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En el campo de entrenamiento de la Academia, a la hora del almuerzo.

Los estudiantes que habían terminado sus clases caminaban hacia la cafetería mientras hablaban de los acontecimientos de las lecciones del día.

El contenido de la lección era difícil.
El profesor siempre soltaba tonterías.
Los alumnos se quejaban de que el profesor esperaba demasiado de ellos.

Entre ellos, un grupo de alumnas con brillantes sonrisas charlaban como niñas.

-Michail, ¿no ha estado increíble hoy?

-Exacto, en el duelo con el profesor estuvo igualado, ¡y oh ese momento! Cuando suspiró profundamente y se secó el sudor, qué sexy se veía... El profesor me regañó por quedarme embobada mirándolo.

-Estabas mirando descaradamente.

-¡Pero igual cumplí mi cuota de Michail por hoy!

-¡Puhaha!

Cuota Michail.

Este era el propio código de los estudiantes para apaciguar sus cansados ojos estropeados por los fornidos estudiantes varones del departamento de esgrima mirando al apuesto Michail.

"Suspiro..."

Hanna dejó escapar un largo suspiro mientras observaba al risueño grupo de alumnas.

'En lugar de estudiar...'

Hanna se sentía fuera de lugar entre el grupo.

Hanna pasó junto a las estudiantes y se dirigió a los campos de entrenamiento, prefiriendo blandir su espada incluso durante las comidas en lugar de comer.

Quería avanzar más en sus habilidades como espadachina, y como no quería perder el tiempo sin sentido, Hanna estaba loca por practicar.

Tendré que presumir ante el mayordomo...

Su objetivo había cambiado extrañamente.

Hanna carecía de habilidades sociales. Estaba más centrada en la esgrima que en hacer amigos.

Incluso antes de conocer a Ricardo, Hanna daba más importancia a la esgrima que a los amigos. Además, al ser la persona más joven en despertar su Aura, sus compañeros de clase no la veían con buenos ojos.

Siempre fue así.

Envidia hacia alguien que tiene éxito.

Hanna no prestaba mucha atención a esas miradas.

Más bien, se encontró con un problema diferente.

Me estoy volviendo loca. No puedo dejar de pensar en él...".

Últimamente, la mente de Hanna estaba llena del mayordomo pelirrojo. Cuando practicaba esgrima, cuando asistía a las clases, pensaba en el mayordomo que conoció no hace mucho, impidiéndole concentrarse.

-¿Por qué crees que no puedes vencer a Michail?

-Puede hacerlo, señorita Hanna.

Constantemente recordaba al mayordomo que la había mirado con una fe inquebrantable.

-¡Giggle...! Ah~ Quiero ver a Michail otra vez.

Las alumnas estaban emocionadas.

Estaban extrañamente emocionadas, tras haber oído que Michail había despertado su Aura y las había salvado en la mazmorra.

Hanna dejó escapar un profundo suspiro mientras las observaba.

"Yo solía ser así...".

Como alguien que una vez estuvo enamorada de Michail, Hanna no veía precisamente entrañable el comportamiento de las chicas.

La Villana A La Que Había Servido Durante 13 Años Ha CaídoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora