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Era jueves y el día anterior había transcurrido con normalidad, Felix no había mencionado nada al respecto de la llamada y la progenitora de este tampoco había llamado en ningún momento, pero no quiso sacarle la información al rubio.

Podía hacerse una idea de lo que estaba pasando y sinceramente no tenía ganas de presionarle.

En cuanto a Jisung, este se encontraba sonriente entrando a una tienda de conveniencia para comprar algo para su hermoso novio.

Salió de allí con una linda sonrisa en sus labios y ahora caminaba rumbo a la casa de los Lee.

Al llegar tocó la puerta, siendo recibido por un sonriente Mark quien no pudo evitar abrazar al omega más pequeño al verlo.

-Sube, Minho está en su habitación desde que llegó.- invitó y el castaño asintió, sabía dónde quedaba, pues hace dos días el pelimorado le había dado un tour para mostrarle cada parte de la casa.

-Muchas gracias, hyung.- agradeció y corrió escaleras arriba. Llegó hasta la habitación del chico y tocó la puerta con sus nudillos de manera delicada, escuchando un "pase" de la voz del mayor.

Abrió la puerta, y asomó su cabeza, viendo la espalda de su novio jugando en su cama, en el ordenador. Se dio la vuelta y una enorme sonrisa apareció en su cara antes de levantarse y dirigirse a él.

-Bebé, ¿Cómo estás?- cuestionó besando sus labios con cariño y cerrando la puerta una vez estuvo dentro.

-Muy bien.- respondió, se agachó para acariciar la cabeza de los tres felinos que se restregaban en sus piernas. -¿Cómo están ustedes, hermosuras?- cuestionó con su voz más aguda de lo normal, y luego volvió a levantarse, encontrando a un más que sonriente Minho observándolo. -¿Qué?- cuestionó confundido al ver la mirada del otro y que no reaccionaba.

-Tratas muy lindo a mis bebés, no puedes ser más perfecto.- susurró y el castaño puchereó avergonzado de que el otro lo mirase de aquella forma que no sabía descifrar del todo.

-No digas esas cosas, Hon.- hizo el amaño de empujarlo mientras bajaba la mirada.

Tomó su mano y lo atrajo levemente para dejar un beso en sus labios y sonreír sinceramente antes de dirigirlos a ambos a la cama.

-¿Qué traes ahí?- cuestionó al ser consciente de la bolsa de plástico que tenía el otro en su mano.

-Ow, esto. Es que pasé por una tienda y pensé que como el otro día mencionaste que querías pintar tu cabello de morado de nuevo, compré el tinte para ti.- sacó el contenido de la bolsa, volteándola en la cama, también salieron de la bolsa unos chocolates. -Y eso es para ti, porque sí.- dijo y recibió un beso en su mejilla.

-No te hubieras molestado, Sung. Gracias.- sonrió picando la mejilla de otro con su pulgar.

-No es ninguna molestia, pero eso sí, tengo que ser yo quien te ponga el tinte,- dijo cruzándose de brazos. -sino, no hay trato.- añadió.

-Pero qué peluquero más sexy voy a tener hoy, por la luna.- mencionó y el menor se ruborizó ante aquello.

-¡Minho-hyung, no vuelvo a jugar contigo!- dijo una voz desde los auriculares que antes tenía puestos Lee.

-¡Perdóneme, Lixie! ¡Mañana jugamos de nuevo!- dijo poniendo sus auriculares de nuevo y escuchando las quejas del chico rubio.

-No, no juego más contigo, siempre me haces perder y bajo de nivel por tu culpa.- se quejó y entonces Jisung interrumpió la pelea de los amigos.

-¿Juegas League of Legends?- cuestionó Jisung con una sonrisa. -Yo también juego, podemos jugar juntos otro día si quieres.- mencionó a sabiendas de que el rubio omega lo estaba escuchando.

Chocolate [MinSung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora