MOMENTO

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Disclaimer: Digimon Tamers no me pertenece.

Universo Alterno

***

"No se vayan que en cuestión de minutos regresamos..."

"Un accidente a las afueras de Shinjuku..."

"Y te castigaré en el nombre de la luna..."

"Tenemos una temperatura máxima de treinta grados, un cielo muy soleado y bastante calor. No olviden tomar muchos líquidos..."

Rika apagó el televisor observando a su marido dormir como un lirón en el sillón, algunas hojas desordenadas en la mesita de centro le indicaban que aún no terminaba de calificar esas benditas pruebas. Se acercó a paso lento hacia él cubriéndolo con la frazada que traía en mano porque el clima comenzaba a enfriar debido a la intensa lluvia que se desató hacía unos instantes.

"Como siempre el reporte del clima tan acertado". Pensó sarcástica, acomodando la manta en ese musculoso cuerpo.

Procurando de no despertarlo, ordenó los papeles esparcidos, luego se sentó a su lado quitándole los anteojos y delineando sus varoniles facciones. Se notaba cansado a causa de los exámenes finales y el fin de cursos en la preparatoria donde enseñaba, aunado al cuidado de su embarazo de siete meses, apenas y dormía. Se sentía culpable por cargarlo de trabajo, pero dado su estado, él gustoso la consentía.

Suspiró, besando la comisura de sus labios para enseguida dirigirse al cuarto de baño; a pesar del clima, se sentía acalorada por lo que decidió darse una ducha rápida. Tomó sus enseres personales y se metió bajo el chorro de agua fría, aunque mejor lo nivelaba, no quería enfermar y mucho menos en su condición, un poco de agua tibia y estaría fresca como una lechuga. Mientras se enjuagaba, una imagen de ella misma se presentó metida en una tina de baño, totalmente desolada y triste. Ese recuerdo lo vislumbraba tan lejano... Gracias a Ryo, gracias a ese pequeño gesto de su parte, fue que ella salió adelante... ¿Quién iba a imaginar que ese hombre terminaría siendo su esposo? Sonrió a la vez que se secaba y salió con cuidado yendo directo a su cuarto.

Ryo despertó confundido ¿A qué hora se quedó dormido?

–¿Rika? – la llamó sin obtener respuesta.

Todo se encontraba en absoluto silencio, exceptuando el sonido de la lluvia caer y una suave melodía que provenía de la habitación. Una sonrisa adornó su rostro, ahora que esperaban un bebé, su esposa no perdía oportunidad de cantarle. Haciendo un lado la frazada, se encaminó a su alcoba y la halló sentada en la gran cama matrimonial acariciando su vientre y cantando suavemente. Notó entonces su cabello enmarañado, presuroso fue directo en su auxilio.

–¿Ya te he dicho que cantas divino? – le susurró al oído, al mismo tiempo que empezaba a desenredar suavemente con el peine sus rojos cabellos.

Rika se dejó hacer cerrando los ojos, en otra época hubiera gritado a los cuatro vientos al que se atreviera a tocarle el cabello, ni a su madre ni a su abuela les permitía hacer tal cosa, pero con Ryo fue diferente. Cuando eran novios; él, muy quitado de la pena se aventuró a hacerlo ganándose un par de impropios; no obstante, con el tiempo se acostumbró a su tacto y ahora simplemente le fascinaba sentir esos dedos masculinos sobre su cabeza o por todo su cuerpo.

–Tantas que no me cansó de que me preguntes a cada rato – la pelirroja volteó buscando sus labios, Ryo los recibió encantado. Como adoraba besarla y acariciar ese vientre donde yacía su hijo.

–Ven, recuéstate conmigo – le dijo el castaño abrazándola por detrás.

–¿No tienes que terminar de calificar unos exámenes?

–Eso puede esperar, además una pequeña siesta con mi esposa no hace daño a nadie.

Ella se acomodó de lado riendo divertida ¿Una pequeña siesta? Si bien que durmió un buen rato. Que importaba, con tal de disfrutar ese momento de paz y quietud con su adorado y guapo profesor.

Fin.

Un pequeño momento del anterior capítulo de "Dulce espera", espero les haya gustado.

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