La Villana A La Que Había Servido Durante 13 Años Ha Caído

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Las miradas frías me atravesaban.

Malik con su expresión de sorpresa.
Hanna estaba llorando.
Y...

"¿Qué has dicho?"

Rowen parecía haber perdido los estribos.

Una atmósfera amenazadora emanaba de Rowen. Como demostrando que era el más fuerte del imperio, una aplastante intención asesina se dirigía hacia mí.

Sonreí irónicamente mientras miraba a Rowen.

Puedo encargarme de esto".

Tal vez alejar la sincera intención asesina de la dama a la que le arrebataron el chocolate fuera un buen entrenamiento, la intención asesina de Rowen era soportable.

-¡Maldita sea! ¡No esquives!
-Señorita, ese tenedor... parecía llevar alguna intención asesina.
-¡Eek...! ¡Es porque Ricardo está siendo molesto!
-No importa qué, está mal exudar intención asesina hacia el mayordomo.
-¡Entonces no esquives!
-Es demasiado lento para hacer eso...
-¡¡¡Yeeeek!!!

Decidí regalarle chocolate a la señora que me ayudó con mi entrenamiento.

Me sobrepuse a la intensidad de Rowen y me quité el polvo de los pantalones. La expresión de confusión de Malik estaba frente a mí, pero sonreí con indiferencia y le hablé a Rowen.

"He soltado un sermón presuntuoso".
"¿Por qué has sacado un tema así si lo sabías mejor?".
"¿Por el noble futuro de la jubilación del jefe de la familia Histania?".

Rowen arrugó la frente.

"...¿Ahora estás haciendo juegos de palabras?".

Negué con la cabeza mientras respondía.

"En absoluto. Es un consejo con intenciones sinceras".

"Viviendo así hasta la vejez, no te enterrarán en un lugar soleado, puede que la gente ni siquiera visite tu tumba".

Rowen respondió con frialdad a mi sincero consejo. Parecía que mi sinceridad no le llegaba.

"...¿Tienes deseos de morir?".

Respondí con seriedad a la pregunta de Rowen.

"No."

La expresión de Rowen se volvió más fría. Mi genuino deseo de no morir no parecía llegarle.

Volví a transmitir a Rowen mis verdaderos sentimientos.

"De verdad que no deseo morir".

La contundencia que emanaba de Rowen se hizo más temible.

Histania Rowen.

Un espadachín obstinado cuya creencia era tan fuerte como la opinión de Michail de que el mundo es un jardín de rosas. Un hombre hecho a sí mismo con una terquedad inquebrantable, creyendo que sus decisiones son correctas, su éxito como su validación.

El tipo de persona que más odio y, al mismo tiempo, una figura cuyos logros no tenía más remedio que reconocer. Su éxito no era una mentira.

Aún así, Rowen me desagradaba.

'Porque hizo llorar a Hanna'.

Por eso me enfrenté a Rowen.

El incidente de caer por el techo no se debió a una casualidad, sino que surgió de mi propio engranaje roto, impulsado por las lágrimas de Hanna.

Hanna fue mi primera discípula.

Aunque nuestra relación, ligada al dinero, empezó con llantos y risas, evolucionó hacia la confianza entre maestro y discípulo.