𝗝𝗨𝗠𝗣 𝗧𝗛𝗘𝗡 𝗙𝗔𝗟𝗟， ㅤSATORU GOJO.

ㅤ18 ㅤ a date with someone else.

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ㅤㅤㅤSACHI PERDIO LA CUENTA de las veces que ha pasado el bálsamo rosados por sus labios, pero es que no podía mantenerse quieta con su apariencia. A pesar de que viven juntos y están a solo unos meses de casarse, ella aún sigue teniendo esos nervios revoloteando en su estómago. Hoy como cada tres mes, tienen una cita como si fuera la primera vez, es una costumbre que surgió gracias a Satoru y su libro de las cien citas.

Mirando a través de la cámara de su celular, acomodó el flequillo de tal manera que no le estorbara. Se preguntó qué personalidad adoptaría su novio en esta ocasión, la última vez había sido el típico chico malo de blando corazón, últimamente ha estado viendo demasiado anime, ¿será un otaku en el gran sentido de la palabra? Los labios de ella se apretaron conteniendo la risa al imaginarse a Satoru con una camiseta extraña y desalineado, el resto de las personas tal vez lo miren extraño, pero sabe de sobra que solo le importa su opinión.

—Hola, disculpe. ¿Usted es la señorita Kitsune?

Las cejas de ella se fruncieron ligeramente, si bien el tono de la voz era igual a la de Satoru, su forma de hablar ni siquiera se oyó familiar. En cuanto volteo se encontró con un hombre vestido con un estilo dark academia mientras tenía unos lentes semi-oscuros tapando el celeste de sus ojos. Sonriendo casi al instante, Sachi no pudo reaccionar cuando él tomó su mano con delicadeza dejando un tierno beso sobre sus pálidos nudillos.

—Sí, esa soy yo. ¿Usted es? —preguntó divertida, queriendo seguirle el juego. Las mejillas comenzarían a dolerle de tanto sonreír, pero es inevitable.

—Satoru Gojo, un placer conocerla. Estoy muy feliz de poder verla al fin.

Le costaba retener la risa o siquiera, mantenerse en el papel de una desconocida cuando lo que deseaba era lanzarse a los brazos del peliblanco y recibir millonada de besos. Extendiendo el brazo para que ella pudiera engancharse, Satoru comenzó una plática amena de cosas triviales, en cada cita, ella notaba como las preguntas iban cambiando al igual que las respuestas. A veces amaba el café, otras veces lo aborrecía, pero todo dependía del tipo de persona que él imitara.

—Debo admitir que se ve muy bella, me resulta imposible apartar la mirada.

Por un momento la chica desvió cuando sintió como las mejillas comenzaban a arderle ligeramente, no tenía tanta fuerza de voluntad para mostrarse dura ante él, flaqueaba con solo verlo. La mano de Satoru envolvió la femenina con suavidad, manteniendo el calor entre ambos mientras caminaban por el centro de la ciudad, casi atardeciendo la cita duraría poco esta vez debido a que Satoru ha estado atendiendo asuntos de la academia en contra de su voluntad. Suguru lo obligó a cumplir con sus deberes.
La cafetería tenía un estilo minimalista que, a pesar de parecer simple, era algo que a la pareja le encantaba. Mirando por la ventana, ella podía apreciar la linda vista que la ciudad le daba, apenas prestando atención a la comida sobre la mesa. Sin pensarlo dos veces, Satoru sacó el celular de su bolsillo para apuntar la cámara de la forma más disimulada que pudo para sacarle fotos, aún así, falló en el intento.