La Villana A La Que Había Servido Durante 13 Años Ha Caído

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La Hanna del pasado se encontraba en la cima de la cordillera de Hamel, dentro del hábitat de los orcos.

Oculta tras un enorme árbol, sostenía en sus manos una petición arrugada, su yo del pasado.

Era una petición familiar.

Una petición que no había caído del tablón de anuncios desde hacía seis meses, una que no era rentable.

Entre los aventureros, había adquirido una reputación pesimista. Aventureros veteranos incluso la llamaban "una búsqueda que nadie con una sola vida aceptaría".

"Por favor, mata al 'orco' que asesinó a mi madre".
Recompensa: 1000 de oro
Características: Lleva un collar hecho con un colmillo de lobo. / Notable piel morada clara.

El deseo del solicitante era vengar a su madre engañando a los aventureros, marcando a un 'Orco de Élite' como simplemente un 'orco'.

Cualquier aventurero que no confiara en sus habilidades no habría aceptado tal misión. Además, la recompensa era ridículamente baja.

Hanna era consciente de este engaño.
Y seguramente su yo del pasado también lo sabía.

Incluso un aventurero novato sabría que un orco de piel púrpura significaba que era un "Elite", un término añadido a la clase de los monstruos.

Sin embargo, su yo del pasado había aceptado una petición fraudulenta.

Para consolarse.
Y para obtener un motivo para 'buenas acciones'.

Su valor no carecía de sentido, debió engañarse a sí misma, creyendo que había una razón detrás: aliviar el resentimiento de un niño que perdió a su madre.

En un cumpleaños lluvioso.
Ella misma se había sentado a meditar sobre esta petición.

La Hanna del pasado, conteniendo la respiración y escondiéndose, susurró en voz baja al divisar a un orco rezagado del grupo.

"Lo encontré".

Un orco con un ligero tinte violáceo en la piel, a diferencia de los comunes.

Hanna soltó una risa hueca.

"Es el mismo que capturé entonces".

El orco de élite que pudo capturar con la ayuda de Ricardo. Era el mismo al que apuntaba su yo del pasado.

Piel morada clara.
Sosteniendo un garrote más grande que él mismo.
Llevando un collar hecho con un colmillo de lobo, recordó los momentos pasados compartidos con Ricardo.

Entonces, con Ricardo a su lado, no había sentido miedo, pero ahora sentía terror.

Porque conocía su propia ingenuidad pasada.

Hanna murmuró para sí misma.

"Huye".

Sabía que era un adversario al que no podía enfrentarse.

Su yo del pasado también debía conocer su insuficiencia. La mano que sostenía la petición temblaba como una hoja. Hanna suspiró, viendo a la asustada versión pasada de sí misma buscando constantemente un camino en el que no hubiera orcos.

Hanna apretó los puños con fuerza y volvió a decir.

"Huye".

Aunque hubiera querido observar impasible su pasado. No podía quedarse de brazos cruzados y verse a sí misma luchando por liberarse de los grilletes de la indiferencia.

Era lamentable.
Y estúpido.

Por eso decía Hanna.

Porque no hay nadie a tu lado.