitar sus ojos. De repente sentí su mano encima de la mía. —¡Por favor dime que no los dejaras! ¡No los dejes arruinarte! — su voz era baja pero enojada y yo contuve otro estúpido sollozo.
—No... no lo se. Solo déjame pensarlo.
—¿Pensar que?
—¡No lo se! Solo olvídalo. — suspire en mi almohada.
—Bueno... ¿quieres hablar sobre eso? Quiero decir no te presionare para que me digas... lo que paso. — levante mi cara de la almohada y lo mire. ¿Hablaba en serio? Sacudí mi cabeza y la acosté de nuevo en la almohada mientras miraba a cualquier parte de su pecho.
—Dame un poco de tiempo. No estoy lista. Todavía no. — susurre y el acostó su cabeza encarándome.
—Está bien. Solo debes saber que, si... si finalmente quieres decirle a alguien... estaré aquí —susurro de vuelta y gentilmente empezó a tallar mi hombro. Podía sentir los tontos escalofríos en mi piel —Estaré aquí — repitió.
—Gracias...— me las arregle para decir en un roto susurro.
—¿Le has dicho a alguien mas? — no estaba segura de por que insistía tanto, pero no me importo. Se sentía bien tener a alguien que se preocupara.
—No.
—Por que... me refiero...— suspiro en frustración mientras se detenía. —¿Cuándo estés lista, cierto?
—Si— dije simplemente y el sacudió su cabeza.
—Está bien... esperare. — se volteo de frente al techo moviendo su mano lejos de la mía. Ignore mi decepción por que lo hizo. — siento haber sido entrometido y andar viendo entre tus cosas. Eso no estuvo bien.
— Está bien. Ya lo supere. — dije y el rio oscuramente.
Nos quedamos ahí acostados por un buen rato. El dibujaba círculos en mi mano con su dedo índice y de vez en cuando, me miraba y jugaba con mi cabello. Lo deje. De alguna manera se sentía correcto. Se sentía natural. Se sentía como si nos hubiéramos conocido de años. Aun así, no podía decirle la verdad. No podía decirle lo que me había pasado. Estaba demasiado avergonzada.
Todos estos años, había mantenido lo que me paso esa maldita noche para mí misma. Al principio dolía mucho. La única persona a la que todos creen que pueden acudir por lo que sea, no estuvo para mí: mi madre.
Ella había estado ahí y aparte de El, era la única que sabia.
Ella lo había visto.
No había hecho nada para evitarlo.
Camine con el recuerdo por años. El recuerdo pesaba en mis hombros y el miedo gobernaba mi vida. Todavía gobierna mi vida, pero ahora he empezado a dejar de renunciar, ven dulce melancolía. Es pacifica. Estoy cansada de pelear. Todo lo que quiero es paz.
Pero luego esta Ronald.
Ronald siempre esta mirándome mal si me rebajo y tratando de hacerme sentir bien con sus dulces palabras. Por que lo hace, nunca lo sabré. Solo se que he decidido confiar ciegamente en el. ¿Por qué no? no tengo nada más.
Nada.
Estaba finalmente en calma y mi respiración era lenta de nuevo.
—¿Todavía quieres que me vaya a la chingada de aquí? — pregunto arruinando el dulce silencio y se volteo a verme de nuevo. Me quede viendo sus ojos azules y tome un respiro profundo.
—No. — respondí rogándole a Dios que no viera mi cruda honestidad y el sonrió.
—No me iré— dijo el y tomo mi mano en la suya de nuevo y le dio un ligero apretón. Entrelazó nuestros dedos y su cálida mano envió una ola de calor a mi brazo y hacia mi cara. Suspire.
¿Qué me estas haciendo Ronald?
—Pero no puedes —dije y su sonrisa desapareció.
—¿Me estas echando? — lucia preocupado y sorprendido.
—¡No! ahora no dejes que esto se vaya a tu cabeza, pero si dependiera de mí, podrías quedarte todo lo que quisieras, pero tu familia esta preocupada. — el sacudió su cabeza. —Necesitas creerme.
—Ellos no me quieren cerca.
—Hoy oí a tu hermana, están preocupados Ronald.
—Hermione, es solo Ginny. Ella exagera las cosas.
—Pienso que estas lleno de mierda y creo que tu también lo sabes. — dije y sus ojos se abrieron de la sorpresa. Alce una de mis cejas y el rompió a reír. — además del hecho que no tienes nada de ropa aquí y que posiblemente no puedo esconderte de mis padres para siempre, tu hermana te ama Ron. Aunque te niegues a verlo, lo hace.
—No me sermonees Herms.
—No lo hago, solo te estoy diciendo lo que veo. Al menos muéstrale a tu familia que estas bien.

Y Luego Estas Tu (Romione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora