Amor prohibido

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Disclaimer: Digimon Tamers no me pertenece.

Universo Alterno

Esta historia es una precuela de "Dulce espera"

***

La joven pelirroja caminaba en compañía de su mejor amiga yendo para el centro comercial de Shinjuku. La universidad absorbía parte de su tiempo, sobre todo cuando de exámenes se trataba, aunado al proyecto que presentó y aún no recibía respuesta para su cambio a la universidad de Hokkaido, la dejaron estresada y sumamente exhausta. Aunque eso no les impidió a las dos salir a pasear por los alrededores, se lo merecían luego de haber terminado esa racha interminable de estudios.

Rika bostezaba a ratos y esto a Juri no le pasaba desapercibido, ultimadamente su amiga se notaba cansada, algo demacrada y con mucho sueño, cosa muy rara en ella. Se aventuró a preguntar sabiendo de ante mano que no iba a obtener una respuesta concreta.

–Rika ¿Te sientes bien?

–Porque lo preguntas.

–Has estado bostezando mucho, eso sin mencionar esa cara de cansancio que te cargas.

–Los exámenes me dejaron agotada, es todo.

Juri hizo una mueca, no muy convencida con su respuesta.

–A mí se me hace que es algo más... ¿Todo bien con Ryo?

–Todo está bien entre él y yo. No te angusties.

La castaña prefirió no seguir indagando, ya conocía el fuerte carácter de su amiga y no quería disgustarla bombardeándola con demasiadas preguntas. Las dos jóvenes siguieron su camino en silencio buscando algo de interés que las distrajera. Al pasar junto a un escaparate donde exhibían toda clase de accesorios de bebé, Rika no pudo evitar asomarse y perderse en aquella marea de enseres. Cunas, mamelucos, mantas, sonajeros, carriolas, ropa... Se tocó el vientre instintivamente olvidando que Juri se encontraba a su lado y un sentimiento puramente maternal le invadió por completo. Una vida se estaba formando en su interior y esa vida es producto del amor que Ryo y ella se profesaban. Que importaba si él rondaba los treinta y ella los dieciocho, a veces el amor toca el corazón de las personas de diferente manera y su caso no era la excepción.

¿Cómo sería su bebé? ¿Heredaría los ojos azules de Ryo o el color de sus ojos violetas? ¿Castaño o pelirrojo? ¿Niño o niña? Sonrió a más no poder, ya no quería darle más largas, hoy mismo se lo diría. Estaba completamente segura de que se alegraría.

–¿Hay algo que quieras contarme? – le interrumpió Juri sacándola de sus cavilaciones.

Rika dejó de rozar su vientre y volteó a donde su amiga quien la miraba preocupada. Bueno, Ryo ya no sería el primero en saber lo de su estado.

–Estoy embarazada – soltó con los ojos radiantes.

Katou enmudeció sin saber que decir, analizando esas dos palabras. Segundos después, su expresión cambió a una de completo entusiasmo.

–¡¿Es en serio?! ¡Wow! ¡Esto es fantástico! ¡Felicidades, Rika! – Juri la abrazó, ella era de esas chicas que veía el lado bueno de las cosas y eso a Rika le aliviaba sobre manera – ¿Ya has ido con un médico?

–Si, me lo confirmó ayer.

–¿Fuiste sola? – la pelirroja asintió.

–No quiero que ni mi madre ni mi abuela se enteren antes que Ryo. Tú no cuentas porque eres una metiche curiosa.

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